El confinamiento en la primavera de 2020, tras el estallido del COVID, y la posterior crisis económica ralentizaron, y mucho, el emprendimiento empresarial de las comarcas. El IGE acaba de publicar los indicadores de demografía empresarial, que demuestran que la tasa de crecimiento de los negocios solo es positiva en cuatro de los nueve municipios: Silleda, Vila de Cruces, Dozón y Cerdedo-Cotobade. Así las cosas, cerraron más firmas de las que abrieron en las dos capitales de comarca y pulmones empresariales de la zona, A Estrada y Lalín.
La tasa de crecimiento total es el porcentaje de la variación neta de empresas (la diferencia entre altas y bajas) en relación al total de negocios al principio del año. En Silleda, ese crecimiento en 2020 fue del 0,12%, pero es que en 2019 estaba en el 1,39. En Trasdeza, la tasa bruta de natalidad indica que abrieron el año de la pandemia 96 empresas por cada mil, superando por poco a las 94 que echaron el cierre. El año anterior al estallido del COVID, en Silleda comenzaron a funcionar 100 empresas por cada mil, y cerraron 86. Como vemos, las cifras entonces eran mejores.
Cruces, otro de los municipios con crecimiento positivo (0,48, mejor que el -0.72 de 2019), muestra una mejora en la tasa de natalidad, pasando de 72 a 87 nuevos proyectos empresariales, pero resulta que también cerraron más empresas, con 79 por cada 1.000 en 2019 y 82 por cada 1.000 en 2020. Dozón, como Silleda, mantiene su tasa de crecimiento en positivo tanto en 2019 (2,44%) como en 2020 (2,36). Pero no es ajeno al impacto económico del coronavirus. En 2020, su tasa bruta de natalidad es de 119 firmas (tenía 121 en 2019), y la de mortalidad, de 95 (que baja, ya que estaba en 97).
El cuarto y último concello con crecimiento en positivo es Cerdedo-Cotobade. Su tasa de crecimiento empresarial es del 0,67, saliendo así de la cifra negativa de -1,01 de 2019, Es también el municipio con la tasa de natalidad de empresas más alta de la zona, con 124 por 1.000 (tenía 107 en 2019) y apenas varía la tasa de mortalidad, de 117,45 en 2019 y de 117,85 en 2020.
Lalín, víctima de los cierres
Tampoco cambia mucho el ritmo de emprendimiento en Lalín en 2020, con 74,46 empresas por cada 1.000, mientras que en 2019 era de 74,82. Ya no tendremos que recurrir más a los decimales porque sí hay bastante más diferencia en las 100 empresas que cesaron su en 2020 frente a las 82 del año previo al COVID. Por eso, en la cabecera comarcal dezana se agravó la tasa negativa de crecimiento empresarial: en 2019 era de -0,76, y ahora está en el -2,65%.
A Estrada también tiene números rojos en cuanto a emprendimiento. Se dieron de alta 91 empresas por cada 1.000, por debajo de las 99 que marcó en 2019. Y mientras bajaba el número de altas, crecía el número de ceses en relación a 2019: 105 frente a 96. Por eso obtenemos una tasa negativa de crecimiento empresarial del -1,38%, mientras que en 2019 estaba en el 0,31%.
Las cifras son peores en Forcarei, debido a que se dispara el volumen de empresas que cesan su actividad, con 109 por cada 1.000, muy por encima de las 63 de 2019. Con ese centenar de firmas que dejan de funcionar, poco pueden hacer las 80 que arrancan en el mundo empresarial. Así las cosas, la tasa de crecimiento empresarial de Forcarei pasa del 2,43% de 2019 al -2,84% de 2020.
Es Agolada, sin embargo, la que está en peores condiciones en cuanto a crecimiento empresarial. Ya le ocurría en 2019, con una tasa negativa de -5,95%, una tasa bruta de natalidad de 41 empresas por cada 1.000 y una tasa de mortalidad de más del doble, 101. En 2020, logra rebajar su tasa negativa de crecimiento, al -5,13%. Es verdad que mejora el emprendimiento, alcanzando ya las 70 nuevas empresas por cada 1.000. Pero es que al mismo tiempo se agrava la tasa de las que echan el cierre, con 121 por cada millar.
Rodeiro, sin variaciones
Y Rodeiro tiene las mismas empresas que abren que las que cierran, 85,37 por cada 1.000. Así que su crecimiento es cero ¿Qué ocurrió en 2019? Pues que abrieron menos firmas, 74, pero también cerraron menos, 67. Por entonces, su crecimiento fue del 0,62%.
Compañías con más empleados que en 2014
Hemos comparado el emprendimiento de 2020 con su ejercicio precedente, para ver el impacto de la pandemia en la resistencia de las empresas. En relación a 2019, salvo Dozón, sí aumenta el tamaño medio de las firmas con sede en alguno de los municipios de la zona. Y aquí volvemos a tirar de decimales. Las más grandes están en Silleda, Rodeiro y Lalín, con una media de 2,82; 2,72 y 2,66 autónomos o empleados, respectivamente. En 2019, las cifras de estos tres municipios eran de 2,78 para Trasdeza, 2,71 para Camba y 2, 54 para Lalín. En Forcarei, el tamaño medio de las empresas es de 2,65 empleados o autónomos (de 2,43 en 2019), y A Estrada se mantiene en el 2,56. Dozón, como decíamos, pasa de 2,52 a 2,34, mientras Vila de Cruces sube de 2,31 a 2,33. Cerdedo también mejora, y de los 2,10 autónomos o trabajadores sube a los 2,13. Las cifras también son buenas en Agolada, al ascender de 1,52 a 1,62.
En este punto, es interesante ver cómo han crecido las empresas desde 2014, el año en que oficialmente terminó la anterior recesión económica. Por entonces, había cuatro concellos que no pasaban de los dos empleados (Agolada, con 1,46; Cerdedo, con 1,57; Forcarei, con 1,87; y Rodeiro, con 1,86). Silleda lideraba entonces también la tabla, pero con 2,60 socios o empleados, mientras que Dozón tenía 2,21, una cifra por encima de los 2,16 de Lalín y los 2,06 de A Estrada. Vila de Cruces, por su parte, mantenía al final de la anterior recesión económica una media de 2,13 empleados o autónomos por empresa.
