Por segunda vez en lo que va de año, el BNG elevó al Parlamento la pasarela para salmónidos que construye sobre el Deza, a la altura de Saídres, la concesionaria de la presa hidroeléctrica. Durante su exposición, Montserrat Prado dejó claro que la obra resulta inoperativa para los salmones, porque las bañeras son muy cortas, cuando deberían triplicar el tamaño de los peces. Así, tendrían que medir casi tres metros, y no llegan ni a uno. Incluso para las truchas adultas son pequeñas, porque tendrían que medir 1,5 metros. Prado pidió a la Xunta que comprobase la legalidad de estas obras, que tendrían que haber sido construidas hace más de 20 años, y sobre las que hay sentencias desde hace más de 10. Demandó, además, que cuando acabe la concesión el Deza quede libre de presas y se recupere el aspecto original del cauce. Pero esta iniciativa del BNG en la comisión parlamentaria de Medio Ambiente no prosperó gracias al veto del PP.