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El CHUS cerró el último año con una lista de espera quirúrgica de récord: 7.337 pacientes

Son 817 operaciones pendientes más que en 2020 y supone un techo histórico | Oftalmología, traumatología y cirugía general y digestiva aglutinan casi la mitad de los casos | La demora media sube en catorce días y ronda los tres meses

El Hospital Clínico de Santiago de Compostela atiende a los pacientes de Deza y A Estrada. Xoán Álvarez

Las listas de espera para intervenciones quirúrgicas se dispararon en el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) durante los dos primeros años de pandemia de COVID-19. Así, mientras al cierre de 2019 había 5.832 pacientes pendientes de una operación, con una espera media de 56,5 días, un año más tarde eran ya 6.520, con una demora de 73,3 jornadas, y a 31 de diciembre de 2021 ascendían a 7.337, con casi tres meses de espera (87,4 días, 14,1 más). La lista de espera creció en 688 pacientes durante el primer ejercicio de pandemia y lo hizo aún más, en 817, durante el segundo. Nunca antes desde que el Sergas empezó a hacer públicos estos datos, en 2005, se había registrado una cifra tan elevada de operaciones pendientes. Además, la demora se sitúa entre seis meses y un año para 812 usuarios, el 11% del total, porcentaje que se duplica con creces con respecto al cierre de 2020; otros 2.137 (29%) esperan entre tres y seis meses, y son 4.338 (60%) los que no llegan a tres meses.

Solo tres especialidades aglutinan más la mitad de las operaciones pendientes: Traumatología, con 1.840; oftalmología, con 1.396, y cirugía general y digestiva, con 1.200. A continuación, ya con muchos menos ususarios, aparecen urología (530), ginecología (512) y cirugía pediátrica (401). En todas las especialidades hay lista de espera de hasta seis meses y en la mayor parte supera incluso ese tiempo; cirugía general y digestiva es una de las tres excepciones, junto a angiología y cirugía vascular, con 158 intervenciones pendientes, y cirugía torácica, con treinta. En cuanto a los tiempos de demora, los mayores corresponden a neurocirugía, con 141,3 días y 180 operaciones pendientes; cirugía pediátrica, con 136,6 jornadas; cirugía maxilofacial (129,5); traumatología (106,5); cardíaca, con 94,1 días y 52 pacientes; y plástica y reparadora, con 90,4 y 353.

Primeras consultas

El complejo hospitalario de Santiago –de referencia para Deza y A Estrada– cerró el último ejercicio con 19.594 primeras consultas pendientes de realizar, con una demora media de 46,2 días. De nuevo se notan claramente los efectos de la pandemia, pues son 8.487 consultas más de las que había al finalizar 2020, lo que supone un incremento rayano en el 80%, y el tiempo de espera se dispara en casi dos semanas (13,6 jornadas). La mayoría (17.309) no llegan a los tres meses, mientras que de tres a seis hay 2.280 y cinco –todas de dermatología– van desde seis meses a un año.

Más de la mitad de las consultas pendientes se reparten entre oftalmología, con 5.774 –también ostenta la mayor demora, con 66 días–, y traumatología, con 5.145 y una espera de 48,5 jornadas. En otorrinolaringología hay 1.347 primeras sesiones pendientes de realizar, con 25,4 días de espera media; 1.252 en psiquiatría, que promedian 38,1 jornadas; y 1.136 en urología, con 39 días. La siguiente especialidad, ya por debajo del millar, es pediatría, con 892 consultas y 39,9 jornadas. Los pacientes que más tienen que aguardar, tras los del oculista, son los de cirugía pediátrica, también por encima de los dos meses (62 días); luego, por detrás de trauma aparece dermatología (44,5 jornadas), maxilofacial (36,6), radioterapia (32,8) y digestivo (30,9). Todos los demás no llegan al mes.

Por último, el Sergas hizo pública también la semana pasada la lista de espera para pruebas diagnósticas. En radiología había 9.773 había pendientes a 31 de diciembre de 2020, por los 5.156 de un año antes. La demora media sube en siete días y ya sobrepasa los dos meses (60,7). La mayor parte (7.689) aguarda menos de tres meses, pero hay seis que rebasan el año: cuatro para RM y dos para TAC. Ecografía abdominal se lleva la palma, con 3.191, seguido de radiología convencional (2.337) y resonancia magnética (1.590). En medicina nuclear son quince pacientes, con una demora media de 14,7 días; 248 hay para endoscopias –todas digestivas salvo tres: dos de urología y una respiratoria–, con 58,3 jornadas; 1.524 para electrofisiología, con 89 días; y 251 están a la espera de algún tipo de estudio, sobre todo digestivo (89), durante prácticamente tres meses.

Caída generalizada de la incidencia de COVID

La incidencia de COVID-19 ha experimentado un descenso generalizado en los diferentes territorios que conforman Deza y Tabeirós-Terra de Montes. De hecho, en los últimos diez días solo Vila de Cruces arroja un comportamiento negativo, con trece positivos diagnosticados en una semana, mientras que el pasado 12 de mayo no llegaba a la decena. Todos los demás concellos presentan ahora mejores cifras. La bajada más importante es la experimentada en A Estrada, que reduce su incidencia a la mitad. El mapa del Sergas cifraba ayer en 49 las infecciones de coronavirus detectadas a siete días en personas con cartilla médica en este municipio, esto es, 66 menos de las que tenía diez jornadas atrás. En Lalín han saltado 31 positivos en una semana, trece menos de los que figuraban el 12 de mayo en el mapa autonómico, mientras que Silleda recorta seis y queda en una docena. Los demás municipios no llegan a los diez casos: en Cerdedo-Cotobade se mueve entre 5 y 7 y Forcarei presenta 3 o 4, mientras que hace un par de semanas rebasaban la veintena. Un par de casos se han confirmado en siete días tanto en Rodeiro como en Agolada y uno en Dozón.

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