“La gente va a quedar encantada, porque no es un cementerio al uso, es algo más: un parque de ocio para los lalinenses, para dar una vuelta por allí y, sobre todo, en la parte que toca al cementerio, va a ser algo del país”. Así se refiere José Crespo al proyecto para la ampliación de A Romea subvencionado por la Diputación con 1,3 millones de euros a través del Plan Reacpon, la mayor cuantía de la provincia. “Eso significa que preparamos un buen proyecto”, manifestó el alcalde ayer en Radio Lalín, que alude a las “trabas” que hubo que resolver en “cinco frentes”: la propia Diputación, dado que el acceso es por una carretera provincial; Patrimonio, por una mámoa; la proximidad de la autopista; Augas de Galicia y, obviamente, Sanidade, por el tema de policía mortuoria.

La ampliación tiene por objeto dar cabida a la demanda existente de sepulturas, tanto de nichos tradicionales como de columbarios, que hasta ahora no había, para personas que optan por la incineración y quieren depositar allí las cenizas en urnas. Las tumbas serán en superficie, puesto que en la Fraga do Alén, que así se llamará, por estar en una carballeira, “se van a respetar prácticamente todos los árboles”. La propuesta contempla la retirada de las tuyas circundantes para introducir “única y exclusivamente árboles que tengan que ver con nuestra tierra”.

Además de nichos y columbarios, Crespo propone un tercer tipo de enterramiento que, según indicó, funciona “con mucho éxito” en Escandinavia o Canadá: la biurna. Es una urna fabricada con material biodegradable en la que se echan las cenizas del difunto, se entierra bajo una pequeña capa de tierra y luego se planta un árbol encima. Esta propuesta no figura en el proyecto aprobado, por lo que tendrá que “negociar con los arquitectos”, pero no cree que vaya a acarrear “dificultades añadidas”. “Habrá que tener una explanada, una zona en donde se puedan plantar esas biurnas”, concluye el regidor lalinense.

El presupuesto “más importante de la historia”

El gobierno local ultima la elaboración del presupuesto municipal, con el fin de aprobarlo en tiempo y forma para que entre en vigor el 1 de enero de 2022. “Estamos cuadrando cifras para que en la semana que viene podamos decir ya algo”, aventura Crespo, que subraya que será “el más importante de la historia de Lalín”. El regidor alude a la supresión del impuesto de construcciones, que supone más de 200.000 euros al año, y recuerda que ya no se cobran las plusvalías desde 2017, alrededor de medio millón. “No sacamos dinero de los bolsillos de los lalinenses, sino de fondos europeos y de otras administraciones”, sentencia.