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El Concello ultima la compra de la Casa de Álvaro para destinarla a equipamiento cultural

El mandatario lleva las negociaciones con los herederos, pendientes solo de algunos flecos | Un acuerdo con el ayuntamiento siempre fue la opción preferente para los dueños | Se destinaría a la promoción de turismo y Cocido

Fachada de la vivienda hacia la calle Colón. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Desde que los propietarios de la conocida como Casa de Álvaro decidieron su venta siempre pensaron en el Concello de Lalín como opción preferente. En los últimos años se produjeron acercamientos entre las dos partes, pero por distintas razones no cuajaron, algo que parece está ahora encauzado tras las últimas conversaciones mantenidas entre el representante de la familia y el alcalde, José Crespo.

La operación podría cerrarse en próximas fechas si se mantienen las condiciones pactadas pues los propietarios habrían accedido a rebajar sus pretensiones económicas para lograr un acuerdo satisfactorio para las dos partes. El inmueble gusta al Concello, no ahora, sino desde hace muchos años por su ubicación y por la solera de una edificación que mantiene un estado razonable de conservación pese a tener cerca de 110 años. En 2017 el entonces alcalde, Rafael Cuíña, aludió a contactos de representantes de la familia con el Concello para abordar una transacción que entonces el mandatario “no veía” pues ascendía a 600.000 euros, pero sin el bajo que durante medio siglo había ocupado el Banco Pastor.

Ahora el montante de la operación, para el edificio completo, estaría algo por encima de esta cantidad. No obstante, una administración pública está sometida a condiciones diferentes que un particular y por eso será necesaria la evaluación de un técnico para conocer la tasación estimada de la histórica edificación. En caso de que las negociaciones lleguen a buen puerto el gobierno municipal ya tendría destino para el inmueble. La idea es que se convierta en un equipamiento cultural con espacios destinados a la promoción turística y a la Feira do Cocido. No conviene perder de vista que en la parcela existe un singular jardín con muchas posibilidades de aprovechamiento, a escasos metros del Kilómetro 0 de la villa. Rodeado de plantas de boj, también dispone de una palmera y un cedro.

Rehabilitación

A pesar de que el inmueble, para su antigüedad, está bien conservado, será preciso acometer una importante inversión en su rehabilitación como bien municipal. El bajo permanece como un espacio diáfano desde que la entidad financiera que lo ocupó durante años cerró la sucursal. El mandatario estaría barruntando la posibilidad de implicar a otras administraciones superiores en la financiación de los trabajos, sin descartar a la Xunta de Galicia.

Las relaciones entre los propietarios de la vivienda y el ayuntamiento siempre fue buena y de espíritu colaborador pues incluso se permitió a la administración municipal colocar vinilos publicitarios y de reclamo turístico en las ventanas de los bajos desde que el banco que lo ocupaba se fue. Ahora la Casa de Álvaro podría convertirse en propiedad de todos los lalinenses.

Construcción de 1913 de estilo modernista

Construida en 1913 por Álvaro Goyanes Crespo, el edificio es un exponente del estilo modernista y destaca, además de por su belleza, por la singularidad de asentarse en un municipio que entonces apenas rebasaba los 16.000 habitantes; un puñado de ellos en el casco, y el estilo modernista predomina en las ciudades. La distribución de la edificación consta de planta baja, primer piso y bajo-cubierta, que abarca una superficie que ronda los 200 metros cuadrados. La casa de la familia Moure goza de protección en el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) de 1999 que limita las opciones de recuperación para un destino residencial. Sobra mencionar que la fachada es intocable y según las directrices del planeamiento podría ser renovada como una edificación de planta baja, entreplanta y alta. En la ficha descriptiva del planeamiento se concreta. “No se permite la ocupación del espacio libre privado existente en la parcela, pudiendo la edificación actual (incluyendo la construcción existente en la esquina de la calle Pelayo y el callejón) alcanzar una altura de planta baja, entreplanta, planta primera y bajo cubierta, sin autorizarse la planta ático”, indica.

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