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Más de 40 jóvenes de las comarcas impulsaron el año pasado proyectos vinculados al agro

La Consellería de Medio Rural los apoyó con ayudas de casi 1,6 millones de euros en total

Alberto Rodríguez, en la nave donde se alojan sus gallinas. Bernabé/Javier Lalín

La Consellería de Medio Rural está detrás de la incorporación de 42 jóvenes de las comarcas a actividades agroganaderas durante el año pasado. El departamento publicó días atrás la resolución de las ayudas para el apoyo a inversiones en explotaciones agrarias, para la creación de empresas tanto por parte de agricultores jóvenes como para el desarrollo de pequeñas explotaciones. En el apartado destinado a nuevos agricultores y ganaderos, esos 42 de Deza y Tabeirós recibieron, en conjunto, 1,58 millones de euros. A escala gallega, quedaron aprobados 278 expedientes, con ayudas totales de 10,3 millones. Así, la aportación media por cada solicitante es superior a los 37.000 euros.

Lalín lidera la lista

Por municipios, en Lalín se incorporaron 13 jóvenes, a los que Medio Rural concedió en total 425.000 euros. Le sigue Rodeiro, con 8 expedientes y 325.000 euros en subvenciones para iniciar su actividad. A Dozón, con 7 solicitudes, llegaron 275.500 euros. Agolada cuenta con 4 jóvenes ganaderos, respaldados por Medio Rural con 245.000 euros. Completan el listado de Deza Vila de Cruces, con 2 expedientes y 62.500 euros en ayudas, y Silleda, con 1, por 25.000 euros. En Tabeirós-Montes, en A Estrada hubo 4 nuevas incorporaciones, con 145.000 euros en ayudas. Forcarei contabiliza una, con 56.500 euros, y Cerdedo-Cotobade otra, con 25.000.

Hablamos con dos de estos jóvenes ganaderos, David Areán Méndez y Alberto Rodríguez Barreiro.

Fincas de cultivo en una aldea de Lalín. Bernabé/Javier Lalín

David Areán tomó el relevo de la explotación de vacas de sus padres en Parada (Lalín). Tiene 26 años, pero ya desde muy niño sabía que su profesión estaba en la granja. Por eso, cursó un ciclo superior de Ganadería y Asistencia en Sanidad Animal, en Sergude. Esta formación solo se imparte en Galicia en otro centro de A Coruña en Fonteboa (Coristanco). Ganadería Casa das Pedras, como se llama la sociedad conformada por este joven y sus padres, atiende 230 vacas, de las que 110 están en ordeño. Con la incorporación del joven hubo que invertir en dos robots de ordeño, una amamantadora y una máquina que acercase la comida a los animales.

David Areán da de comer a una de sus vacas. Bernabé/Javier Lalín

"Hicimos la primera nave para setenta vacas, y ahora hay tres veces más"

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La explotación que atiende David Areán junto a sus padres en Parada tiene una producción diaria de 4.500 litros de leche. Hace años que este alimento se paga por debajo de los costes de producción. Por eso, hay otras granjas de leche que diversifican producción, para poder cubrir gastos.

–¿Ha pensado alguna vez en introducir vacas de carne, u otro tipo de ganado?

–Lo que más me gusta son las vacas de leche. Tuve una ligera idea de probar con granjas de cerdos o de pollos, pero no. Y en cuanto a ganadería en extensivo, resulta muy complicado en zonas donde no hay concentración parcelaria. Pero la verdad es que los ingresos en las explotaciones de leche siguen siendo los mismos, mientras los costes de producción están disparados. Recuerdo que este año, del mes de abril al de mayo el pienso se encareció en entre 30 y 40 euros por tonelada. Esto supone que el pienso nos salga en unos 1.000 euros más caro.

–Así, resulta imposible contratar mano de obra, ¿verdad?

–Ahora mismo sería inviable, aunque quizá hace un año sí podríamos. La subida del pienso es lo que más nos repercute. También es verdad que resulta muy difícil encontrar a gente cualificada y que le guste trabajar en esto.

–Falta mano de obra, que a veces puede cubrirse con el servicio de sustitución ganadera, y a esa subida de precios se suman los ataques de jabalí a maizales.

–Sí, este es otro hándicap. Cuando siembras, acabas cultivando una o dos hectáreas a mayores porque sabes que las va a destrozar este animal.

–¿Se plantea ampliar la nave para aumentar la cabaña ganadera?.

–Bueno, siempre vas tirando hacia arriba. La primera nave se hizo hace 17 ó 18 años, para 70 animales. Hoy tenemos tres veces más.

David Areán tenía claro su futuro en el campo igual que Alberto Rodríguez Barreiro. Pero David ayudó a atender las vacas desde pequeño. Mientras Alberto, con raíces en Melide, se había criado en A Coruña, y además partió de cero: Alberto disponía de una empresa de transportes en Melide y, también con 26 años, decidió vender todo para invertir entre 650.000 y 680.000 euros en una explotación de gallinas ponedoras camperas en Ferreiroa, en Agolada. La ayuda que le concedió Medio Rural cubre en torno al 30%. Esta explotación cuenta con 16 hectáreas de finca y 15.000 animales, cuya producción es gestionada por Pazo de Vilane. Podría incorporar incluso otra nave más.

Por el momento, ninguno de los dos contempla diversificar actividad. Están satisfechos con el paso que han dado pero eso sí, recalcan que es un trabajo “que tiene que gustarte” y al que hay que dedicarle los siete días de la semana.

Alberto Rodríguez, ante cientos de huevos de sus gallinas. BERNABÉ/JAVIER LALÍN

"Lo que me decidió fue que yo quería venirme para la aldea"

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Cuando trabajaba en Melide, Alberto Rodríguez tenía su casas a dos kilómetros. Y, sin embargo, prefería venir a Agolada, haciéndose al día bastante más que 100 kilómetros. “Lo que más me echó para adelante a la hora de montar la explotación de gallinas fue que yo quería venirme para la aldea”, confiesa.

–En Melide, podía disponer de una finca para porcino. ¿Está pensando, en un futuro, en diversificar producción?

–En la de Ferreiroa no podría, por ejemplo, meter cerdos, por cuestiones sanitarias. Y ya desde el principio tenía claro que o metía gallinas ponedoras o no metía nada.

–En el caso de las granjas de leche, al precio malo en origen se suma el encarecimiento de pienso o soja. ¿Se notan los costes de producción en su caso?

–A mí las gallinas así como el pienso me lo pone Pazo de Vilane, pero al final sí tiene que repercutir esta subida.

–¿Nota que esté aumentando el interés por los alimentos criados a la antigua usanza, en régimen de libertad y sin prisas?

–Sin duda, está teniendo tirón. La gente ahora está más concienciada a la hora de consumir productos ecológicos o leche en régimen extensivo. Es más, en el caso de gallinas ponedoras, hay países donde ya no se comercializan jaulas.

–¿Es más baja la producción de una gallina campera que la de una en jaula?

–Nosotros trabajamos con dos razas: Isa Brown y Lohmann. Tienen un rendimiento diario del 95%, con que tenemos una producción de 500.000 huevos, que gestiona Pazo de Vilane, en Antas de Ulla. No es que produzcan más o menos que una gallina enjaulada. Simplemente, dan más trabajo a la hora de darles de comer, pero es que al final se nota mucho la diferencia, en el plato, de un huevo de una gallina clásica y de una campera.

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