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Contra los molinos, jugamos todos

La comarca de Tabeirós-Terra de Montes se opone a la instalación de aerogeneradores en una zona que cuenta con 150, mientras se tramita la construcción de otros 206

Manifestación el pasado 22 de mayo por las calles de Cerdedo.

El próximo domingo, día 5 de junio, se celebrará el Día Mundial del Medio Ambiente. Con motivo de esta fecha, 180 entidades de toda Galicia se manifestarán en Santiago de Compostela, agrupadas en torno a la Coordinadora Eólica Así Non, para protestar contra un modelo energético que consideran muy dañino para el entorno natural y para la vida humana en el ámbito rural. En una comarca como la de Tabeirós-Terra de Montes, donde actualmente funcionan 150 aerogeneradores y se pretenden instalar otros 206, las asociaciones que luchan por un modelo energético sostenible ven la manifestación del día 5 como una final en la que sólo vale la victoria para los de casa.

La comarca, que abarca los municipios de Forcarei, Cerdedo-Cotobade y parte de Beariz, además del término municipal estradense, alberga, hasta ahora, cinco parques eólicos diferentes. Están los tres más antiguos, instalados a principios de la década del 2.000 y que se encuentran a punto de llegar al final de su vida útil, que son los de Monte do Seixo, Candán y Ameixeiras-Testeiros. Más recientes, encontramos el de Couto de San Sebastián, que contiene 9 molinos eólicos, y el de Quintela, que sólo cuenta con uno. Estos complejos energéticos provocan grandes perjuicios al entorno natural y a los habitantes de las zonas en las que se instalan. En primer lugar, es necesario comprender que un parque eólico no se reduce a los gigantescos molinos de hierro, cuyas hélices pueden rondar los 70 metros de largo. Para construir una instalacción de estas características es necesario contar con una buena conexión por carretera, algo que no suele pasar en los lugares donde se colocan los aerogeneradores, por lo que es muy habitual que haya que obrar para obtener nuevos viales. Por otro lado, también es innegociable instalar un gigantesco sistema para almacenar la energía, además de una línea de alta tensión que la transporte. Los trabajos que se deben acometer en la superficie del terreno son notables, pero la instalación bajo tierra es incluso más compleja, para garantizar una buena sintonía entre los aerogeneradores, que están conectados entre sí.

Con lo cual, la instalación de un parque eólico resulta ser un drama para el ecosistema de la zona en la que se construye. Se talan árboles, los animales se van y hasta se remueve la tierra, convirtiendo a riachuelos y manantiales en espacios totalmente insalubres. Además de todos estos factores medioambientales, los eólicos también provocan daños en la economía del lugar. Las fincas “prestadas” por los vecinos a cambio de alguna prima económica se convierten en inservibles, puesto que no se podrá construir, ni plantar nada en ellas. Por lo tanto, obviamente, las fincas pierden todo su valor.

Desde la Asociación Alarma na Terra de Montes, explican que están proyectados “otros 30 parques eólico más” en la comarca de Tabeirós-Terra de Montes. La presidenta de la entidad, Rocío García, se mostró “muy preocupada” porque “cada vez” los parques se construyen más cerca de las casas, al estar los montes comunales saturados de molinos. Desde la asociación, señalan que los vecinos están siendo ahogados por las grandes empresas energéticas, que envían a profesionales para crear conflictos entre ellos y así poder comprar las tierras más baratas. García asume que están mentalizados en “agotar todas las vías legales” para que no se construyan estas nuevas instalaciones pero que, “como último recurso”, los vecinos podrían abogar “por la desobediencia civil” antes de ser expulsados de las tierras de sus antepasados.

El polémico Outeiro Grande

La resistencia en A Estrada, actualmente se centra en evitar la construcción del parque eólico Outeiro Grande, cuya tramitación se frenó varias veces por problemas legales. Aun así, los vecinos no se fían de las grandes empresas, que están “casi por encima de la ley”, y la Comisión de Montes de Pardemarín, con representantes de las 7 parroquias afectadas por el nuevo parque eólico, han formado una asociación para presionar a los Concellos y tratar de frenar el expolio.

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