Tiene seis lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, tan diferentes entre sí como las culturas que han poblado este país de Oriente Próximo, que bien podría ser mediterráneo, como indicó ayer el delegado de la oficina de turismo jordana en España, Hakim Tamimi-Mariño. Jordania acude como invitada a la Semana Verde, y ya ha estado presente en otras ferias como Fitur. Hasta el domingo, los visitantes podrán conocer los cuatro tipos de turismo que ofrece este país: histórico y cultural; de aventura; de ocio y bienestar y, por último, de negocio. El turismo histórico y cultural permite conocer la ciudad comercial de Petra, clave en el imperio nabateo, la ciudad de Jerash, con las ruinas romanas mejor conservadas de Oriente Medio, o el monte Nebo, donde Moisés contempló la Tierra Prometida. Y no olvidemos que Jordania atesora también castillos de las Cruzadas.

Para el turismo de aventura, la ruta Jordan Trail cruza el país de norte a sur, en 650 kilómetros, y permite pasar de plantaciones de oliva y bellota a paisajes de sabana. Y ahora que hablamos de desiertos, en Jordania tenemos uno de los escenarios de La Guerra de las Galaxias, el de Wadi Rum. Otro Patrimonio de la Humanidad, como Petra. Para quien desee bucear, puede hacerlo en el Mar Rojo.

Si buscamos turismo de ocio y bienestar, habrá que ir a otro mar, pero el Mar Muerto, en busca de spas. Por último, el turismo de negocio es otra de las opciones.

Decíamos que hay seis lugares declarados Patrimonio de la Humanidad: a Petra y Wadi Rum se suman el castillo de Qusair Amra; los restos arqueológicos Um er-Rasas; la ciudad de As-Salt, donde se conserva arquitectura otomana y el sitio bautismal de Betania, donde Cristo fue bautizado por San Juan.

Para entrar en Jordania es preciso llevar el pasaporte COVID o, en su defecto, una PCR. Hay vuelos directos desde Madrid y Barcelona y la estancia ideal (mejor en primavera y otoño, por el calor) oscila entre los 9 y los 14 días.

Si se animan, no serán ni mucho menos los primeros gallegos en poner pie en Jordania. Lo hizo ya en el año 381 Egeria, nacida en El Bierzo (en la provincia romana de Gallaecia). En las cartas a sus hermanos, recogía las costumbres y curiosidades de una ruta romana que podría ser fácilmente cubierta en la actualidad, y con paradas en las conocidas como “fuentes de Moisés”, en las cuevas de los primeros monjes ermitaños o en la ciudad de Livias, cercana a donde según la Biblia fue decapitado Juan Bautista. Esta ruta pretende llegar a Jerusalén, y desde el gobierno estatal español hay un profundo interés por promover este camino de peregrinación que ayer el explorador y guía turístico Oscar Koshebay presentó como El camino de Egeria.