La primera edición del festival Os Cocidos do Camiño se despidió ayer en Lalín con buen sabor de boca y con la novedad de un formato que aúna gastronomía, turismo y música, con las rutas jacobeas como estandarte y reclamo incuestionable. A falta de un balance, todo apunta a que serán millares las personas que pasaron el viernes y ayer por la carpa del Campo da Feira Vello y cientos de raciones de cocido las servidas por los cuatro cocineros participantes.
Desde la organización se cifró en más de 1.000 los asistentes a la primera jornada, que dio comienzo a las 19.30 horas y remató casi de madrugada. De las cocinas salieron unas 200 raciones de los cuatro cocidos que compartieron protagonismo en este evento: el lebaniego, el extremeño, el lalinense y el Pote asturiano.
Maluks, Baiuca fueron los responsables de amenizar la velada musical que se clausuró con la sesión del pinchadiscos local Monchiño.
Ayer el festival se prolongó durante prácticamente todo el día y tanto las cocinas como la música entraron en ebullición ya l mediodía con una larga sesión vermú. Pasadas las 12.30 horas se subieron al escenario las Pandereteiras A Carballeira de Cercio, que animaron a los presentes a bailar al ritmo de las melodías tradicionales. Una hora después le tocó el turno a Club del Río, madrileña de folk y música de raíz integrada por Esteban De Bergia, Álvaro Ayuso, Juan Serra, Adriano Pezzi, Juan Feo, Jacobo De La Viña y Álvaro Baño.
El momento del aperitivo fue aprovechado por muchos para probar las elaboraciones gastronómicas protagonistas del evento lalinense. Después de una larga sobremesa, en una jornada marcada por las altas temperaturas, la música volvió a sonar a partir de las 19.30 horas de la mano de la banda lalinense Atmósfera 0, con Vito Da Silva, Diego Fernández, Mauro Fernández y Lourenzo Pedreira. La sesión de Eladio y los Seres Queridos precedió al plato fuerte de la jornada: el concierto del trío trad gallego Tanxugueiras. Horas antes del recital las hermanas Olaia y Sabela Maneiro y Aida Tarrío eran reconocidas con el premio Pandeira de Honra del Concello de Lalín. Al cierre de esta edición en los aledaños de la carpa se reunían cientos de personas en busca de un hueco en la carpa para ver en directo esta formación pues, conviene recordar, que todos los conciertos eran gratuitos.
