Hace poco que la señalización llegó a esta agradable ruta, muy próxima al casco urbano. Saliendo de una céntrica zona de la villa y atravesando un entorno rural de Figueiroa, uno puede adentrarse en una zona de bosque en la que encontrar una amplia variedad de árboles autóctonos –también algún que otro eucalipto– y un cauce fluvial con pasarela incluida. Tan variada es la ruta que alguien decidió plantarle estos días mobiliario, convirtiendo uno de sus tramos en un vertedero incontrolado.
En una de las sendas en las que el trayecto gana en entorno verde y tranquilo, alguien dejó estos días varios cajones y partes de la estructura de lo que otrora debió de ser un clásico mueble de salón.
Algunas personas que realizaron estos días esta concurrida ruta lamentaron ayer este depósito y pidieron que se retiren estos elementos lo antes posible, tratando de que esta imagen de abandono y falta de civismo desluzca un hermoso paseo al alcance de todos los que quieren escapar –sin tener que ir muy lejos– del asfalto.
