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Pedaladas en familia desde los Alpes

Una pareja de ganaderos franceses y sus hijos arriban a Lalín después de venderlo todo en Grenoble para recorrer la Península Ibérica en sendas bicicletas tándem

Celine y François con sus hijos Hélène y Natan, ayer, en el centro de Lalín. | // Á. G.

Ni siquiera la lluvia fue óbice, ayer, para que Celine, François y sus hijos Hélène y Natan llegaran a Lalín subidos a sus dos bicicletas de tándem levantando una gran expectación entre los vecinos. Se trata de una pareja de ganaderos franceses dedicados a la producción de leche de cabra en Grenoble, la capital de la histórica región de Ródano-Alpes en el sureste de Francia, que han dejado atrás todo lo que tenían para poder disfrutar de un viaje singular y diferente en compañía de sus dos jóvenes vástagos.

Celine explica que se trata de “la segunda vez que hacemos algo parecido porque ya estuvimos en Andalucía pero por poco tiempo hace unos meses”. La madre de Hélène y Natan también se muestra orgullosa del comportamiento de ambos durante su experiencia en bicicleta y subraya que ninguno de los dos se queda sin escolarizar en el viaje porque “les damos clases para que aprovechen el tiempo”. Mientras ella ayuda a sus hijos a pertrecharse para emprender viaje a Santiago, su próxima parada, François desvela que “somos una familia de agricultores que criaba cabras en nuestra tierra para producir queso. Lo vendimos todo, la finca de Grenoble, los animales e incluso nuestra casa familiar para poder hacer este viaje. Empezamos por la Península Ibérica y después ya veremos lo que pasa”, sobre lo que depara el futuro de esta aventura.

Invierno andaluz

La familia de François y Celine llevan varios meses en la carretera al manillar de sus completas bicicletas. “Empezamos la experiencia en el mes de mayo y durante tres meses estuvimos recorriendo la geografía francesa. Desde hace un mes estamos en España. Nuestra intención es ir ahora a Santiago de Compostela y, después, recorrer la costa gallega. Seguiremos por Portugal para pasar el invierno en tierras andaluzas, de donde tenemos muy buenos recuerdos”, asegura Celine. La madre del clan también añade que “la idea es volver a Francia después del invierno pero todavía no sabemos si regresaremos por territorio español o por vía marítima hacia Italia”. Esta francesa de trato afable justifica la aventura porque “la bicicleta permite andar despacio y poder parar en los sitios para conocer gente. De esta forma, tenemos la suerte de disfrutar de los paisajes que vamos visitando, algo que en coche no puedes hacer.”

Por último, a François no oculta que le ha llamado mucho la atención la orografía que se ha encontrado en Deza y dice que “nos sorprendió la cantidad de fincas con vacas que hay por aquí. En los Alpes no tenemos fincas tan grandes. Nos recuerda más al centro de Francia que a nuestra tierra en Grenoble”.

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