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El célebre botánico Miguel Colmeiro y Penido

Natural de Chapa, fue un destacado científico y director del Real Jardín Botánico de Madrid desde 1868 y hasta su fallecimiento

El Real Jardín Botánico de Madrid fue dirigido por Colmeiro. | // A.V.N.

El ilustre sabio botánico Miguel Colmeiro y Penido era hijo del escribano José Carlos Colmeiro Rodiño y Luisa Penido Moas, nieto de Silvestre Colmeiro, nació en San Ciprián de Chapa (Silleda), carpintero y hábil tallista, autor de importantes obras como el retablo de la Iglesia de Santa Eulalia de Donsión (Lalín), el camarín con la virgen del Rosario de la iglesia de Soutolongo o la Custodia de la iglesia de San Martín de Prado. Estudió Medicina y Ciencias en la Universidad Central de Madrid, doctorándose en ambas especialidades. Se dedicó preferentemente a la Botánica, llegando a ser una autoridad europea en dicha ciencia.

El científico silledense. antonio vidal neira

Era hermano de otro esclarecido gallego, Manuel Colmeiro, historiador, jurista, político y una de las figuras más destacadas de los economistas españoles del siglo XIX. Nació en Santiago de Compostela en 1818 y murió en Madrid en 1894. Se licenció y doctoró en Derecho por la Universidad de Santiago de Compostela, de la que fue profesor de Economía Política y posteriormente Catedrático de Derecho Político y Administrativo de la Universidad Central de Madrid. Ejerció la abogacía y fue miembro de las Reales Academias de la Historia y de la Ciencias Morales y Políticas, de la que fue socio fundador y primer Bibliotecario. Como político, militó en el partido Fusionistas de Sagasta y fue diputado a Cortes por el distrito de Pontevedra, senador por la provincia de Pontevedra y senador vitalicio por la Real Academia de la Historia. Profesor honorario de la Universidad Imperial de Cracovia (Polonia) y de la Universidad Imperial de Karkoff (Rusia). Fue Fiscal del Tribunal Supremo. Miembro de la Real Academia de la Historia. Inspector General de Instrucción Pública. Como economista fue autor de obras importantes.

Caricatura en una revista de la época.

En 1842, hizo oposiciones y obtuvo la cátedra de Agricultura y Botánica de la Universidad de Barcelona (1842), posteriormente la de Historia Natural de Sevilla (1847), fundando en esta ciudad el jardín botánico y luego ocupó la cátedra de Organografía y Fisiología Vegetal de la Universidad de Madrid (1857). Desde 1868 hasta su muerte fue director del Jardín Botánico de Madrid. Fue uno de los fundadores de la Sociedad Española de Historia Natural y fue elegido su primer presidente y también director del Museo de Historia Natural. Fue miembro de las Reales Academias de la Lengua, introdujo todos los términos técnicos de la Botánica; Medicina; Ciencias Exactas, Física y Naturales. Desempeño el cargo de vocal del Consejo Superior de Agricultura, Industria y Comercio. Socio de la Sociedad Botánica de Ratisbona. En el ámbito universitario, desempeñó los cargos de Decano de la Facultad de Ciencias y Rector de la Universidad Central de Madrid, entre 1890 y 1894. Permaneció soltero y vivió muchos años en familia con su hermano menor Manuel. En su honor fueron bautizadas con el nombre de Colmeiro algunas plantas de la familia de las saxifragáceas y de las euforbiáceas.

Fue autor de múltiples y valiosas obras de trascendental importancia. Merecen especial mención las tituladas: Ensayo histórico sobre los progresos de la Botánica (1842); Principi che devono regualare una fiora, conferencia dada en el Congreso científico de Lugo y que alcanzó gran resonancia (1843); Catálogo metódico de plantas observadas en Cataluña (1846); Ampliación de la Botánica (1847); Memoria sobre el modo de hacer las herborizaciones y los herbarios (1847); Apuntes para la flora de las dos Castillas (1849); Recuerdos botánicos de Galicia (1850); Investigaciones sobre la madera llamada Alerce (1852); Examen de las encinas (1854); Curso de Botánica (en colaboración con Claudio Bontelop)(1857); La Botánica y los botánicos de la península hispano-lusitana (1858), obra que la Biblioteca Nacional le concedió un premio de 8.000 reales; Manual completo de Jardinería (1859); Observaciones y reflexiones hechas sobre los movimientos de las hojas y flores de algunas plantas con motivo del eclipse de sol del 18 de julio de 1860 (1860); Enumeración de las criptógamas de España y Portugal (1867); Examen histórico-critico de los trabajos concernientes a la flora hispano-lusitana (1870); Diccionario de los diversos nombres vulgares de muchas plantas (1871); Genisteas y antilideas de España y Portugal (1872); Fumariáceas de España y Portugal ((1872); Rosáceas de España y Portugal (1873); Catalagus seminum in Horto botánico matritensi (1874); Bosquejo histórico del Jardín Botánico de Madrid (1875); Enumeración de las plantas de la península hispano-lusitana e Islas Baleares (1835); Resumen de los datos estadísticos concernientes a la vegetación espontanea de la península hispano-lusitana e Islas Baleares (1890); Primeras noticias acerca de la vegetación americana suministradas por Colón (1892).

Sevilla, Barcelona y Madrid retuvieron casi constantemente al ilustre catedrático, no permitiéndole venir a Galicia sino por vacaciones académicas, esto explica que, siendo gallego, solo ha dejado como testimonio de su afecto a la tierra natal, los Recuerdos botánicos de Galicia, fruto de dos cortas temporadas veraniegas en los años 1845 y 1848, que editó en 1850, que es un catálogo de las plantas más notables del país, enumera más de 500 especies, fruto de su propia observación.

Manuel Murguía

Colmeiro, fue un sabio inolvidable en el campo de la Botánica, mantuvo correspondencia con los más célebres botánicos del mundo, como Webb, Decandolle, Lange, Cosson, Reuter y otros que le consultaban y le admiraban. Fue un obrero infatigable de la cultura, perteneció, a varias academias científicas nacionales y extranjeras y recibió varias condecoraciones, Caballero de la Gran Cruz de Isabel la Católica y Comendador de la Orden de la Rosa de Brasil. Con su muerte la ciencia española perdió uno de sus más ilustres representantes. Manuel Murguía en su obra Galicia cita Miguel Colmeiro, como uno de los más ilustres hijos de Compostela.

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