El gobierno de Agolada aprobó ayer en solitario su moción en la que defendía la salida de la Mancomunidade Terras de Deza. El equipo que encabeza Luis Calvo argumenta que no es lógico que a pesar de su mayoría absoluta en Agolada, el PAyJ solo tenga un voto en la entidad supramunicipal, mientras el PP, con cuatro ediles en la corporación local, dispone de dos.

El reparto de representantes locales en Terras do Deza exige que cada partido logre un 5% de votos a nivel comarcal. Esto explica que PAyJ, con solo presencia en Agolada (presentó lista en Lalín y no consiguió concejales), solo tenga un voto, y porque tiene la Alcaldía. Es lo mismo que le ocurre a Xuntos: gobierna en Vila de Cruces, pero con 3 concejales, y sin presencia en los otros cuatro concellos, ya que Dozón está fuera de la mancomunidad desde 2008.

Agolada, con la salida de Terras de Deza, apostará por emplear maquinaria propia para bacheos y desbroces. Así, considera que ahorrará dinero al no tener que esperar por el turno que le corresponde en cuanto a las máquinas de la mancomunidad.

Reactivación de las parcelarias

Al partido del gobierno agoladés le valió su mayoría absoluta para frenar la moción del PP en la que pedía un reglamento para pautar las intervenciones en los plenos. El alcalde, Luis Calvo, esgrimió su voto en contra en el hecho de que ya había anunciado dicho reglamento en la radio meses atrás. Salió adelante, y por unanimidad, la otra moción de PAyJ para avanzar en los dos procesos de reestructuración parcelaria que llevan más de una década atascados y cuya reactivación demanda el colectivo Queremos Parcelarias. Son las de A Baiña-Sexo-Agra y Val, por un lado, y las del bloque Berredo-Eidián-Basadre y Ramil. Tanto el mencionado colectivo como la moción del grupo de gobierno exige también el inicio de la reestructuración de fincas en Sesto y Brocos.

Calvo recordó que en las parcelarias ahora paradas se invirtieron más de 800.000 euros, en una superficie superior a las 5.000 hectáreas. Aprovechó para reprender al PP porque a nivel local apoya estas concentraciones, y en el Parlamento frena su recuperación.

Llegados a ruegos y preguntas, Calvo expulsó al popular Santiago Castro, por no solicitar el turno de palabra. Desde el PP, indican que el regidor volvió a coartar sus libertades, al impedirle aportar anotaciones al acta anterior y evitar responder a distintas preguntas. Antes de la expulsión de Castro tuvo lugar la de la portavoz, Carmen Seijas. Es la tercera vez que Calvo la invita a abandonar la sala. Seijas tiene claro que no es otra cosa que una actitud machista, igual que ocurrió meses atrás “con una agente de la Guardia Civil·. Calvo tuvo además otra falta de respecto para con la concejala, invitándola a tomar la medicación. La edil tuvo que ser desalojada por la Policía, al negarse a abandonar la sala.