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La autopista a Santiago es ahora la más cara de Galicia al aplicarse deducciones en la AP-9

La AP-53 está, además, entre las 20 vías más costosas del Estado | Su traspaso y la rebaja del peaje fue una de las condiciones del Bloque para apoyar la investidura de Pedro Sánchez | Acega nunca puso en marcha abonos

Una de las señales que alertaba ayer de la salida cortada en el acceso del Lalín 2000.

Desde el pasado miércoles, 29 de julio, los usuarios de la AP-9 que realicen el trayecto de ida y vuelta en el mismo día tendrán gratis el viaje de retorno, siempre que empleen telepeaje. El Consejo de Ministros dio luz verde la semana pasada a un paquete de descuentos en la autovía que une el norte y sur gallegos y que tiene similitudes con la AP-53: ambas dependen del Ministerio de Transportes, tienen un periodo de concesión idéntico (75 años la AP-9, rematando en 2048, y 74 la que une Santiago y Ourense, que atraviesa Deza y territorios de A Estrada, y que remataría en 2074). Ambas, además están entre las más caras de España y, por supuesto, de Galicia.

Cada kilómetro cuesta 10 céntimos

Un estudio de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), publicado este mismo verano, indica que, sin deducciones, el peaje entre Ferrol y Tui es de 22,30 euros. Cierto, es caro, pero estamos hablando de 219 kilómetros de distancia. El precio por kilómetro es de 10 céntimos. El mismo que tiene cada uno de los 56,6 kilómetros de la AP-53 entre Lalín y el Alto de Santo Domingo, en Dozón, o para entendernos el mismo que paga alguien que viaja por la autopista en coche entre Santiago y Lalín, pagando 6,05 euros. Para ver hasta qué punto resulta cara ahora la AP-53, basta pensar que quien vaya y venga por la AP-9 de A Coruña a Santiago pagará 7 euros (los otros 7 de vuelta se le bonifican), pero a cambio viaja 67 kilómetros, no los entre 40 y 50 que distan entre Lalín y Santiago (según qué salida se use).

Con las deducciones en la AP-9, el viaje entre Lalín y Santiago pasa a ser el más caro de Galicia en comparación con recorridos de similar distancia en otras autopistas. En el listado que maneja la AEA con 36 tramos en distintas autopistas, el de la AP-53 es el 21º más caro. El primer puesto corresponde al Túnel del Cadi, en el prepirineo catalán. Circular por sus casi 30 kilómetros supone un pago de 12 euros, a razón de 40 céntimos por kilómetro. Este tramo forma parte de la vía C-16. Esta vía, conocida como Autopista del Monserrat-Autovía Eje del Llobregat, completa el podio de los peajes más costosos con otros dos recorridos: el túnel de Vallvidriera, con peajes entre 3,84 y 4,32 euros (según tarifa diurna o nocturna) para 16,6 kilómetros, y Sant Cugat-Manresa, donde se paga entre 5,90 y 10,56 euros (según sea laboral o festivo) por un trayecto de 41,4 kilómetros. En estos dos casos, el kilómetro sale a 25 céntimos. Todos por encima de los 10 de la AP-53.

Vehículos pesados

No hay que olvidar que el traspaso de esta autopista a la Xunta, así como la rebaja de su peaje, iba en la cartera de condiciones del BNG para apoyar la investidura del presidente del gobierno, Pedro Sánchez. La formación frentista ha realizado distintas campañas en este sentido, tanto a nivel autonómico como comarcal. Y retomará la lucha, con una moción en el próximo pleno ordinario de Lalín.

Es más, la AP-53 es la única autopista española que no aplica descuentos al emplear telepeaje. Años atrás representantes sindicales habían esbozado la posibilidad de establecer tarifas más llevaderas en función de la frecuencia de viajes, si se circulaba en horas nocturnas o en festivos, por ejemplo. La idea nunca llegó a materializarse. Pero no es solo que se eludan deducciones para turismos ligeros, sino que tampoco existen para vehículos pesados. Por ejemplo, con las nuevas deducciones en la AP-9, los pesados tendrán un 20% de descuento en todos los recorridos, cualquier día del año y en cualquier método de pago.

Si, al menos, existiese esa posibilidad en la AP-53, se aliviaría con crecer la carga de tráfico pesado que soporta la vía alternativa para viajar a Santiago, la N-525.

Pagar 2,50 euros por tener un acceso cortado

Días atrás comenzaron los trabajos de mejora del firme en el acceso a la AP-53 desde Bendoiro. Son trabajos similares a los que se acometieron meses atrás en el acceso desde Catasós así como en tramos ya en la provincia de Ourense. Ayer a primera hora de la mañana quedó cerrado el acceso en dirección a Ourense, y por la tarde se inhabilitó en sentido a Santiago. Esta circunstancia desató las quejas entre los usuarios, porque las indicaciones de dicho corte son muy contadas. Ayer por la mañana, ni rastro de ellas en la salida de Lalín este, en el kilómetro 50. Sí había un par en el tramo entre la salida de Botos (en el kilómetro 46) y Lalín Oeste, en el 41. Los usuarios se quejan de que en una de las señales simplemente aparecía la leyenda “salida 41 cortada por obras”, sin hacer mención a Lalín Oeste, para que los conductores pudiesen así ubicarse. Otra luce el icono de callejón sin salida.

Así las cosas, los usuarios que deseaban salir de l AP-53 por el polígono de Lalín tenían que continuar hasta Silleda, abonar 2,50 euros por el trayecto (de ocho kilómetros de recorrido) y dar la vuelta usando la N-525. Desde el BNG local, Francisco Vilariño adelanta que trasladarán esta circunstancia al Congreso de los Diputados, para que el gobierno estatal abra un expediente a la concesionaria y forzar a que les devuelva esos 2,50 euros que tuvieron que pagar decenas de usuarios por no poder salir de la AP-53 ya en Botos, ante la falta de información.

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