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La venta de flores se dispara y revierte el difícil 2020, con centros enviados al cementerio en taxi

Confinamientos, restricción de movilidad y miedo golpearon al sector, que recupera la normalidad con una actividad por encima de la de 2019 | Detectan problemas de suministro y precios más altos de las flores que llegan por avión

Uno de los puestos de flores, ayer, en el mercado estradense. | // A.CELA

Las calles de A Estrada parecían en la mañana de ayer un jardín ambulante. Aprovechando la jornada ferial, el buen tiempo y la proximidad del Día de Difuntos, fueron muchos los vecinos que quisieron llevarse ya los ramos y arreglos florales para depositar estos días en el cementerio en señal de recuerdo de sus seres queridos. La situación epidemiológica no tiene nada que ver con la de 2020, de ahí que, como si de una compensación se tratase, la venta de flores se haya disparado para las fechas en este 2021.

Floristas de la zona reconocen que la campaña no se parece en nada a la del año pasado, aun cuando algunas firmas inciden en que no pueden quejarse de los resultados que tuvieron en un momento ciertamente complicado. Las restricciones de movilidad y las medidas extremas para prevenir el avance del coronavirus evitaron las masivas visitas a los camposantos e hicieron que algunos, incluso, no pudiesen acercarse por no estar permitido el tránsito entre municipios o provincias sin motivación laboral o debida justificación.

“Hay mucho más. La gente se vuelca en poner flor”, apuntan desde la estradense Artemisa. Agradecen a sus clientes que se hayan mantenido fieles el año pasado, contra viento y marea. “Había gente que mandaba un taxi para que le llevase las flores al cementerio”, explican, si bien también añaden que la floristería hizo un reparto que habitualmente sería misión imposible, habida cuenta del elevado número de encargos que tienen que atender para estos días. Las dificultades de movilidad llevaron incluso a estos floristas de A Estrada a acercar sus arreglos hasta Pontevea, quedando justo en la frontera interprovincial para entregárselos a clientes que viven en zonas que ya pertenecen a A Coruña.

Floristería Arte Novo, en A Estrada. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

“El año pasado fue de bajón, pero este es ya un año totalmente normal”, explica Patricia Bragaña, desde Arte Novo. Lleva desde comienzos de mes recogiendo encargos para el Día de Difuntos. Recuerda que el año pasado entre confinamientos, cierres perimetrales y el propio miedo al contagio muchos no tuvieron más remedio que prescindir de acudir en esta fecha señalada al cementerio, si bien asume que, pese a todo, fueron muchos los que no quisieron dejar pasar de largo el día de colocar unas flores en recuerdo de quienes ya no están. “La gente no escatima en estas fechas”, apunta esta florista estradense, si bien pone el acento en que “si se puede hacer por 20, no se gastan 30”.

Problemas de suministro

Tampoco el Día de Difuntos escapa a los problemas de suministros. En el sector de la floristería lo está apreciando en relación a las variedades que llegan en avión procedentes de países como Colombia, Ecuador u Holanda. En algunos casos apuntan retrasos y, en otros, la necesidad de realizar pedidos con mucha más antelación a sus proveedores habituales. Rosas, claveles, orquídeas o clavelinas son algunas de las variedades afectadas por esta importación. “Vino todo más mucho más caro”, indican desde un negocio. “Nosotros venimos manteniendo los precios desde hace diez años, pero nos queda la mitad de ganancia que hace una década”, explican en Artemisa.

Una ciudadana porta varios ramos de flores, ayer. | // A.CELA

Algunas floristerías, caso de esta última, tienen sus propias flores, una cuestión que ayuda a reducir el precio y a asegurar el suministro para un momento de tanta salida como el actual.

Es lo que sucede con los puestos que ayer se instalaron en la Praza da Feira de A Estrada, toda una paleta cromática en la que reinaron crisantemos y margaritas. “Nosotros lo producimos en nuestro vivero durante el año”, explica Manuel, que ayer vendía sus flores en el mercado semanal de A Estrada. “Está yendo bastante bien, la verdad. El año pasado fue más complicado por la pandemia pero este año ya se ve la gente más animada”, añade. Indica que el crisantemo es el rey, desde “los del pomponcito a los de margarita, como les llama la gente”. Estos comerciantes inician habitualmente la campaña para Santos y Difuntos en la feria del 18 de octubre en Lalín. A partir de ahí es un no parar. “Los amarillos y los blancos suelen ser los más vendidos, pero ahora con las novedades bicolor... ya ves que solo queda uno y casi no tengo en el vivero”, explica mientras despacha otro ramo.

Muchos ramos

Cada cliente tiene sus propios gustos y también hace sus números en función de los camposantos que vaya a visitar o de las tumbas que quiera adornar. “Hay gente que se lleva cuatro o incluso ocho”, indican. No hace falta que lo juren, algunas estampas en las calles de A Estrada confirmaban ayer esta afirmación. Resultaba raro ver salir a alguien de la Praza da Feira sin flores y muy habitual encontrarse con quien cargaba al menos dos ramos.

Algunos cementerios de la zona comenzaron ya a acondicionar sus accesos. Algunos vecinos acudirán al cementerio sin sentir tanto el miedo al contagio que flotaba en el aire en 2020. Otros podrán hacer la visita que se les negó en 2020 por no residir en el municipio. Las flores no tendrán que pedir ya un taxi para simbolizar el recuerdo a esas personas que se fueron, algunas sin poder despedirse y con un entierro excesivamente íntimo por la crueldad del SARS-CoV-2. Los floristas recuperan este año el tiempo perdido y viven de nuevo jornadas de intenso trabajo, programando abrir sus puertas al público el sábado y el domingo durante todo el día –incluso sin cerrar a mediodía– y el lunes por la mañana.

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