No hay mejor modo de avanzar con paso firme hacia el futuro que recordar el pasado. Se trata de saber adónde se va conociendo a la perfección de dónde se viene. Y, en eso, Rapa das Bestas y Sabucedo tienen mucho que decir. Mantienen la esencia de sus orígenes en la única Fiesta de Interés Turístico Internacional de A Estrada a la par que, desde hace años, apuestan decididamente por modernizar la gestión de la cabaña de O Santo, de los montes en los que mora y también su promoción turística para dinamizar la parroquia todo el año, desestacionalizando su tirón más allá del primer fin de semana de julio. Y, así, mirando a las raíces y, a la par, innovando, Rapa das Bestas fundó su MUSA de Samaín y, ahora, en el marco de esta, vuelve a mirar a sus raíces al lanzar el reto de crear un postre genuino, la Torta de Sabucedo, que rinda tributo al origen etimológico al que remite el nombre de la parroquia.:el “sabugueiro” .Así lo indicó Manuel Cabada en nombre de la parroquia y la Rapa.
Le han confiado tan delicada misión a una pareja: el cocinero Silverio Otero Rodríguez –a la postre criador del Capón das Quintas en Codeseda– y su pareja, la repostera Cristina Nogueira. A esta le precede la solera repostera de su familia, especializada en dulces caseros que comercializaba en su tienda de alimentación con obrador de Moaña (con el roscón como estrella). También la madre de Silverio, Conchi Rodríguez, pondrá su granito de arena. Hace años que elabora de manera artesanal con las bayas del saúco la mermelada que Sabucedo ha marcado como uno de los posibles ingredientes junto con el licor de “sabugueiro”.
Silverio y Cristina han hecho suyo el reto. Se han comprometido a diseñar la Torta de Sabucedo para la MUSA del día 30 de octubre. Por expreso deseo de Sabucedo usarán ingredientes de proximidad, uno de los cuales tendrá que ser o derivarse del saúco, como, por ejemplo, la mermelada o el licor de “sabugueiro”.
Tal vez entonces para muchos vecinos de la zona que recordamos el dulzón sabor del saúco infusionado en leche como mucolítico natural empecemos a mirar con ojos golosos los frutos de un arbusto frecuente junto a los ríos de vistosas flores y deliciosas bayas, convirtiéndolo en un objeto más de culto para la rica tradición gastronómica estradense.
