Vive sola en su casa de O Marco, en la parroquia trasdezana de Siador, y hasta hace cuatro años usaba con mucha soltura la guadaña para segar hierba. Lo de usar la guadaña podría parecernos normal si estuviésemos hablando de una persona de 70 u 80 años, pero es que Nieves Taboada supera los 100. Con 103 primaveras, que no otoños, recién cumplidos, esta mujer puede presumir de ser una de las personas más longevas de Silleda, y también de toda la comarca dezana. Ayer celebró su cumpleaños con sus sobrinos y personas allegadas, en una comida íntima para cinco personas en el restaurante Casa San Martín, en Lalín. “Sabía que íbamos a comer todos juntos, pero no sabía nada de que en realidad le teníamos preparada una fiesta” explica José, uno de sus sobrinos. Como regalo, además de la entrañable velada en familia, recibió un precioso ramo de flores. Es uno de los obsequios que más agradece “porque dice que las flores hay que disfrutarlas en vida”, recalca su sobrino.

Además de las flores, Nieves Taboada tiene otras aficiones como leer, sobre todo el periódico. Su fortaleza y vitalidad son tan grandes que, además de precisar apenas ayuda en sus tareas diarias (cuenta con una persona del SAF), camina sola y con mucha vitalidad tanto por la vivienda como por los alrededores. Sobra decir que además goza de una excelente memoria.

Sus sobrinos relatan que dedicó toda su vida a trabajar en el campo y atender la casa. Tuvo una pequeña explotación de ganadería durante años. Nieves Taboada enviudó hace más de 30 años y, pese a ese duro trance, supo recomponerse y seguir hacia adelante con fortaleza y sobre todo muy buen humor para hacer más llevadero tanto su día a día como el de sus allegados. Hasta hace poco, también disfrutaba haciendo calceta, pero el inevitable desgaste de los años le impide ahora seguir con esta tarea.