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Arcedianos de Deza

A partir del siglo XII se empiezan a consolidar los arcedianatos de la diócesis de Lugo que acabaron siendo: Abeancos, Deza, Dozón, Neira de Jusá, Sarria y Triacastela

Campanario y fachada principal del templo de Bermés. | // A.V.N.

El Arcediano de Deza era una de las más antiguas e importantes dignidades de la Catedral de Lugo que ejercía jurisdicción en la tierra de Deza y Trasdeza. El Arcediano era el diácono principal de una catedral y el jefe de los diáconos de una iglesia, de ahí que recibiese el nombre de archidiácono. Se ocupaba principalmente de obras de caridad que ejercía de parte del obispo, de administrar la diócesis y finalmente de dirigir algunas zonas rurales, llamadas archidiacónados o arcedianatos. Los arcedianos rebasaban la esfera del cabildo catedralicio, puesto que participan en el gobierno de la diócesis, asistiendo al obispo cada uno en su demarcación territorial correspondiente.

Fachada de la iglesia de Donramiro. | // A.V.N.

Los arcedianos extendieron su autoridad a las iglesias de una comarca y fueron designados con el nombre del territorio sobre el que tenían jurisdicción. Las primeras noticias de su existencia ya aparecen en documentos del siglo VIII. Los límites territoriales, el número de arcedianatos y sus nombres se remontan al siglo XII, a partir de este siglo se empiezan a consolidar los arcedianatos de la diócesis de Lugo que acabaron siendo seis: Abeancos, Deza, Dozón, Neira de Jusá, Sarria y Triacastela.

Entorno y templo de Goiás. | // A.V.N.

Con el paso del tiempo, los arcedianos fueron alcanzando un gran poder y una amplísima jurisdicción, hasta el punto de llegar a disputar al obispo de la diócesis la autoridad en sus demarcaciones territoriales. El profesor Antonio García Conde, en un trabajo titulado “Antiguas Dignidades de la Catedral de Lugo”, escribe que los arcedianos tenían derecho de visitar sus territorios, corregir, castigar, multar a clérigos y laicos, conferir privativamente beneficios, potestad de conocer en todas las causas civiles, criminales, mixtas, profanas, dar sentencias definitivas, facultad de lanzar excomuniones y censuras y absolver a los excomulgados. Todo esto lo podía hacer por sí o por sus vicarios.

Iglesia de la parroquia silledense de Taboada. | // A.V.N.

El Concilio de Trento limitó su jurisdicción, ante los abusos de autoridad en que incurrieron muchos arcedianos, creando en su lugar la figura del Vicario general. Tras casi siete siglos de existencia, los arcedianos comarcales fueron suprimidos por el Concordato de 1851, quedando en las catedrales un solo arcediano sin ninguna connotación territorial.

Vista lateral de la iglesia parroquial de Moneixas. | // A.V.N.

El Arcediano de Deza era la cuarta de las dignidades de la catedral de Lugo, detrás del Deán, Chantre y el Arcediano de Abeancos; se sentaba en la silla inmediata a la del Chantre, a la segunda del lado del coro llamado del Sr. Obispo, de la epístola o de la derecha, denominado así para diferenciarlo del de la izquierda, del evangelio o del Deán.

Iglesia de Palio. | // A.V.N.

Por la información enviada en 1753 por el obispo Dr. Francisco Izquierdo y Tavira, para la confección del Catastro del Marqués de la Ensenada, al Arcediano de Deza le correspondían 8.000 reales de vellón, solamente era superado por el Deán de la catedral, que cobraba 12.000 reales. Era una de las dignidades mejor retribuidas de la Catedral de Lugo. A esta cantidad había que sumarle 5.000 reales de vellón, dotación de la canonjía que solía llevar añadida, lo que daba unos ingresos brutos anuales de 13.000 reales de vellón

Panorámica de la parroquia lalinense de Donsión, con su templo al fondo. | // A.V.N.

Compartía con el Rey y con la casa de Donfreán la presentación del curato de Santo Adrao de Moneixas con su anejo Santiago de Catasós y la presentación de otros curatos, como el de San Miguel de Bendoiro con San Martiño de Prado. En la antigua feligresía de Fontecabalos, hoy perteneciente a la parroquia de Santiago de Sello, había una casa solariega llamada “Casa do Arcediano”, hoy desaparecida.

El primer Arcediano de Deza conocido, que aparece en documentos del último cuarto del siglo XII, es Pelagio Bervegen o Bervegon y el ultimo, Joaquín López del Vallado (1830-1837). Los nombres y el número exacto de arcedianos de Deza no se conocen, aunque debió haber entre treinta y cinco y cuarenta. Desempeñaron puestos importantes en el gobierno de la diócesis de Lugo, aunque ninguno llego a ser nombrado obispo.

Cronología

Siglo XII: Pelagio Bervegen (1175-1195), aparece mencionado en un documento de 12 de octubre de 1177, junto con el obispo D. Juan y el primer deán Rodrigo Menéndez y los arcedianos de Sarria e Neira, en una donación de fecha 16 de mayo de 1191 a la Iglesia de Santa María de Lugo y también aparece en la cesión de unas propiedades del Cabildo de la catedral de Lugo al Monasterio de San Pedro de Dozón, de 17 de agosto de 1194, en la que suscribe con el obispo D. Rodrigo Fernández. Rudericus (1195-1200).

Siglo XIII: Pedro Núñez (1230-1250). Martin Eanes (1286), vicario del obispo D. Fray Fernando Arias, que intervino en febrero de 1286 en los problemas del obispo con la ciudad de Lugo por asuntos de señorío.

Siglo XIV: Pelayo Rodríguez, vicario del obispado de Lugo en marzo de 1308. Fernando Arias (1312). Suero Yáñez (1321), arcediano de Deza en tiempos del obispo D. Rodrigo Ibáñez y contemporáneo de García Manteiga, arcediano de Dozón. Alfonso Gómez (1362). Juan Alfonso (1369). Sebastián Rodríguez (1390) afora a Juan Alonso un casal sitio en Souto, feligresía de San Cristóbal da Pena. Álvaro Pérez Sotomayor, arcediano de Deza en el siglo XIV, se desconoce el año concreto.

Siglo XV: Ruy Sánchez de Moscos (1400), arcediano de Deza y canónigo de la catedral de Santiago; por testamento de 24 de diciembre de 1400, ordenó ser enterrado en la capilla de Santa María del Camino, a la que donó 50 maravedíes y junto a la cual fundó un hospital de peregrinos, de devoción a San Miguel, al que dejó en su testamento una partida destina a construir dependencias para hospedar a los peregrinos, una huerta en la parte trasera, una capilla dedicada a San Miguel y una biblioteca dedicada a albergar libros de oración, teología, derecho canónico, medicina y física. Juan Álvarez Fonsalida, (1497). Rodrigo Alonso, se desconoce el año del nombramiento de arcediano de Deza.

Siglo XVI: Diego Salazar, provisor vicario del obispo Pedro de Ribera en 1507 y 1508. Alfonso de Moreira (1520). Rodrigo Saco de Quiroga, estuvo en el cargo de arcediano de Deza cuarenta y dos años. Fue nombrado representante del Cabildo el 26 de marzo de 1568 para tratar con el obispo Fernando Vellosillo de la construcción del Seminario Conciliar, comenzado a construir en 1593, en tiempos del obispo D. Lorenzo Asensio de Otaduy, e inaugurado en 1599. El primer colegial de Deza fue Pedro de Ramil, de Gresande. Andrés de Barrio, estuvo poco más de medio año en el puesto, pues fue denunciado y desposeído de la dignidad de arcediano por sentencia del Tribunal Metropolitano de Santiago, quedando solo con la categoría de simple canónigo. Rodrigo de Sanguines, se desconoce los años que fue arcediano de Deza. Jerónimo Enríquez (1586-1592).

Siglo XVII: Licenciado Diego de Quiroga (1598-1615), sucedió al arcediano Sr. Enríquez y simultaneó la dignidad de Arcediano de Deza con la Penitenciario de la Catedral de Lugo y con el alto cargo de Inquisidor en Murcia y Cuenca. En 1602 fue Provisor del obispado y Vicario capitular en 1603. Benito Gallo (1615-1624), arcediano de Deza y canónigo de la catedral de Lugo. Pedro de Junco, natural de Astorga, arcediano de Deza, canónigo de la catedral de Lugo, escribió una curiosa obra titulada “Fundación, nombres y Armas de Astorga”. Licenciado Leonel de Abreu Acebedo, fue nombrado provisor en la sede vacante de 1646 y confirmado en el cargo por el obispo D. Juan Pozo Horta, y abandonó Lugo en 1654 para tomar posesión de una dignidad en la Catedral de León. Juan de Acebedo Lira, sobrino y sucesor del anterior, fue provisor en las sedes vacantes de 1644 y 1673 y gobernador en las de 1680 y 1685. Su hermano Pedro de Acebedo fue arcediano de Dozón. Diego de Acebedo Lira, sobrino del anterior, murió en 1696.

Siglo XVIII: Licenciado Miguel Fernández Valladares (1697-1726),rcediano de Deza durante veintinueve años, fue elegido secretario de cámara, durante la sede vacante, en 1699. Alonso González de Deza y Morera, arcediano a principios del siglo XVI. Licenciado Juan Gil de Arias Somoza, nombrado para el cargo de secretario de cámara en 1734. Romualdo Izquierdo Montalbán (1754-1771), en los años 1762 y 1763 sostuvo un pleito con Agustín Álvarez de la Iglesia, arrendador del Excusado de los diezmos de la Capilla de San Martín, en el lugar de la Ermida, sito en la feligresía de Santa María de Filgueira, para reclamar los diezmos mayores y menores que devengan los colonos que le pertenecían desde tiempo inmemorial. Martin de Zúñiga Losada (1772-1785).

Siglo XIX: Pedro Vaamonde Quiroga (1785- 1802). Juan María del Seijo (1803-1810). Juan Francisco López del Vallado, el obispo D. José Antonio de Azpeitia tomó posesión de la Sede lucense el 26 de febrero de 1815 por poder otorgado al arcediano de Deza. Pedro Alcántara Rogel (1829), nombrado para el cargo por el Rey en sustitución del anterior. Joaquín López del Vallado, fue el último arcediano de Deza, que murió el 7 de junio de 1837, después de su muerte nunca más otro Arcediano de Deza volvió a sentarse en el coro de la Catedral de Lugo.

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