El Distrito Forestal desbrozó 150 hectáreas para la prevención de incendios en lo que va de año
A los trabajos mecanizados en Silleda o A Estrada se suman rozas manuales en senderos inutilizados | Las brigadas ensanchan y drenan pistas en montes comunales de Cerdedo declarados de alto riesgo de fuego

R.D.

A falta de conocer los datos definitivos, este verano pasó por ser uno de los de menos incendios en el Distrito Forestal XVI, que engloba a Deza, A Estrada, Forcarei y el antiguo concello de Cerdedo. El verano frío y también húmedo durante las primeras semanas, unido a las trombas de agua caídas en el arranque del otoño, casi borran de la retina estampas como aquella oleada de incendios del puente del Pilar, en 2017.

Juan Goldar y Rafael Castrillo desbrozan un camino en la parroquia estradense de Parada. / SALOMÉ SOUTELO
Pero el cambio climático lleva años avisando de etapas de sequía más largas. Unidas al abandono de la agricultura, convierte cualquier monte en una bomba para los incendios de sexta generación. Por eso, el distrito forestal lleva semanas inmerso en un proyecto de mejora de infraestructuras preventivas, para que el verano que viene, la respuesta ante cualquier incendio forestal sea lo más rápida posible.
Devasas de 15 a 20 metros de ancho
Desde junio, uno de los 35 tractores alquilados por la Xunta realiza desbroces en Deza y Tabeirós. El vehículo ha limpiado en estos más de cinco meses la sierra de Cabanelas y el monte Cabalar, en A Estrada, así como los montes de Grava, Siador y Chamor, en Silleda. De la mano de conductores como Víctor García, realiza devasas de entre 15 y 20 metros de ancho, creando discontinuidades de biomasa. Son más de 60 hectáreas, desbrozadas des junio, pero en lo que va año llegan a las 150, si se suma el trabajo de los otros tractores con que cuenta el distrito.
A estos trabajos mecanizados se suman los desbroces a mano, como los que durante estos días realiza la brigada del Ulla, en la demarcación de Tabeirós. Dos de sus trabajadores, Rafael Castrillo y Juan Goldar, adecentaron un antiguo camino en la parroquia estradense de Parada, casi cubierto por la altura de la vegetación. El jefe del distrito, Santiago Carballo, explica que las brigadas tienen trabajos repartidos por todo el distrito para realizar desbroces y también podas. Estas intervención cumplen no solo la función preventiva que busca la Consellería de Medio, sino que además ponen en valor el territorio, al recuperar senderos olvidados por el paso del tiempo y la falta de uso.
Drenajes
Por otra parte, durante las últimas semanas el distrito está inmerso en un proyecto de mejora de las infraestructuras preventivas. Aquí los trabajos se centran sobre todo en varios montes vecinales en mano común de Cerdedo-Cotobade, ubicados en zonas declaradas de alto riesgo de incendios forestales. Las brigadas actuaron en diversas pistas y accesos, para mejorar el acceso a los montes y facilitar tanto los trabajos de extinción del fuego como la gestión de las franjas secundarias (son los 50 metros contiguos a núcleos, viviendas aisladas, cámpings, depósitos de basura, gasolineras o polígonos industriales).
En concreto, en la parroquia de Cerdedo hubo dos actuaciones. El agente Félix Pérez explica que entre septiembre y octubre se consolidó el terreno, se abrieron las cunetas y se ancheó la caja de la pista forestal que entra en el antiguo concello de Cerdedo y que sale en el antiguo Cotobade (que pertenece ya al distrito XIX). Hubo que abrir además cuatro zanjas. La pista afecta a tres comunidades de montes, y su estado era tan malo que no podían circular vehículos pesados, como las motobombas.
Además, para facilitar su mantenimiento y evitar el impacto de las escorrentías, se construyó un paso de agua, consiguiendo “un resultado respetuoso con el entorno y dando servicio tanto a los vecinos como a los trabajadores de nuestro equipo”, indica otro agente del distrito, Miguel Garrido.
Eliminación de especies
En cuanto al monte da Chamadoira, los trabajadores drenaron una pista afectada por un nacimiento de agua. Se construyó una cuneta y se instalaron ocho zanjas. Garrido añade que “este monte recoge mucha agua y al no tener una cuneta, saltaba a la pista; se había reparado, pero sin el drenaje iba a seguir dando problemas. Ahora queda solucionado”. De forma paralela, en este enclave se habilitó una faja auxiliar para comunicar dos cortafuegos.
Sin salir de Cerdedo, en la parroquia de Tomonde la plantilla del distrito forestal también mejoró una pista que transcurre por el monte vecinal y10 hectáreas de franjas secundarias. Hubo que eliminar especies prohibidas, tal y como estipula la ley de incendios. En este mismo monte, en las últimas semanas los trabajos se concentran en un clareo de 45 hectáreas “totalmente selectivo”, indica el agente Félix Pérez. El técnico de la demarcación de Tabeirós. Diego Val, apostilla que “es una actuación potente, porque el monte queda puesto en valor a nivel productivo y preventivo”.

Félix Pérez, Miguel Garrido y Diego Val, en el mejorado punto de agua de Vilapouca.
Mejoras en una decena de puntos de agua
El Distrito Forestal XVI dispone, en total, de 172 puntos de agua. En lo que va de año hubo labores de mejora en siete de ellos, y durante 2020 se optimizaron otros tres, además de construir otro nuevo en la parroquia de Agar, en A Estrada. En las últimas semanas esta puesta a punto afectó al punto de agua del monte de Vilapouca, en Forcarei. El agente Miguel Garrido indica que “es un depósito estratégico, al estar junto a la carretera”. Antaño, había un depósito viejo, construido con bloques, y el actual pasa a tener una capacidad de 70.000 litros. El agente recalca que, a día de hoy, el distrito de Deza y Tabeirós-Montes cuenta con “una red muy buena”.
A escala gallega están funcionando 5.919 depósitos de agua, de los que 1.178 se localizan en la provincia de Pontevedra. El plan preventivo de la Consellería de Medio Rural incluyó este año la construcción de 222 nuevos puntos de agua, así como el mantenimiento de otros 4.000. En las labores preventivas, es fundamental el trabajo de los agentes, dado que son los mejor conocen tanto los montes de su distrito como el estado de pistas, accesos, cortafuegos o depósitos de agua. “Es un trabajo en equipo”, concluye Félix Pérez.
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