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El doctor de bicicletas

El estradense Marcos Santomé restaura bicicletas antiguas para devolverlas a su estado original | “Da igual lo mal que estén, con cariño todo tiene arreglo”

Marcos Santomé, ayer, en su vivienda de Portela. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Un nota apareció hace unos meses en el súper y en el bar de Codeseda. En ella, el vecino de Portela, Marcos Santomé, ofrecía sus servicios para restaurar cualquier tipo de bicicleta antigua. A partir de ahí, pronto comenzaron a llegar los encargos de gente de los alrededores y cada vez de más lejos, incluyendo municipios limítrofes. De esa forma, Santomé daba continuidad a una afición que inició años atrás en su Grove natal.

“La primera vez fue hace unos seis años. En el Grove hay mucha gente que anda en bicicleta todos los días, mucho más que aquí en A Estrada. Un día me di cuenta de que había mucha gente tenía bicicletas antiguas en casa en mal estado. Preferían dejarlas allí y comprar una nueva por tres duros en alguna tienda cuando a lo mejor podía dar una nueva vida a las antiguas”, recuerda. “Comencé restaurando un par de ellas y a la gente le gustó. Ahí comenzó a funcionar el boca a boca y cada vez era más los que venían a traerme sus bicis antiguas, así que terminé creando un taller en casa”. No fue sin embargo una tarea fácil, ya que estas viajes bicis necesitaban herramientas específicas que tuvo que ir consiguiendo.

Esta afición de Santomé quedó parada con la mudanza realizada por la familia a la aldea de Portela, en A Estrada. Tras unos meses para asentarse, el restaurador decidió retomar su labor, ofertando sus servicios por la zona. “Ahora sigo. No tengo tanto trabajo como en el Grove, cuando acumulaba varias bicis a la espera, pero cada vez me conoce más gente”, reconoce.

Santomé también realiza mantenimiento de bicis más modernas, aunque su principal labor es recuperar bicicletas antiguas, da igual el estado en el que se encuentren. “Hay algunas que están sin cuidar y que llevan mil años a la intemperie. Da igual lo mal que estén, con cariño todo se puede arreglar si se le tiene aprecio”, explica. “Hoy en día hay muchas piezas de bicis antiguas como BH, Orbea, GAC... lo más complicado son los cuadros. A mí me gusta mantener los originales, aunque eso implica más trabajo, especialmente si están oxidados. Hay que pulirlos a mano y luego darles barniz. En casos extremos ya necesitan tratamientos más drásticos. Hay gente que prefiere cambiar las bicis y modernizarlas pero a mí me gusta más que puedan volver a andar en su estado original, con los mismos piñones, cadenas, rodamientos o manillar”.

A lo largo de estos años han pasado por sus manos muchas “joyas”. En estos días por ejemplo ha estado trabajando con un bici francesa de varillas de los años cincuenta, pintada a brocha y con todas sus piezas originales, una bicicleta de exposición. También recuerda una Orbea todavía con el escudo original de las dos pistolas. Sus favoritas sin embargo son las BH Bolero, más habituales de ver. “Son bicicletas de paseo de mujer bastante básicas pero me encantan”, reconoce.

Mudanza desde O Grove a los montes de Portela

Hace tres años, la familia creada por Marcos Santomé y Rocío Lis decidió dar un cambio radical a su vida. Ambos son naturales de O Grove, donde durante muchos años regentaron un conocido establecimiento hostelero. Un día decidieron sin embargo hacer las maletas y buscar un nuevo hogar en los montes de A Estrada. Este lo terminaron encontrando en la pequeña aldea de A Portela. Trabajo, amistades y muchos otros factores explican el drástico cambio dado por los grovenses y sus tres hijos en su viaje hacia el interior. Uno de ellos fue por ejemplo la buenas referencias que tenían de la zona de Codeseda y de su centro escolar. También influyó el hecho de encontrar una casa de la que se enamoraron desde el principio. En Portela se encontraron además un pueblo que vivía una segunda juventud, con muchos niños corriendo cada día por sus calles. En ese marco fue mucho más fácil adaptarse a una nueva forma de vida.

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