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Oro parece, manzana es

Los polígonos agrarios se perfilan como salida para pomares rentables como explotación profesional, superando el carácter complementario de las pequeñas plantaciones

Recogida de manzana en un pomar estradense.

Cuando los productores de A Estrada recogían la manzana en la campaña de 2020, la Xunta de Galicia anunció su intención de impulsar los pomares para la elaboración de sidra a través de la creación de dos polígonos agrarios en la comarca de Tabeirós-Terra de Montes. Uno de ellos tiene ya definida su localización, con 100 hectáreas de terreno en Cerdedo-Cotobade. Para el otro, que sería en A Estrada –toda una potencia gallega en lo que a este cultivo se refiere–, la consellería buscaba entonces emplazamiento. Este tipo de apuestas se perfilan como la salida idónea para que las plantaciones de manzanos puedan resultar rentables como explotación profesional, superando el carácter complementario a una actividad principal que en estos momentos poseen muchas de las pequeñas plantaciones dispuestas a lo largo y ancho del municipio estradense.

El director de la Axencia Galega da Calidade Alimentaria (Agacal), José Luis Cabarcos, y el director xeral de Gandaría, Agricultura e Industrias Agroalimentarias, José Balseiros, participaron en la mañana de ayer en la presentación de un informe sobre los costes de producción de la manzana en ecológica elaborado por la empresa auditora GB Auditores S.L. después de contar con la colaboración de la cooperativa estradense Ullama, ligada a este sector. El director de la Agacal alabó el trabajo realizado para identificar, analizar y cuantificar los costes de producción de la manzana en agricultura ecológica. Cabarcos puso el acento en que en toda actividad del sector primario es primordial aportar una perspectiva económica financiera para conocer los márgenes de beneficio y poder corregir así el precio de venta, ya que en él debe repercutir ese valor añadido que generan, precisamente, los productos de calidad y ecológicos.

Cien hectáreas en A Estrada

El director xeral subrayó la presentación de varios proyectos centrados en la producción de manzana en ecológico dentro de las propuestas para el sector primario y agroalimentario gallego. “Hablamos de un sector exponencial que viene experimentando un fuerte crecimiento desde principios del siglo XIX, con impulso que a día de hoy continúa vigente en A Estrada”. En estos momentos, en el municipio estradense son más de 100 las hectáreas dedicadas a la manzana en producción ecológica, respaldando la importancia del municipio para el sector y la consideración de A Estrada como la capital gallega de la sidra.

Presentación del informe sobre los costes de producción de manzana ecológica, ayer, en A Estrada. | // BERNABÉ

Desde GB Auditores, fue Enrique González el encargado de dar a conocer ayer las conclusiones de la auditoría realizada. Explicó que se partió de un modelo estándar de plantación, con una hectárea de superficie y 500 árboles, concediendo una vida a la explotación de unos 24 años. El primero de ellos estaría dedicado a la preparación del terreno y, en el segundo, se produciría la plantación propiamente dicha. A los cuatro años se obtendría una producción incipiente, que alcanzaría su pico máximo al décimo año de explotación (unos ocho después del plantado). Las estimaciones productivas oscilan entre los 35.000 kilos al año y los 17.000, observando la alternancia que provoca la vecería. Se realizó un modelo de costes, determinando los tiempos de trabajo, las labores que serían mecánicas, las manuales, la alternancia de las cosechas y el rendimiento de la explotación. Se contempló la inversión en maquinaria y en trabajos propios de la actividad, identificando los gastos explotación anuales y teniendo en cuenta el salario del productor. Se contempló el precio actual de comercialización, situado en torno a los 0,31 euros por kilo de manzana.

Para vivir

Todo ello permitió poner de manifiesto que las explotaciones de pequeño tamaño no pasan de ser actividades económicas que complementan otra principal. Se concluye que la unidad mínima de superficie para hacer una explotación profesional tendría que alcanzar las 15 hectáreas. “A partir de ahí el productor podría vivir de esta explotación”, consideró el auditor, estimando que los datos apuntan a que, por debajo de estas dimensiones, son explotaciones poco rentables.

El informe permite también extraer otras conclusiones, caso de la conveniencia de los modelos asociativos para la gestión conjunta, compartiendo así costes de recogida, transporte, comercialización o transformación. Además, se evidencia la importancia de corregir al alza el precio de venta, subrayando el hecho de ser un producto ecológico incorpora un valor añadido a estas cosechas y se convierte en un argumento que avalaría la mejora del precio existente.

Enrique González defendió que una perspectiva económico financiera es importante en este ámbito. “Solo actividades rentables que aporten riqueza y permitan el desarrollo con esta aportación de valor permitirían fijar población y, definitiva, desarrollar zonas”, apuntó. Fue entonces cuando consideró fundamental poner a disposición de los productores grandes extensiones de terreno “que permitan invertir, mecanizar y hacer una explotación óptima del cultivo de la manzana”. Además de defender abiertamente que este tipo de actividades han de ser rentables y se ha de poner un valor razonable al tiempo que invierte el productor, este auditor consideró, a la vista de los datos aportados por el estudio realizado en este sector, que los polígonos agrarios resultan fundamentales para avanzar en la profesionalización y rentabilidad de esta industria agroalimentaria.

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