La I Feira Internacional de Apicultura de Lalín Alvariza cerró ayer sus puertas, tras dos intensas jornadas de actividades infantiles, charlas formativas y casi medio centenar de puestos de venta de miel y derivados, queso y maquinaria apícola.

Una demostración de fundición de cera. | BERNABÉ /Javier Lalín

La acogida a esta primera edición ha sido excelente, con una gran afluencia de público tanto el sábado como ayer domingo. Y los efectos de Alvariza en la hostelería se han hecho notar durante todo el fin de semana, ya que “muchas personas aprovecharon su visita a la feria para después quedarse a comer un cocido en Lalín”, explica el organizador de Alvariza, David Liñares. Este apicultor se muestra muy satisfecho con el resultado de la feria, y ayer a última hora se pasaba un cuestionario a las empresas participantes para recoger valoraciones y aportaciones sobre la ubicación, la instalación y los contenidos de esta primera cita.

Será el Concello de Lalín quien decida si Alvariza tiene nuevas ediciones, ligadas también a los eventos de la Feira do Cocido. Este año, de hecho, la feria de miel era la novedad del programa. A la espera del balance oficial sobre el volumen de ventas y la asistencia, es evidente que esta feria fue mucho más allá de limitarse a vender producto de la zona: el sábado puso en marcha charlas para todo el público, centradas en el papel de las abejas como portadoras de la biodiversidad.

Ayer, las ponencias tuvieron un carácter más profesional, con cuestiones como el papel de las denominaciones de origen a la hora de desarrollar la apicultura local o cómo luchar contra la varroa. Hubo, también, demostraciones culinarias, actividades para que los más jóvenes conozcan el valor de la apicultura y de las abejas y un viaje al pasado que bien puede ser el futuro: una ruta de senderismo por las alvarizas al pie de la Serra do Candán, en la que tomaron parte 125 personas. La caminata estuvo organizada por Roteiros de Lalín.

Uno de los talleres infantiles de la feria. BERNABE/JAVIER LALIN

Es de esperar que el año que viene la Feira do Cocido vuelva a celebrarse en sus fechas habituales, entre enero y febrero. Esto ayudaría también a que la Feira do Mel tenga lugar en los meses de invierno, idóneos para este tipo de eventos (más que en abril). David Liñares señala que ahora mismo, en plena primavera, los apicultores tienen mucho más trabajo en sus colmenas que durante los meses de invierno. Así, si se celebra en el arranque del año, también podrán acudir más empresas y profesionales a la cita lalinense.

Una forma de impulsar el producto local

El medio centenar de alvarizas al pie del Candán nos da una idea del empuje económico que tuvo la producción de miel en la comarca. La intención del gobierno local es poder recuperar algunos de estos colmenares, que ya fueron catalogados en 2014 por el colectivo Abella Lupa, con la colaboración del biólogo lalinense Martiño Nercellas. No es la primera vez que el alcalde, José Crespo, deja claro que la Feira do Cocido quiere servir no solo para ensalzar el plato más conocido de Lalín y la única feria gastronómica de España declarada de Interés Turístico Internacional. La intención del Concello es dar a conocer todos los productos que se cosechan en Lalín y en la comarca, que forman parte de este plato pero que también están presentes en los postres que sirven de colofón a un buen cocido.

Y de ahí que este año la co-protagonista sea la miel. Pero junto a la miel, en Alvariza, estuvieron presentes varias marcas de queso que se fabrican en tierras dezanas y que desde hace años cuentan ya con un mercado muy consolidado. No en vano, los quesos y mieles del centro geográfico de Galicia siempre consiguen reconocimientos en las catas que organiza la Xunta.