Catorce años. Es el tiempo que lleva la Asociación pola Defensa do Val do Liñares poniéndose las botas para salir a limpiar cada año este cauce. Móllate polos ríos implicó este año a este colectivo y a la asociación A Xesteira, de Couso. En la actualidad el proyecto está impulsado por la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas a través de los organismos Augas de Galicia e Instituto de Estudos do Territorio, si bien el proyecto nació de la mano de la Asociación para Defensa Ecolóxica de Galicia (Adega), en 2005. Aunque cabría esperar que la conciencia social volviese innecesarias este tipo de actividades de voluntariado, el resultado de la jornada de recogida de ayer deja a las claras que queda mucho camino por recorrer y, por desgracia, mucha basura por retirar para evitar que termine contaminando los ríos.

Recogen 800 kilos de basura de la ribera estradense del Liñares

Cuatro adultos y cuatro menores recogieron ayer 800 kilos de basura junto al cauce del Liñares. El equipo dedicó la mañana a retirar residuos en cuatro puntos junto a este río y sus afluentes en la parroquia estradense de Lagartóns. La variedad de residuos encontrados invita seriamente a la reflexión y no deja de sorprender: una nevera, un televisor, partes de coches, una bombona de butano, un carrito de bebé, cubos metálicos de pintura, un colchón, bolsas con basura doméstica, medicamentos o botellas de vidrio, entre otros muchos desperdicios que tienen en A Estrada sus correspondientes puntos de depósito y hasta facilidades para la recogida.

El Concello colaboró con esta asociación aportando guantes y bolsas de basura, además de pasar ahora a recoger los residuos que los voluntarios fueron evacuando de las inmediaciones del cauce. Muchos de estos residuos estaban al pie del río, otros en zonas húmedas que las aguas acostumbran a invadir cuando se producen crecidas o en entornos naturales cuya orografía complica la retirada de materiales pesados. Hasta un váter pudieron ver estos equipos, sin conseguir recuperar este elemento que alguien arrojó sin pudor aprovechando el terraplén.

Además de limpiar el río en favor del medio y de todos los que lo disfrutan, esta iniciativa brinda a Val do Liñares una auténtica aula de educación medioambiental, a la que se suman cada año jóvenes y niños de la zona.