Hay una canción de Depeche Mode, Enjoy the silence (“disfruta el silencio”), cuyo vídeo nos muestra durante más de cuatro minutos a su cantante, Dave Gahan, paseando solo por parajes tan distintos como una montaña nevada o un atardecer. El mítico grupo solo se limitó a poner música, voz e imágenes a algo que es inherente al ser humano: disfrutar de la naturaleza para calmarse, para apagar ruidos, para conectar con uno mismo y, sobre todo, para inspirarse. Porque no hay mejor musa que el mundo que nos envuelve.

Sean fans o no de Depeche Mode, los organizadores del campamento Merza Mural decidieron que en esta edición fuese la naturaleza el tema central. Por eso, durante la pasada semana, cerca de 40 jóvenes convirtieron el área recreativa de A Carixa (en enclave natural más conocido de Cruces, pero no el único) en su sede de operaciones para crear arte, a través del medio. Así, entre las actividades planteadas por Alimighocha Rosa y la Asociación Cultural Vello dos Cornos, los participantes realizaron actividades como land art, en la que abrigaron palos con lanas de colores, para después colgarlos en las ramas de los árboles. Hubo, también, sesiones de pintura mural sobre el círculo de cemento que utilizaron como escenario. Y ya que los y las jóvenes están prendados de la técnicas tie dye sobre camisetas (es una técnica de decoloración textil) , también aprovecharon Merza Mural para reactualizar su vestuario.

Así, chavales de Merza, pero también de Silleda, Fontao y Vila de Cruces, aprendieron nuevas formas de expresar su arte, siempre de los compañeros y monitores de más edad. Y, para que perdure esta octava edición, quedaron pintados 8 tótem, de 1,5 metros, que serán colocados próximamente.