Sea por la necesidad de base territorial de las granjas para contener costes o para sus proyectos en extensivo, o sea por el tímido regreso al rural que favoreció la pandemia, los precios de la tierra rústica y del monte subieron hasta un 60% en Galicia en relación a 2013. Son datos que ofrece el Informe anual sobre prezos e mobilidade da terra rústica en Galicia 2021, que acaba de difundir el Observatorio Galego da Mobilidade de Terras con datos referidos al periodo 2018-2019.
Al mismo nivel que O Salnés
A diferencia del periodo 2015-2017, en este informe no se facilita el número de ventas por comarcas. Pero sí podemos consultar los precios medios de tierras de labor, de monte y totales. Deza se coloca al mismo nivel que O Salnés, Pontevedra o las comarcas de Lugo a la hora de hablar de la tasa de movilidad de fincas de cultivo. La tasa de movilidad es el porcentaje de tierras de labor o de monte que se venden, en relación a la superficie total de su categoría. La global de Deza es del 1,25%, que sube al 1,50% en superficie agraria útil (las tierras de labor) y es del 1,08% para el monte. Ese 1,25% supera cómodamente a la tasa del 0,69% de toda la provincia y la del 0,57% de Galicia, así que ya nos damos una idea del ritmo de ventas en Deza. Y aquí es importante que mencionemos a dos de sus municipios: Rodeiro y Agolada. En el primero, la tasa de transferencias de tierras de labor se dispara al 2,27%, la cifra que ya tenía en 2015-2017. A Rodeiro solo lo supera el concello coruñés de Cariño, con una tasa del 4,07%. Agolada, por su parte, marca un muy digno 1,90%, que lo coloca como el cuarto a nivel gallego. El tercero es el concello de Portas.
Pero hablemos de precios. Entre 2018 y 2019, en Deza el precio medio de una finca de labor era de 1,63 euros por metro cuadrado, por encima del 1,55 que marcaba entre 2015 y 2017. Mejoraron también las cotizaciones de las parcelas de monte, pasando de los 0,61 euros/m2 a los 0,78. Con sendas subidas, es lógico que también mejore el precio medio total: el informe indica que en Deza está en 1,19 euros/m2,, rebasando los 1,07 que tenía en el estudio anterior.
En cambio, en Tabeirós-Montes y en base a los datos que saca el informe de la Agencia Tributaria, resulta que baja el valor de la superficie agraria. Entre 2015 y 2017 estas fincas se vendían a una media de 1,77 euros, un precio más alto del que entonces había en Deza. Pues bien, a finales de 2019 resulta que ha caído a los 1,37 euros. Sí asciende, en cambio, el valor de la superficie forestal, que pasa de 0,56 a 0,82 euros/m2. Así que, en conjunto, las fincas en Tabeirós-Montes se pagan a 1,07 euros por metro cuadrado, por encima de los 0,97 del periodo anterior. La tasa global de movilidad de Tabeirós-Montes es del 0,41%, que pasa al 0,73% si hablamos de tierras de labor, y se queda en el 0,30 en las superficies forestales.
Repasemos: la tierra de labor cuesta 1,63 euros por metro en Deza y 1,37 en Tabeirós. Es más barata que la media gallega, en 1,79. Los montes valen 0,78 en Deza y 0,82 en Tabeirós-Montes, unas cifras que sí están en concordancia con el promedio gallego, de 0,83.
Hasta 2,5 euros en Lalín
El informe adjunta mapas en los que poder consultar el precio medio por municipios tanto de tierras de labor como de las fincas forestales. Lalín, Silleda y Cerdedo-Cotobade manejan los valores más altos en las que son superficie agraria útil, con precios, de entre 1,5 y 2,5 euros por metro cuadrado. Entre 2014 y 2016,se vendían como mucho a entre 1 y 1,5 euros por metro, que es el precio que tienen ahora los demás concellos de la zona. Lalín también ostenta el mejor precio entre 2017 y 2019 para los terrenos forestales, con una media de 1 a 1,5 euros por metro. El resto de los municipios se mueve entre los 0,5 y el euro. En relación a 2014-2016, los precios subieron hasta 0,2 euros en tierras de labor, y 0,5, en monte.
Casi 11.500 hectáreas cambiaron de dueño en Galicia
Como decíamos, el último informe del Observatorio Galego da Mobilidade de Terras solo ofrece datos de número de fincas y hectáreas vendidas a nivel gallego. De esta forma, en 2018 se vendieron 38.165 fincas, y en 2019 fueron 38.874. Es cierto que 2019 mejora respecto al año precedente, pero también es verdad que cualquiera de las dos cifras queda muy lejos de las 48.881 ventas de 2013 o las 50.139 de 2008. Es distinto hablar de las hectáreas vendidas, porque ya hay menos diferencia con años anteriores, y puede deberse a que las fincas ahora son de más tamaño. En 2019 cambiaron de dueño en Galicia 11.470 hectáreas, y en 2018 fueron 10.795. Hubo años peores, como 2017 (con 10.043 hectáreas). Y las mejores cifras corresponden también a 2013, con 16.492 hectáreas vendidas, pero no a 2008, sino a 2014, con 12.607.
De las 11.470 hectáreas vendidas, 4.500 son de superficie agraria útil y casi 7.000 de monte. Este predominio en venta de tierras forestales puede explicarse al tirón que tienen en municipios del litoral atlántico como O Grove, o Vilagarcía de Arousa. También destacan por su tasa de movilidad forestal Vedra, Melide, Palas de Rei, Ortigueira o Melide. Todos ellos tienen una tasa de transferencia de superficie de monte superior al 2%.
