Carlota Gil Rivadulla ya descansa en casa después de dos semanas hospitalizada en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS). La joven estradense de diez años llegó al hospital después de sufrir un grave atropello en la N-640 a su paso por Ponte Liñares, una zona en la que desde hace años se vienen sucediendo los accidentes y especialmente los atropellos. En su caso, un coche la golpeó y la desplazó varios metros cuando cruzaba la calzada ante la panadería familiar en la que trabaja su madre. A partir de ahí llegó el caos. Movilización de medios de todo tipo, tensión y especialmente el dolor una familia que ya sabe lo que es perder a uno de sus miembros por un atropello en el mismo lugar. Esa familia descansa hoy aliviada tras ver como Carlota logró superar los malos momentos por los que pasó tras el accidente.

“Nos han dicho que tiene que guardar reposo, sin estrés, y que eso lo hacía incluso mejor en casa que allí en el Clínico, así que la mandaron para casa a descansar y vigilada”, explica su padre, contento porque los problemas de cabeza que había mostrado en los primeros momentos quedaron finalmente en nada. “Lo peor ya pasó pero el susto nos quedará para siempre”, reconoce.

La noticia del regreso de Carlota a casa el pasado miércoles no pasó desapercibido a los vecinos y amigos de la familia. En la noche de ayer, muchos de ellos decidieron organizar un recibimiento para la joven Carlota. Equipados con globos y pancartas se presentaron ante la vivienda de la familia en la céntrica calle Ulla. Los padres, ya avisados de lo que iba a pasar, permitieron que la niña se acercase a la ventana de su piso para verlos y saludarlos, pero no bajar la calle debido a la obligación de guardar reposo.

Los amigos y vecinos la recibieron con globos y pancartas BERNABE/JAVIER LALIN

Abajo la esperaban docenas de personas entre las obras de la peatonalización de la calle principal de A Estrada. Con globos, pancartas y música que llegaba desde un piso de la zona, realizaron un cariñoso gesto hacia Carlota, que lo agradeció sin parar de saludar a todos. Hubo emoción, lloros y risas pero por encima de todo una gran sensación de alivio después de todo lo vivido en las últimas semanas.

Campaña vecinal

El atropello de la joven Carlota Gil originó una campaña en Callobre para reclamar mejoras de seguridad en el paso de la N-640 por la zona de Ponte Liñares. En solo unos días la iniciativa vecinal ya acumula 2.000 firmas por internet, a las que habría que sumar las firmas que se están recogiendo en persona y que también marchan a gran ritmo. Además, el propio alcalde de A Estrada, José López Campos, reclamó a Carreteras medidas en este punto negro dentro del municipio, lo mismo que el BNG, que incluso planteó el problema ante el Congreso. Los vecinos confían en que toda esta presión terminé trayendo alguna reacción por parte de los organismos competentes.