Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una carrera de fondo

Diego Montes, futbolista estradense de 19 años, fue diagnosticado en enero de una leucemia y hoy aguarda ingresado en el hospital a que llegue el transplante de médula que necesita

Diego Montes posa tras un partido disputado en el estadio Juan Amado de Pontevea.

Delfín Montes nos atiende junto a la cama de hospital de su hijo. Llevan un mes allí, con el segundo ciclo de quimioterapia para tratar de controlar la leucemia que le fue destacada a mediados del mes de enero. Diego Montes, de solo 19 años, afronta ahora una carrera de fondo con una meta clara, el trasplante de médula que necesita para poder vivir. Inicialmente se le realizaron pruebas a su padre y a su hermano pero ninguno fue compatible, así que se recurrió al banco mundial de donantes, donde aparecieron dos candidatos compatibles al 100%. Ahora, queda aguardar por su disponibilidad para realizar la donación, una espera muy larga para un joven que hace poco más de dos meses estaba corriendo la banda del estadio Juan Amado defendiendo los colores del Praíña. “Con 19 años, esto no le tocaba pero ahora no nos queda más que apechugar y aguantar”, lamenta su padre.

La vida de este joven de San Xorxe de Vea cambió por completo el día 19 de enero cuando su novia le vio unas pequeñas manchas en el cuello. Diego le restó importancia pero al día siguiente su pareja vio como las manchas se habían extendido y ya tenía también por las axilas. Ante su insistencia consiguió convencer al joven. Desde el centro de salud lo enviaron a hacer unos análisis al Hospital Clínico Universitario de Santiago y ya no salió de él. El diagnóstico era claro, sufría una leucemia linfoblástica aguda.

A partir de ahí quedó atacar con todo a la enfermedad, algo a lo que ayudó el buen estado físico del lateral de 19 años. “El primer ciclo de quimioterapia que le metieron fue muy fuerte. El médico nos dijo que si fuese una persona mayor, la consideración sería diferente pero al ser un joven saludable decidieron darle la quimio más fuerte para limpiarlo y lo tumbaron. Con solo cinco sesiones estaba hecho polvo. Le llevó mucho tiempo recuperar. Para que pudiese comer tenían incluso que lavarle la boca antes con anestesia por el dolor que tenía. No era capaz de abrirla”, relata.

El Praíña retiró el número 2 hasta que el joven lateral regrese

La dureza de esta primera fase de tratamiento fue bien, iniciándose la búsqueda de donantes. Diego Montes pudo volver a casa y descansar durante unas semanas pero después tocó volver de nuevo al hospital para un nuevo ciclo de quimioterapia. A pesar de la gran pérdida de peso en estos poco más de dos meses, Delfín señala que se encuentra bien de fuerzas y agradeciendo el cariño que está recibiendo de amigos y compañeros.

Un apoyo clave en esta enfermedad fue la de un exentrenador. El lateral se formó en las categorías inferiores del Callobre pero pronto dio el salto al Compostela, donde coincidió con el técnico y jugador Juan Caneda, a quien en 2020 le diagnosticaron la misma enfermedad. “Cuando se enteró que Diego estaba en la misma situación lo llamó. Hablaba con él casi todos los días. Le dio muchos ánimos. Incluso vino una vez al hospital y pudieron verse y hablar con momento. Fue muy importante para él”, explica su padre.

Otro gran apoyo que recibió vino por parte de sus compañeros en el Praíña. El lateral llegó al equipo del Juan Amado en juveniles, donde pasó dos años antes de dar el salto al equipo de Primera Autonómica este año. “No contábamos con todo lo que están haciendo. Están siempre pendientes de él y animándolo. Les estamos muy agradecidos a todos”.

El Praíña retiró el número 2 hasta que el joven lateral regrese

El Praíña retira el número 2 hasta su regreso

Tras conocer la noticia de que Diego Montes había quedado ingresado, el equipo sénior del Praíña decidió suspender su entrenamiento y poner rumbo a Santiago. Una expedición de unas veinte personas se plantó a las puertas del Hospital Clínico Universitario con una pancarta de ánimo al jugador de Vea, que sin embargo no pudo ni siquiera asomarse a saludarlos desde la ventana. Fue pese a ello un gesto que no olvidará, como también el protagonizado unos días después por el equipo juvenil, en que militaba el año pasado. En las semanas que pudo estar fuera del hospital, el jugador acudió al campo a ver a sus compañeros donde fue recibido entre aplausos. El club ha retirado el número 2 hasta que regrese.

Compartir el artículo

stats