En el pequeño lugar de Texexe, de la parroquia de Calo (en el vecino Concello de Teo) se encuentra uno de los centros hípicos referentes en el mundo de caballo gallego. El Club Haras de Compostela fue fundado hace 18 años con el fin de promover en la comarca de Santiago la equitación en todas sus facetas y hoy presumen de haber logrado su objetivo. Al frente de este centro hípico se encuentran dos estradenses. Por un lado Rocío Carollo y por otro su marido, Roberto Turnes, natural de Santa Comba pero afincado en A Estrada desde hace años.

Los localizamos sin embargo muy lejos de su centro hípico. Ambos van camino de Madrid para participar en el Trofeo Princesa de Asturias con varios de sus pupilos. Estos viajes forman parte de la rutina semanal de una pareja amante de los caballos y que ha conseguido dedicar su día a día a ellos. “Esto es una forma de vida. Aquí solo descansas el 25 de diciembre y el 1 de enero. El resto del año hay que trabajar”, nos explica Carollo al tiempo que recuerda el trabajo que implica cuidar cada día de setenta caballos, además de mantener unas instalaciones de primer nivel con sesenta cuadras y atender a las necesidades diarias de cerca de 300 alumnos.

En realidad, la vida de Turnes y Carollo ha cambiado mucho con la llegada de la pandemia del COVID. Como ha ocurrido con otros deportes, la búsqueda de hobbies fuera de los recintos cerrados ha provocado lo que ella misma define como un “boom” de la hípica. “Ahora mismo todos los centros estamos desbordados. Con el COVID todos buscaron deportes al aire libre y este es perfecto para eso. Al final se convirtió en una moda. Nosotros pasamos de tener unos 180 alumnos a 280. Hay desde niños de tres años a personas de más de setenta en el centro. Viene mucha gente de Santiago y Teo pero también de Bertamiráns o Padrón, e incluso de Noia, Vilagarcía o Boiro”, explica.

Este gran momento llega sin embargo tras años de trabajo en el Centro Haras. Turnes fue quien se hizo con el alquiler de las instalaciones en forma de concesión. Fue hace unos nueve años. Con anterioridad, este lugar estaba reservado solo a unos pocos particulares, pero desde su llegada de abrió a todos los interesados. El gran recibimiento que tuvo el centro los llevó a ampliar sus instalaciones, pasando de 23 a 60 cuadras. Además, tuvieron que rodearse de un equipo que les permitiese atender a todas las necesidades del centro. Así, cuentan con dos profesores, dos monitores y dos mozos de cuadra, a los que se suman ellos dos para conformar una plantilla de ocho personas.

En el centro Haras se practican diferentes disciplinas como salto, horseball o doma. Cuentan con muchos alumnos que compiten a nivel autonómico o nacional pero destacan las numerosos niños o no tan niños que se han acercado a ellos en los últimos meses para conocer un poco más del mundo de la hípica.

“Todo comienza para los niños con las clases de acercamiento. Son clases con un monitor y un poni en el que se acercan poco a poco, lo cepillan y van cogiendo confianza. Se trata de jugar y comenzar a montar poco a poco. Una vez superan esa fase ya entran en clases de seis niños en los que van aprendiendo a montar bien en poni”, explica la estradense, cuya relación sin embargo con los caballos comenzó muy tarde.

Rocío Carollo recuerda que su primer acercamiento a la hípica llegó cuando ya tenía 18 o 19 años de la mano de Tomás Leis Carlés, Tomasín. “Los caballos ya me gustaban pero a partir de ahí ya decidí dar un paso más y comencé con clases”, recuerda. El siguiente paso llegó en torno a los 26 años, cuando se estrenó en competiciones de salto, lo que la animó a sacar la titulación de profesora. Hoy, con 35 años, esa afición ha llegado a convertirse en una forma de vida.

Numerosas medallas a nivel autonómico y nacional

Carollo y Turnes posan con tres de sus alumnos.

Tanto Turnes como Carollo han llevado su pasión por los caballos a la competición. Él lo ha hecho en las competiciones de salto y horseball, mientras que ella destacó tanto en salto como en doma, siendo medalla de bronce en Completo (mezcla de salto en pista, salto en campo abierto y doma). Ahora sin embargo sus esfuerzos en este sentido se han ido trasladando a ayudar y guiar a sus alumnos en competiciones casi cada fin de semana, tanto a nivel autonómico como nacional. “Tuvimos medallas tanto en campeonatos Gallego como Campeonatos de España”, explica Carollo.