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antonio batán Fernández nnficha personal | Presidente de la Banda de Lalín

“Quiero pensar que el futuro está asegurado pero hay que poder conseguir más alumnos”

“El regreso del director Marcel van Bree es todo un empujón a la música popular y la suerte es que trabajará por y para la banda”

Antonio Batán posa, ayer, en el Auditorio de Lalín. | // BERNABÉ/J. LALÍN

Acaba de tomar el testigo de Alejandro Piñeiro al frente de la presidencia de la Banda de Lalín. Antonio Batán Fernández encabeza una directiva compuesta por 11 personas, que incluye a dos socias madres de músicos como verdadero enlace entre sus distintos integrantes.

–¿Le costó aceptar el cargo de presidente de la Banda de Lalín?

–Para nada. De hecho, lo hago muy ilusionado puesto que se trata de un reto personal que me propuse porque llevo ya muchos años en la Banda de Lalín y como a director no puedo llegar porque mis conocimientos musicales no alcanzan para tanto, pues al menos poder ser presidente. Para mí es un orgullo y como digo un desafío.

–¿Queda mucho por hacer?

–Hay mucho hecho pero sí queda mucho trabajo por hacer. Hay cosas que mejorar, proyectos con los que continuar y cosas nuevas que queremos poder llevar a cabo.

–¿Cómo por ejemplo?

–Yo quiero potenciar la escuela de la banda, sobre todo. Trabajar con ellos porque no deja de ser el nutriente de músicos principal de la formación musical. Me refiero a trabajar para ella con la ayuda de sus profesores. Si la situación sanitaria nos lo permite, nos gustaría poner en marcha algunos proyectos.

–¿Qué supone el regreso de Van Bree a la dirección del combo?

–Su regreso es todo un empujón a la música popular que necesitaba la Banda de Lalín. Marcel es todo ilusión y ganas de trabajar. Estamos hablando de todo un buque insignia en la dirección en Galicia y la gran suerte que tenemos es que vuelva a trabajar para y por la banda.

–¿Espera poder mantener el calendario de conciertos en estos tiempos convulsos de pandemia?

–Si nada lo impide, tenemos prevista la presentación de Marcel Van Bree, el 12 de marzo, y después está el homenaje a Laxeiro, en el que tocaremos una obra que está componiendo José Luis Represas, el viernes 1 de abril, y si no hay contratiempos, el Concerto do Cocido, que está para el sábado 23 de abril.

–¿El futuro de la Banda de Lalín está garantizado en cuanto a la renovación de sus miembros?

–Queremos pensar que sí. Pero esto es como todo, llega un punto en que los alumnos se van a estudiar a Santiago y le dedican menos tiempo a la música. Si tenemos un futuro cercano asegurado como banda pero tenemos que seguir tirando e intentar conseguir más alumnos de aquí en adelante.

–¿Es factible repetir el rotundo éxito internacional conseguido en Kerkrade en el año 2013?

–Es nuestra ilusión. Ir a tocar a un certamen como el de Kerkrade es algo que va mucho más allá de lo puramente musical. Es un viaje de varios días en el que convives con tus compañeros, donde haces piña y familia y conoces mundo. La música es por supuesto el eje central de todo pero a nosotros nos interesa también mucho esa vertiente de socialización que tienen desplazamientos así. Lo que pasa es que la situación actual no es nada sencilla.

–¿A qué se refiere con ello?

–Me refiero a que tuvimos como directora a Isabel Rubio con la que la Banda de Lalín creció un montón desde el punto de vista musical. Isabel tuvo una oportunidad brillante de ir a realizar cursos de dirección con Soler en Valencia y se le hizo difícil de compaginar estar en Lalín con dirigir allá. Nos tuvo que dejar por motivos profesionales. Después estuvimos un año en el dique seco, y aquí tengo que decir que gracias al trabajo de la directiva saliente, con Piñeiro y “Cheíto”, que aguantaron mucho el peso de la banda en un tiempo donde el futuro de la formación estuvo en serio peligro. Salimos adelante y aquí seguimos. Ahora tenemos a Marcel, esperemos que por mucho tiempo porque como te decía se trata de todo un referente en lo que a llevar la batuta se refiere en el panorama actual gallego.

–O sea, que para salir al extranjero hay que garantizar una continuidad en la dirección, ¿no?

–Claro. La situación de los últimos directores que tuvimos no nos permitió la oportunidad de planear viajes a largo plazo. Date cuenta que un viaje a Kerkrade o por ahí es un proyecto que tienes que trabajar con muchos meses de antelación. Entonces, como estábamos entre la pandemia y el problema que tuvimos con los directores, para nosotros fue muy complicado. Con esto no quiero decir que lo descartemos. Al contrario, musicalmente ahora mismo la Banda de Lalín tiene un potencial bestial y sí se podría participar sin problemas. Es más complicado en el aspecto económico, pero ese es otro cantar.

–¿Alguna grabación en ciernes de la Banda de Música de Lalín?

–No tenemos proyectos a la vista de nuevas grabaciones. Sí que tenemos un poco en el aire del último que grabó la banda, el Pombas de Carboeiro de Benxamín Otero. Como presidente de la banda me gustaría y mucho cuando todo esto se normalice un poco y todos estemos asentados en nuestros respectivos puestos, empezar con proyectitos como el de la presentación de ese disco de Benxa Otero porque me parece un trabajo excelente.

–¿Cuándo podrán retomar la Festa do Socio de la Banda de Lalín?

–Pues, en cuanto nos lo permita la situación sanitaria. La Festa do Socio forma parte de la socialización de la que te hablaba antes junto a los viajes y los conciertos en la fiestas. Además, también habría que aumentar algunas cuerdas porque las hay que flojean, como los trombones, que sólo tenemos dos, o con los saxos, donde ahora hay seis y antes no hace mucho eran el doble. De todas formas, seguimos siendo una banda muy numerosa porque contamos con entre 80 y 85 músicos, que es un cifra que no está nada mal.

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