Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Espasmo colectivo en Lalín

Un exitoso Motococido se despide después de tres días de intensa actividad para los aficionados a las dos ruedas y un memorable concierto de la banda de rock N-525

Rai, Epi, Pepele, Samuel, Alfonso y Mateo al final del concierto. | // BERNABÉ

El rugido de las motos cesó ayer por la tarde en Lalín después de tres días en los que centenares de máquinas de todos los estilos abarrotasen las calles de la localidad en la, quizá, la concentración motera más exitosa que se recuerda en la capital dezana. Con el tiempo como gran aliado, el Motococido atrapó no solo a los aficionados sino a todos aquellos que quisieron ser partícipes de actividades paralelas con música y gastronomía como ingredientes no precisamente secundarios. Aunque los inscritos, por razones de intendencia y seguridad, fueron 430, el Motoclub Km cero calcula que en Lalín se reunieron unas 2.000 motos el fin de semana.

Mateo canta 'Miña terra galega' con su padre al bajo y su hermano Samuel en el teclado. Bernabé

Uno de los momentos más esperados era el concierto, la noche del sábado, de la banda N-525 y desde luego que no defraudó a nadie. 35 años después de la grabación del disco Línea continua –el single Eclipse llegó a colarse en la icónica lista de los 40 Principales– y sin uno de sus fundadores y letrista de la mayor parte de los temas, el silledense Jose Tábora, la réplica del mojón de la carretea con su caracol en lo alto volvió a lucir encima del escenario. Pepele Fernández –de Los Vagos– tomó la guitarra rítmica, con Celso Fernández, Epi, en la solista y los hermanos Alfonso y Rai Portas al bajo y la batería. Del teclado y el saxo se encargaron Samuel y Mateo, los vátagos de Alfonso. El público se desgañitó con Espasmo y cantó con emoción otros temas como Déjalo ya o Víctima feliz. Con una fauna rockera de sesentones, cincuentones y cuarentones largos entregada, en carpa del Campo da Feira Vello se respiraba felicidad por este efímero regreso de la banda de rock, también de carrera fugaz, que en los 80 contribuyó a situar a la comarca en el mapa. Porque nacional también versionó entonces a Ilegales con El Deza ha muerto, que por supuesto sonó. Alfonso y Epi se repartieron las voces –Tábora era el frontman del grupo– menos cuando Mateo se atrevió con Miña terra galega, de Siniestro Total.

Alfonso y Epi, dos de los cuatro fundadores de la banda dezana. Bernabé

El Motococido bajó el telón con una ruta matinal y una multitudinaria comida a base de cocido, tras la que hubo sorteo de premios y regalos a los inscritos. Antes de la clausura Narcís Roca ofreció un espectáculo de habilidad, con este especialista haciendo maniobras imposibles a bordo de distintas motocicletas o un quad.

Público en el concierto de N-525 / BERNABÉ

Un niño encima de un triciclo en la concentración de ayer. Bernabé/Ana Agra

Antonio Crespo, el participante más veterano del Motococido. Bernabé/Ana Agra

Compartir el artículo

stats