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Gastronomía y naturaleza se sitúan entre las principales motivaciones en los flujos turísticos

Magosto, ayer, en Doade. // Bernabé/Javier Lalín

Gastronomía y naturaleza son algunas de las principales razones para descubrir Deza y Taberirós-Montes y también lo son para los turistas que eligen Galicia como destino. Así se deduce de un informe elaborado por el Área de Estudos e Investigación de la entidad Turismo de Galicia de la Xunta. En esta encuesta se analizan las principales actividades de los visitantes y el turismo gastronómico supone el 50%, que, sumado al 9,1 de prácticas como el senderismo o el montañismo, superan al disfrute de la playa (39,5) y solo superado por el 75% que pone por delante las visitas a lugares de interés turístico. Parques naturales, compras, ocio nocturno o turismo termal son otras de las motivaciones de los visitantes. En las comarcas no hay concello sin fiesta gastronómica y patrimonio histórico-artístico son otros de los argumentos que ejercen como polos de atracción.

En lo que respecta a los geodestinos, el interior atrae a 17 de cada 100, mientras que la costa (34) y los lugares de referencia turística (48) completan los resultados de la encuesta. Por el momento, la opción del hotel es la mayoritaria y seis de cada diez optan por este tipo de alojamiento, mientras que la alternativa de las casas rurales se mantiene estancada y destaca el incremento de la opción del apartamento turístico.

Otro informe autonómico apunta a que los turistas que recalan en las comarcas pasan un promedio de 1,2 días. La proximidad de, sobre todo, parte de los municipios dezanos a la capital de Galicia funciona como un arma de doble filo: por un lado las comunicaciones por carretera permiten a los turistas acercarse a la zona en media hora en el peor de los casos, pero al mismo tiempo tampoco se sienten forzados a pernoctar en la zona por los mismos motivos.

Lo cierto es que la oferta de hospedaje en los nueve municipios ha experimentado un espectacular incremento en la última década, en gran medida por la regulación de las viviendas turísticas y los inmuebles de uso turístico, que no son necesariamente lo mismo. Hoteles, pensiones, apartamentos, albergues y otro tipo de negocios del sector colocan en el mercado un total de 2.780 plazas; un 40% más que hace dos lustros. Silleda es el municipio con mayor volumen de camas y sus establecimientos aglutinan un total de 738, frente a las 480 que había en 2011. Por detrás aparece A Estrada, con 618, que son algo más de un centenar a mayores. En Lalín los datos oficiales de la administración autonómica indican que el viajero cuenta con 574 (eran 378) y Rodeiro pasó de 36 a 59. Agolada mantiene una treintena y Dozón limita su oferta al albergue existente en la localidad. En Focarei el salto fue de 107 a 184 y Cerdedo-Cotobade pasó de contar con 164 camas a un total de 335. Vila de Cruces es el único ayuntamiento de las comarcas donde la oferta se ha visto recortada, en concreto de 251 a 196, según el registro autonómico actualizado este año.

El bum de las viviendas turísticas

El bum experimentado por las viviendas turísticas como alternativa a los alojamientos tradicionales ha supuesto en zonas como las Rías Baixas que este segmento de negocios supere en plazas a los hoteles. Se trata de un nicho de mercado en ocasiones desconocido, pero que en las comarcas también está muy asentado, hasta el punto que su oferta se aproxima cada vez más a las de hoteles, hostales y casas rurales juntos. En Deza y Tabeirós-Montes operan 164 establecimientos de este tipo, que aglutinan 1.246 plazas, mientras que el resto de negocios de alojamiento tradicionales suman 1.734. En este registro doméstico sobresale claramente A Estrada como el concello con mayor penetración de estos establecimientos al figurar dados de alta exactamente 54, con un total de 444 plazas. Cerdedo-Cotobade es la segunda localidad con más plazas en viviendas turísticas (269) de las que 124 corresponden al primer territorio, donde se asientan 13 establecimientos, frente a los 21 del antiguo municipio de Cotobade. Lalín y Silleda suman en cada caso 22 establecimientos con esta clase de licencia y 147 y 139 plazas respectivamente. En Rodeiro son cuatro (52 plazas) y las tres operativas en el término municipal de Agolada suman 28, frente a 37 y 31 camas de los demás negocios de alojamiento. Dozón, según el informe estatal, es el único concello de la zona sin oferta de este tipo. En Forcarei son 11 con capacidad para 70 personas.

Magosto en Codeseda

Los vecinos de la aldea de Codeseda, en la parroquia lalinense de Doade, celebraron ayer un magosto tradicional. La actividad, organizada por el Museo Casa do Patrón, forma parte de las actividades de dinamización turística de su Aldea de Nadal, inaugurada el pasado día 8. La oferta del día se completó con un concierto, también por la tarde, de la Coral Polifónica de Lalín. El poblado, que acoge un museo etnográfico, busca en la decoración navideña, otra razón más para atraer turistas.

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