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Una mirada a la historia//El aniversario de un símbolo estradense

El Cine-Teatro de A Estrada cumple 75 años

Abrió sus puertas en el año 1947 a través de dos hermanos que tenían una empresa conservera en Vilanova de Arousa

Fachada del Cine-Teatro Principal. | // MUSEO DO POBO ESTRADENSE

El Cine-Teatro A Estrada ha sido a lo largo de sus 75 años de vida el corazón de la cultura local. Entre sus muros se vivió el auge y el declive del cine de antaño; actuaron importantes artistas nacionales y también otros no menos importantes artistas locales; hubo millones de ensayos, besos escondidos, representaciones escolares, mítines, charlas, entregas de premios y pipas, muchas pipas. Todos esos actos enmarcan un gran número de emociones y recuerdos que convierten este 75 aniversario en un momento especial para un pueblo que siempre ha tenido en su cine-teatro un espacio de encuentro.

Patio de butacas lleno, en una imagen de los años 60.

Todos estos años han dado para mucho. El Principal fue durante la mayor parte de su historia el cine de A Estrada, en una época en la que el séptimo arte era una de las principales formas de ocio de la sociedad. Desde hace treinta años sin embargo, esa función cambió, tras una necesaria reforma que lo convirtió definitivamente en el teatro como hoy lo conocemos.

Tal y como explica el historiador estradense Juan Pedro Pérez, el Cine Teatro Principal dio sus primeros pasos en los años 40 de la mano de los hermanos Pérez Lafuente, propietarios de una empresa conservera y de salazón en Vilanova de Arousa. Ampliando miras, los hermanos decidieron invertir en la industria cinematográfica, abriendo cines en Vilagarcía, Monforte, Vilanova y en A Estrada, donde sin embargo ya había en esos momentos otros dos cines. Uno de ellos se encontraba en Codeseda. El otro era el “Salón Novedades”, situado en la calle Don Nicolás, en un local hoy conocido por albergar la cafetería Nicol´s. Este abrió sus puertas el 17 de mayo de 1923 y cerró en los años 60, coexistiendo de esta manera con el Principal durante unas dos décadas.

Actuación de las Hermanas Chapela

Esa competencia no asustó sin embargo a los hermanos Pérez Lafuente, que decidieron levantar un gran cine-teatro en Bedelle –hoy conocido como calle Serafín Pazo–. Contando con los servicios del arquitecto pontevedrés Emilio Quiroga Losada y con Ricardo Sánchez como mano derecha y primer gerente, recibieron la autorización pertinente para iniciar las obras en el año 1946. El aforo total era de 568 localidades, aunque en una reforma posterior en 1975 estas se ampliaron hasta las 725, 525 en la parte baja y 200 en la superior.

La inauguración del Cine-Teatro Principal tuvo lugar en junio o julio del año 1947. Las pruebas documentales recopiladas por Pedro Pérez datan su apertura el 29 de junio de ese año, coincidiendo con las Festas de San Paio. La primera película proyectada habría sido “Lazos Eternos”. Aunque trabajadores de la época sitúan esa apertura en julio, con la proyección del film “Forja de corazones”.

A partir de ahí y hasta comienzos de los años 90, los cines estradenses fueron acogiendo las principales películas nacionales e internacionales, pasando desde clásicos como Casablanca a la época del destape –con el éxito de taquilla de Enmanuelle incluido–. La máquina de proyección con la que abrió sus puertas en 1947 el cine de A Estrada no era nueva. Los hermanos Pérez decidieron comprar una nueva para el cine de Vilagarcía y traer la que había allí para el principal. El proyector era de la marca OSSA y había que vigilarlo constantemente debido a los continuos fallos, para enfado de los estradenses que llenaban el patio de butacas en cada función. Entre las personas que se encargaron de estas labores estuvieron estradenses como Urbito Terceiro o Ramiro Maceira, que tiraban de ingenio para poder solucionar esos problemas y los normales parones cuando había que montar varias bobinas.

Urbito Terceiro, uno de los encargados del proyector.

Todos esos años de cine dejaron un gran número de anécdotas, como la costumbre tan estradense de comer pipas durante las películas, algo prohibido en la mayor parte de los cines y que aquí se permitía a pesar del ruido y de la molestia de tener que barrer después todas las cáscaras. Otra figura recordada es la de Isaura Isla, mujer que colocaba su carrito para vender chucherías para las películas, primero en la acera, y posteriormente ya dentro del recibidor del cine con el visto bueno de la gerencia. En cuanto a las películas con más éxito, los trabajadores destacaron las de Jorge Negrete, “Los Diez Mandamientos”, las de Bud Spencer y Terence Hill, las del destape, “E.T.” o las de Star Wars. Sin embargo, la gran triunfadora según recuerdan para Pedro Pérez fue “Sissi”, una película en la que había gente incluso sentada por los pasillos y en la que, según calculan, habría cerca de un millar de personas.

Sin embargo, el cine no fue el único espectáculo que llenó en Principal. El teatro y las revistas musicales fueron habituales sobre sus tablas desde el comienzo, dando un espacio a las agrupaciones teatrales aficionadas que fueron apareciendo en la villa. Destacaron en sus primeros años el conocido como Cuadro Artístico, la Masa Coral Estradense o la Banda de Música Tradicional de A Estrada, que reunían a un gran número de vecinos en sus actuaciones. Ya en los 60 fueron surgiendo otros como la Agrupación Juvenil Estradense y grupos locales como Los Chiky´s, Los leones o las Hermanas Chapela. No faltaron también artistas de fama internacional. Por el Principal pasaron en esos años artistas como Estrellita Castro –artista nacida en la parroquia estradense de San Pedro de Ancorados–, Juanito Valderrama, Antón Navarro, Antonio Machín, Antonio Mairena, Jorge Guardiola o Antonio Molina.

En el cine-teatro también hubo espacio para otros espectáculos como el circo. Estos acudían en invierno sin sus animales pero sí con sus artistas, payasos, malabaristas y magos. También actuaron sobre el escenario espectaculos de variedades, especialmente en los años 50 y 60, destacando el éxito de los magos e hipnotizadores. El Principal también se convirtió en un espacio para la cultura, albergando eventos de todo tipo, además de bailes.

El Cine-Teatro Principal vivió momentos de gran esplendor, siendo el gran corazón de la villa, pero el paso de los años hizo mucho daño a un establecimiento que carecía de lo necesario para adaptarse a los nuevos tiempos. A comienzos de los 90 dejaron de proyectarse películas en una instalaciones muy deterioradas y obsoletas de las que también se fueron marchando el teatro y los actos culturales. Su historia sin embargo no estaba destinada a finalizar así. A comienzos de los 90 el Concello compró el cine-teatro y lo reabrió en 1999 convertido en el Teatro Principal que hoy disfrutan todos los vecinos. Eso le ha permitido alcanzar los 75 años, toda una vida viendo crecer, reír, emocionarse y soñar a un gran número de generaciones de estradenses.

Un libro de Juan Pedro Pérez recopilará toda su historia

Juan Pedro Pérez Bernabé

Corría el año 2009 cuando el historiador estradense Juan Pedro Pérez publicaba en la Miscelánea Histórica e Cultural da Estrada un trabajo en que recogía la historia del Cine-Teatro de A Estrada. Su investigación permitió conocer mucho más sobre la puesta en marcha de este proyecto y de sus primeros años, recopilando, además de datos, un gran número de testimonios personales y documentos gráficos. Ahora, coincidiendo con el 75 aniversario del cine-teatro, Juan Pedro Pérez y el Concello de A Estrada publicarán un libro con ese trabajo, pero ampliado a lo largo de los últimos diez años y llevándolo hasta los tiempos actuales. El libro saldrá a la luz a lo largo del presente año.

Adiós al séptimo arte

En el año 1992 se proyectó la última película en el Cine-Teatro Principal de A Estrada. La elegida fue “Thelma y Louise”. De esa manera se ponía punto y final a una etapa de 45 años de relación con el séptimo arte para iniciar otra entregada a los actos culturales y al teatro. No fue sin embargo un proceso fácil. Fue en torno a 1990 cuando el Concello de A Estrada puso en marcha un proyecto para hacerse con esta instalación en propiedad. El encargado de llevar las negociaciones fue Manuel Somozas, concejal de Cultura y en sus años mozos ayudante de cabina en los cines. Tras un tira y afloja entre las dos partes, finalmente el pleno municipal aprueba en 1991 la compra del cine-teatro por 32 millones de pesetas.

Adiós al séptimo arte

A partir de ahí comenzó la búsqueda de financiación para llevar a cabo la importante reforma que necesitaban estas instalaciones, con un local destartalado, una caldera de calefacción siempre estropeada y tuberías picadas que generaban charcos y humedades. Mientras se buscaban esos fondos, el cine siguió sin embargo abierto, hasta que en junio de 1992 se decide su cierre definitivo. Las malas condiciones del cine y el tener películas muy atrasadas con respecto a su estreno hacían que pocos estradenses se acercasen ya a su sala, por lo que era habitual que las películas ni siquiera se llegasen a proyectar al no haber nadie en las butacas para verlas.

Tras varios intentos infructuosos por parte de diferentes corporaciones municipales, en febrero de 1996 el conselleiro de Cultura de la Xunta, Víctor Manuel Vázquez Portomeñe, acudía a A Estrada para firmar un convenio de restauración de estas instalaciones, ya en manos del Concello.

A partir de ahí se inician unas obras que cambiaron por completo la cara del viejo cine-teatro para reconvertirlo definitivamente en teatro y en un espacio y punto de encuentro para la cultura estradense. La estructura general del inmueble se mantuvo sin embargo con respecto a la original, dejando el gran salón de butacas y el escenario en la misma posición. Se retiró sin embargo todo lo relativo al séptimo arte y se mejoraron todas sus instalaciones, que además se fueron ampliando con nuevos espacios.

En años posteriores llegaron nuevas mejoras para el teatro que han permitido convertirlo en una de las salas de teatro más importantes de Galicia. Entre sus muros ya no se escucha a Juanito Valderrama ni a Humphrey Bogart pero cada día son muchos los estradenses que se suben a su escenario para actuar, bailar o tocar música.

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