El coordinador de Compromiso por Lalín, Rafael Cuíña, valoró ayer la gestión del gobierno local en el año que acaba de rematar con un suspenso por mostrar una línea de la que no se separa en el presente mandato. Percibe un claro déficit gestor en “el gobierno más caro de la historia de Lalín”, prácticas irregulares en materia de contratación o el regreso de los tiempos de una deuda desproporcionada.

Para el exalcalde son evidentes numerosos errores “de principiantes” en la gestión municipal mientras otras prácticas persisten. Citó en este caso el abuso de la figura del contrato menor con reparos suspensivos en facturas por importe superior ya a los 2,25 millones de euros. Recordó las feroces críticas de los populares en el pasado mandato cuando el cuatripartito sumaba 29 facturas reparadas “y ahora son cientos, además de no estar sometidos al corsé de las reglas fiscales”. En relación al pasivo financiero, Cuíña recuerda que fue el propio alcalde, José Crespo, quien anunció en el último pleno que habría que hacer frente a una inversión extraordinaria en el nuevo centro sanitario y que por lo tanto la deuda a final de mandato, subraya el líder de Compromiso, estará por encima de los 8 millones de euros. Esto supone, dice, una deuda per capita de 400 euros mientras el cuatripartito había dejado la deuda a cero.

Por otro lado, echó de menos en la comparecencia del alcalde que no hablase del comercio, un sector que, afirma, está atravesando un momento de grandes dificultades. Retomó de nuevo lo que a su entender son problemas en la gestión para asegurar enfrentamientos entre ediles o camarillas que afectan al funcionamiento de la administración. Ejemplificó este caos con el conocimiento, dijo, el pasado pleno de que el edil del Rural no era José Cuñarro sino Avelino Souto.

Acompañado de representantes de su organización avanzó que el grupo municipal aprovechará lo que resta de mandato para registrar iniciativas plenarias sobre demandas del PP en el anterior mandato que ahora no fueron atendidas y aseguró que las inversiones del cuatripartito en la red viaria de las aldeas fue superior. Preguntó por el proyecto de la reforma integral de la Avenida Xosé Cuíña y lamentó que el ejecutivo recurra a la estrategia de mirar el retrovisor cuando se le echa en cara algún déficit gestor.

Paz política

Para Rafael Cuíña no es de recibo que el alcalde siga que con su regreso al poder se alcanzó una paz política inexistente en el mandato pasado “cuando él fue el cupable y ahora yo me niego a hacer una oposición de juzgados y uso de las cloacas policiales”.

Por último, ve con preocupación el futuro inmediato por la posible pérdida de categoría si Lalín cae, como aventura que puede acontecer, de la barrera de los 20.000 habitantes. Así se lo trasladan, dijo, técnicos municipales, sobre el balance del pasado curso, cuando Estadística certificó a 1 de enero 20.199 vecinos.

Demora del CIS y del polígono Lalín 2000

Cuíña volvió a sacar pecho en su gestión y en la de su gobierno para que el Centro Integral de Saúde (CIS) se materializase. Citó un informe del secretario municipal en el que cita hasta 23 gestiones ante la administración competente para la puesta en marcha de este complejo, que fue él quien firmó la cesión de los terrenos al Sergas ante notario o el convenio con la consellería. Este último documento, recuerda, fija en finales de 2019 el plazo de remate de unas obras que, considera, serán inauguradas pocas semanas antes de las próximas elecciones municipales. Más demora, dijo, acumula el desarrollo de la 4ª fase del polígono Lalín 2000 pues, entiende, no llegará durante el presente mandato impidiendo el desarrollo de empresas ya asentadas en la localidad y frenando el desembarco de nuevas.