El PP frenó ayer en la comisión de Ordenación Territorial, Obras Públicas, Medio Ambiente e Servizos una proposición no de ley del PSOE para diseñar de forma inmediata un plan de eliminación de los vertidos a los cauces del Asneiro y del Deza.

En su propuesta, los socialistas pedían mejorar la depuración de las aguas residuales e industriales de Lalín, además de impulsar medidas sancionadoras. La respuesta que obtuvieron del diputado popular, José Manuel Balseiro, es que a finales de que acabe este año se licitará la obra del tanque de tormentas en el Pontiñas y la mejora de los colectores interceptores. La idea es que queden adjudicadas durante el primer semestre del año que viene. Supondrán una inversión de casi un millón de euros, que, continuará en 2023 y que elevará la cifra a los 6,6 millones.

El PP apunta que estas dos dotaciones permitirán controlar los vertidos a Deza y Asneiro. El tanque de tormentas evitará la saturación de la depuradora, y mejorará la red de saneamiento del casco urbano. Pero el problema está en que “los vertidos al Asneiro y al Deza se producen con tormenta o sin tormenta, así que el tanque no va a solucionar la situación”, replica el PSOE.

El viceportavoz parlamentario de esta formación, Pablo Arangüena, apuntó ayer que la Xunta podría estar incurriendo “en prevaricación por omisión si no adopta medidas para evitar los reiterados vertidos a estos dos cauces”. Recuerda que hace décadas que se producen este tipo de situaciones, y este verano hubo al menos cinco vertidos. Uno de ellos fue de tal magnitud que pudo verse incluso en la desembocadura del Ulla, en la ría de Arousa.

Sin saber el origen

Arangüena lamentó que la conselleira de Infraestruturas e Mobilidade, Ethel Vázquez, “reconociese implícitamente con su silencio que no tiene ni idea sobre la procedencia de los vertidos de este verano, puesto que no dijo ni pío al respecto”. El último vertido tuvo lugar el 1 de septiembre, hace más de dos meses, y a día de hoy todavía se desconoce su origen. Para el PSOE, esto es “un auténtico escándalo. Casi todo el mundo parece saber la procedencia de la contaminación, menos la Xunta que no puede determinarlo o, lo que sería peor, no quiere”, añade el parlamentario.

Frente al continuo riesgo que padecen las augas del Asneiro y del Deza, lo ideal es que “estuviesen hiperprotegidos, al formar parte de la Rede Natura 2000”, añaden los socialistas. Y, sin embargo, “la inacción de la Xunta provoca que se encuentran en una constante e inadmisible situación de vulnerabilidad ante la que siguen sin tomarse medidas”. Desde el PP, se esgrime que Lalín es consciente del problema y que por eso acudió a la Xunta que, desde Augas de Galicia, redactó el Plan de Saneamento Local.

Contaminar sale al día en casi 800 euros

Es normal que Lalín pidiese ayuda a la Xunta para mejorar su sistema de saneamiento. Aunque la traída de agua y la depuración son competencias municipales, “son muchos los concellos que tienen dificultades para ejercer estas competencias, por su complicación y coste”, explicó el diputado popular, José Manuel Balseiro.

Sí es obligación del gobierno autonómico, en cambio, proteger los ecosistemas fluviales, como recuerdan desde el PSOE. Y tiene que hacerlo en virtud de tres leyes: la de Pesca Continental de Galicia, la de Patrimonio Natural de Galicia y la de Protección Ambiental de Galicia. Las tres normas marcan obligaciones concretas, como apunta Pablo Arangüena. El viceportavoz parlamentario socialista apunta que la pasividad de la Xunta queda en evidencia al imponer 280.000 euros en sanciones. “Esa cantidad apenas supone nada para una sola empresa contaminante, pero si además se reparte entre todos los contaminantes de Galicia, demuestra que contaminar sale gratis en pleno siglo XXI. Cada día de contaminación en toda Galicia sale por 767 euros”, calcula. Por último, lamenta que el gobierno autonómico carezca de ningún tipo de medida para evitar los vertidos a estos dos cauces, “excepto la de seguir con la propaganda oficial”.