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Una veintena de olivareros de A Estrada se asocian para afianzar el sector y avanzar hacia la almazara

El tiempo complica la salud de los árboles, con hongos que debilitan los olivos y ponen en jaque la producción | Algunos productores se decantan por renovar plantaciones | A Estrada genera cerca de 10.000 kilos de aceituna

Juan Carlos Mosquera, en la recogida de 2020, preside el colectivo local. | // BERNABÉ/ANA AGRA

Si la unión hace la fuerza, por ahí han querido empezar. Hace unos años que el sector de la aceituna y el aceite ha ido creciendo en A Estrada. Las plantaciones fueron prosperando y a día de hoy son dos los aceites con nombre estradense que pueden encontrarse en el mercado. Una veintena de olivareros locales se han unido en la Asociación de Productores de Aceite de Oliva Virgen Extra de A Estrada, un colectivo que preside Juan Carlos Mosquera y que, además de mejorar las condiciones de sus plantaciones, caminan hacia la meta de crear una almazara en el municipio para procesar el fruto y convertirlo en oro líquido.

Este colectivo y la Asociación de Productores de Aceite y Aceituna de Galicia (Apaag) –en cuyo marco nace la agrupación estradense– promocionaron ayer la organización de un curso de olivicultura en el edificio del Novo Mercado, una sesión impartida por el técnico Ramón Pulgar que estuvo centrada en plagas y enfermedades del olivo y la aceituna.

Una veintena de olivares

Sin hacer excesivo ruido, A Estrada se ha ido convirtiendo en uno de los municipios de referencia para la producción del aceite de oliva en Galicia. La experiencia arrancó al abrigo del proyecto Cernes, surgiendo una veintena de plantaciones. Desde Apaag se indicó ayer que el municipio ronda hoy día una producción de unos 10.000 kilogramos de aceituna. El clima de Tabeirós parece apropiado para este cultivo. A mayores, un estudio centrado en las variedades gallegas asegura que A Estrada es una de las zonas de la comunidad en las que pudieron encontrarse más olivos autóctonos.

El presidente de Apaag, José Antonio García, reconoció ayer que este está siendo “un año bastante atípico, porque no estamos teniendo verano”. Afirma que, en general, en el conjunto de la comunidad la floración del olivo fue estupenda y permitió generar “buenísimas impresiones”. Sin embargo, la situación actual comienza a preocupar al sector, que lucha con el ataque de los hongos que terminan debilitando los árboles y poniendo en jaque la próxima campaña. A esta problemática no escapa, ni mucho menos, A Estrada, de ahí la importancia de las claves ofrecidas ayer por Ramón Pulgar.

Plantas enfermas

El presidente del colectivo estradense, Juan Carlos Mosquera, se mostró ayer ciertamente preocupado por las plantaciones locales. Aseguró que en muchos casos no hay fruto que recoger porque el viento y las lluvias estropearon el momento de la floración. A mayores, aseguró que muchos de los árboles plantados con el Cernes estaban enfermos y que algunos olivareros tendrán que realizar plantaciones nuevas. Indicó que a día de hoy unos 20 productores elaboran su propio aceite, si bien solo dos los envasan, con las etiquetas de As Besadas y Ouro da Chousa.

José Antonio García incidió en la importancia de atajar los problemas de debilidad que puedan presentar ahora los olivos, de ahí que, con la ayuda de este técnico, se busque encontrar una solución y compartirla con los socios. Ya en relación al sector estradense, el presidente de la agrupación gallega reconoció que el Concello está “ayudando mucho”. Asumió que 2020 fue un año en el que todo estuvo parado pero que ahora se están retomando proyectos, como en de la propia creación de una almazara en A Estrada. Esta instalación permitiría que los productores locales, y de municipios próximos, pudiesen procesar aquí su aceituna, compartiendo costes y evitando importantes desplazamientos.

El ciclo

Los olivos adornan en flor el campo estradense en primavera. Es preciso aguardar después al cuajado y cuidar la fruta que ofrecen estos árboles. Entre finales de octubre y principios de noviembre, en función del tiempo, comienza la recogida, cuidando no recolectar la aceituna cuando llueve. Se lleva después a la almazara, se procesa y se deja unos días para que decante. Este aceite de oliva virgen extra (AOVE) está listo entre finales de noviembre y principios de diciembre. No obstante, antes de envasarlo, se deja reposar dos meses para que clarifique. Aproximadamente en torno al mes de febrero se inicia la comercialización.

El técnico Ramón Pulgar imparte un curso de olivicultura, ayer, en A Estrada. | // BERNABÉ/ANA AGRA

“La olivicultura en Galicia es una actividad heroica. El principal problema en A Estrada fue la falta de planificación”

El técnico Ramón Pulgar, encargado ayer de impartir un curso de olivicultura centrado en plagas y enfermedades del olivo y la aceituna, consideró que esta es una “actividad heroica” en Galicia. “Se enfrenta a un clima adverso y unos suelos ácidos con poca capacidad de retener agua y nutrientes, pero los agricultores enamorados del cultivo no desisten por las adversidades y, soportando sobre sus espaldas los errores iniciales, como apostar por la variedad Arbequina y el cultivo superintensivo, van corrigiendo poco a poco, apostando por variedades más adaptadas al clima (autóctonas) y densidades que formen árboles en vez de setos”, indica.

En el caso de A Estrada, consideró que “el principal problema de la olivicultura en A Estrada fue la falta de planificación y la falsa creencia de que el olivar se había perdido por problemas políticos”. En cuanto a la problemática en Galicia, alude a la falta de producción, como en su momento pasó con la viña. “Hay que insistir en la tecnificación del cultivo que mejore la producción y una decidida apuesta por la singularidad del producto mediante variedades autóctonas”, defiende. Insistió en que el amor por este cultivo está haciendo que se corrijan los errores iniciales y “puesto que la comercialización está garantizada, se prevé un futuro prometedor”.

“Solo se necesitan medios de asesoramiento que Apaag pide a la Xunta y propagar la cultura del AOVE mediante cursos de cata”, defendió. Este experto aportó ayer a los asistentes métodos para detectar enfermedades como el Repilo, el hongo de hoja, que se desarrolla con 20 grados y humedad del 80%. “En el resto de España estas condiciones se dan uno o dos meses, en Galicia más de 200 días al año”. En otras jornadas de estos cursos se abordará la poda, el momento óptimo de recolección y la labores principales en los olivares.

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