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Aguas libres de nitratos

Un mapa del Miteco indica que los manantiales contaminados más cercanos están en Melide y Santiso | Hubo una treintena de mediciones en el Ulla, Arnego y Deza o afluentes

Abonado en una finca de la parroquia de Filgueira, en Lalín. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) acaba de difundir un mapa con las aguas subterráneas y superficiales contaminadas por nitratos. Con este mapa se pretende que las comunidades autónomas revisen la delimitación de las zonas vulnerables y diseñen planes de actuación para frenar el impacto de fertilizantes y abonos agrarios en los caudales.

Pues bien, las prácticas agrarias en las comarcas están siendo correctas, puesto que no hay ningún cauce o manantial, de los 46 examinados en Galicia, que se localice en tierras de Deza y Tabeirós-Montes. Este casi centenar de aguas afectadas superan los umbrales marcados por el Real Decreto 47/2022, en vigor desde enero. Permite ver la concentración de nitratos entre 2016-y 2019 para aguas superficiales y subterráneas, así como para embalses, charcas, estuarios y aguas de transición. Estas mediciones indican si el agua está ya tan contaminada que presenta eutrofización, es decir, una proliferación descontrolada de algas. ¿Qué provoca la eutrofización? Una pérdida de la biodiversidad, ya que las algas impiden la entrada de luz hasta el fondo del agua, con lo que las plantas no pueden realizar la fotosíntesis, mueren y permite la proliferación de bacterias que, a su vez, consumen el escaso oxígeno que queda para peces y moluscos.

No hay, como decíamos, aguas contaminadas por nitratos en la zona, pero sí en dos municipios cercanos: Melide y Santiso. En el conocido como manantial de Castro, en Melide, la concentración máxima de nitratos entre 2016 y 2019 era de 61,4 mg/l, mientras que en Santiso, al pie del Ulla, el tope fue de 57. Al menos, estos dos casos no presentan eutrofización.

En la provincia hay otras aguas afectadas, como Fonte Viaño Pequeno, en Gondomar (con un tope de 65 mg/l de nitratos), o en el estuario del río Verdugo, en la ensenada de San Simón con solo 0,76. Aún así, está zona ya presenta eutrofización.

Podemos citar otras aguas contaminadas por nitratos en el río Barbaña, en Ourense (con 39,4), el embalse de A Frieira en Ribadavia (3,88) o zonas de las rías de Vigo, A Coruña y Ferrol.

Las zonas vulnerables, fuera de Galicia

La situación es mucho peor fuera de las fronteras gallegas, porque el mapa del Miteco no detecta en Galicia ninguna zona vulnerable por contaminación por nitratos. Estas zonas vulnerables son superficies cuya escorrentía fluye hacia las aguas afectadas, y se concentran sobre todo en las comunidades de Castilla y León, Castilla-La Mancha, la costa mediterránea y varias provincias de Andalucía. La cornisa cantábrica, al igual que Galicia, carece de zonas vulnerables. Por poner algunos ejemplos, son zonas vulnerables el área de Páramos de León (una zona de 344 km2); La Alcarria (en Guadalajara, con 3.717 km2) o la zona de Madrid-Talavera-Tiétar (66.78 km2).

Pantano

El mapa maneja un sistema de colores para identificar el grado de presencia de nitratos en las algas, con una horquilla de valores entre los inferiores a 2 mg/l y los más de 50. En las comarcas el estudio realizó más de 20 mediciones: cuatro en aguas subterráneas y 11 en cauces como el Arnego, el Deza y el Ulla. La medición de un afluente del Arnego en Brántega dio un resultado de 7 mg/l. Es un valor superior a las cinco mediciones que se realizaron en el Ulla a su paso por Antas (6,8); Santiso (5,1) Boqueixón (6,9) y Pontecesures.

Por lo que respecta al cauce del Deza, un análisis en Dozón detectó la presencia de nitratos por 10,5 mg/l; mientras que en Lalín baja a los 8,1 pero en Silleda vuelve a subir a los 10.4. En dos tramos muy próximos a su desembocadura en el Ulla arroja valores de 9,8 y 6,7. Una medición en una masa de agua de Silleda, en Rellas, muestra el valor más alto,13,1. En cuanto a la presencia de nitratos en el pantano de Portodemouros, la concentración media entre 2016 y 2019 era de 5,7 mg/l. En Tabeirós, las aguas del río Liñares, en A Estrada, presentan 4,9 mg/l de nitratos.

Lalín, A Estrada y Silleda reducen el impacto

Los datos que manejan el Ministerio de Agricultura y el de Transición Ecológica comparan los resultados de las mediciones de 2016-2019 con el periodo anterior de 2011-2015, para ver las tendencias en la concentración de nitratos. Así, califican un descenso fuerte si la medición es inferior a los 5mg/l). En esta tesitura se encuentran tanto la medición de masas subterráneas en Lalín (junto al auditorio del casco urbano., con -01, mg/l); en Refoxos, Silleda (1,9) y cerca de Olives (2). El concello vecino de Santiso, en un afluente del Deza, tiene una medición de 9,8, lo que significa un incremento fuerte de nitratos en relación al cuatrienio 2011-2015.

En cuanto a las aguas superficiales, hay dos mediciones en aguas del Deza, que arrojan estabilidad en comparación con los años 2011-al 2015, al tener una marca de crecimiento de entorno a 1 mg/l. Ocurre lo mismo con otra medición en el Arnego, en tierras de Vila de Cruces. De vuelta a las aguas del Deza, pero ya en Silleda, se detecta un descenso débil, de entre 5mg/l y 1. A modo de conclusión, los datos que maneja el Miteco nos alejan de la tremenda contaminación que padecen las aguas de centro, sur y este del país. Pero no por ello debemos dejar de preocuparnos por el estado de los cauces y manantiales de las comarcas, máxime en un año en el que las lluvias han sido mínimas y cuando llevamos varios ejercicios inmersos ya en un cambio climático que va a ser, a todas luces, irreversible.

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