El colegio de Figueiroa acogió ayer un sentido homenaje a la Loli Carracedo, profesora del centro que falleció en julio de 2020 tras sufrir un desafortunado accidente doméstico. La comunidad educativa del centro estradense y del CEIP Pintor Antonio Fernández, donde la docente natural de la parroquia de A Somoza dio clase durante muchos años, se unieron en un acto en el que también estuvieron presentes familiares de Carracedo y diferentes autoridades. Como recuerdo a la profesora. Se plantó un acebo en el jardín delantero del centro y se destapó una placa con la que la sala de profesores pasará a partir de ahora a llevar el hombre de Loli Carracedo.

El acto celebrado en el centro estradense congregó a todos los invitados en su jardín delantero, flanqueados por los alumnos de varias clases del colegio. El director José Manuel Reboredo fue el encargado de abrir el acto, recordando la figura de Loli Carracedo. Especialmente emotivo fue el discurso de la jefa de estudios, María Montserrat Uzal, quien destacó la energía que siempre caracterizó a su amiga. “Era dinámica como nadie, un remolino constante y la voz de la sabiduría en el claustro”, explicó, además de alabar su vocación educativa y su forma de motivar a los niños. “No enseñaba solo contenidos. Enseñaba a vivir”, manifestó.

Homanaje en CEIP Figueiroa a la profesora Lola Carracedo L.D.

El jefe territorial de Educación, César Pérez Ares, por su parte recordó a una Loli Carracedo con la compartió años de trabajo en el centro educativo de Goián, en Tomiño. “Loli es un ejemplo como docente, por su implicación y por su vocación”, afirmó tras plantar el árbol que recordará a la profesora estradense. El alcalde, José López Campos, señaló que se trata de un acto de recuerdo tan doloroso como necesario y auguró que Carracedo es uno de esos profesores que los alumnos terminan recordando toda la vida.

Para finalizar, el marido de la fallecida profesora agradeció emocionado el homenaje organizado por un claustro de profesores al que siempre se mostró orgullosa de pertenecer. “Cuando llegamos aquí fue un salto a lo desconocido pero desde el primer momento siempre se sintió muy arropada”.