Con casi un año de retraso, el PP de Agolada tendrá acceso a la información de expedientes solicitados al gobierno local. Pero “ni es casualidad ni, desafortunadamente, el alcalde cayó del caballo de la transparencia, sino que hubo que empujarlo”, expone su portavoz, Carmen Seijas. No le cabe ninguna duda de que Luis Calvo les dio acceso ahora –comunicación del 26 de julio– tras haberle llegado un requerimiento, y antes de recibir “una reprimenda”, de la Valedora do Pobo, ante la cual los populares habían presentado una queja el 3 de junio, admitida a trámite el 17 de ese mes.

“Es triste que tengamos que acudir a estos procedimientos para poder hacer nuestro trabajo, que es el que nos encargaron los vecinos de Agolada”, arguye la concejala, al tiempo que advierte al regidor de que “no va a poder establecer un reino de taifas en donde solo se haga lo que él ordene y mande”. Asegura que Calvo les pone “todo tipo de trabas” para que no les puedan demostrar a los vecinos que “todo lo que presumía de transparencia y respeto a las leyes no era más que palabrería populista”. Subraya que sigue sin responder a sus preguntas sobre las dietas cobradas por el gobierno, para qué se utilizan los coches comprados recientemente o los problemas con el electricista. El PP pone en duda que las bombas de agua de las piscinas llegaron a ser robadas, como anunció el propio Calvo, o si “simplemente nunca faltaron de donde siempre estuvieron, como rumorean los vecinos”.

Seijas critica también los cambios de fecha de los plenos al “antojo” del alcalde, como pasó con el del 18 de mayo, tres semanas tarde, o con el de este mes, que debería haber sido convocado el martes 27. Su grupo presentará una moción para elaborar un reglamento que permita celebrar los plenos “en paz”, ordenando los turnos de palabra, de modo que no sean “un cortijo” en donde solo el regidor “puede hablar cuando quiere”.