En estos días que el Open de Australia entra en su recta final, los aficionados al tenis de Lalín tienen complicado emular a los Nadal, Berrettini, Tsitsipás o Medvedev de turno en las pistas municipales próximas al lago del Paseo do Pontiñas. La suciedad se ha adueñado de los dos recintos deportivos que ayer también presentaban numerosa basura en sus aledaños. Ambas instalaciones permanecen cerradas a cal y canto, aunque sus respectivas redes presentan un buen aspecto. Ojalá que la fiebre deportiva procedente de las antípodas haga recapacitar a las autoridades locales para que las raquetas lalinenses puedan retornar a su hábitat natural.