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Las academias recuperan su actividad estival tras más de un año de pandemia sanitaria

Las dificultades del alumnado durante el curso académico provocaron un aumento en la demanda de clases durante el verano | Aún así, en algunos casos la asistencia bajó un 20% con respecto a años anteriores

Alumnas durante una clase de inglés en la academia Bit by Bit. | //BERNABÉ/ANA AGRA

La irrupción de la pandemia provocada por el coronavirus ha supuesto cambios importantes a todos los niveles y uno de ellos es la educación. No solamente las instituciones educativas se han visto obligadas a establecer protocolos de actuación y adaptar los planes de estudios a la situación vigente, sino que las academias y docentes de idiomas o de apoyo también han sufrido las consecuencias de esta inesperada realidad.

Durante los meses de verano de 2020, este tipo de organismos vieron alterada su actividad debido a la baja demanda de clases de refuerzo. El curso académico, que se caracterizó por la virtualidad y las sesiones impartidas telemáticamente, provocó que los criterios utilizados para evaluar al estudiantado provocaron una alza significativa en el porcentaje de aprobados. Así, muchas instituciones se vieron obligadas a cerrar en verano debido a la falta de alumnado o simplemente contaban con pocas plazas cubiertas.

Ahora, un año y un curso escolar más “normal” después, las academias han recuperado una parte importante de trabajo. “Aunque este año no se recuperaron las cifras de asistencia de pre-pandemia –estamos en un 15-20% menos que hace dos años–, comparado con el verano anterior se ha incrementado sobre un 50%”, afirmaba uno de los responsables de la Academia Enrédate, un centro de educación y tiempo libre ubicado en Lalín. El centro también se ha visto en la obligación de echar el cierre el año pasado dada la aparición de contagios, pero normativa de prevención y las medidas de seguridad ayudan a que poco a poco vayan recuperando la normalidad.

Hasta cuatro materias

Precisamente la configuración de este tipo de protocolos de protección impulsa a que la docencia se imparta de manera presencial. A pesar de que en el 2020 sí era más frecuente combinar la modalidad on line con la presencial, la mayoría de academias han optado por la presencialidad plena. De este modo, los grupos de alumnado se reducen y se limitan al aforo estipulado, pero mantienen ese contacto con los docentes. Aún así, las consecuencias del pasado curso se hacen notar en las sesiones de apoyo de verano. Del habitual estudiante que dejaba una o dos asignaturas como máximo se ha pasado a otro que, por lo menos, tiene que recuperar 4 materias en septiembre. El nivel ha bajado con respecto a otros años debido, en parte, a las dificultades que sufrieron los alumnos y alumnas durante el confinamiento y la adaptación a otros formatos de docencia. Así, este verano las academias han notado estas circunstancias y aumentado considerablemente la demanda. En algunas, como puede ser la Academia Susana de Lalín, no se ha podido acoger a todos los solicitantes debido a la gran cantidad de peticiones que ha registrado.

En el caso de las academias de idiomas, concretamente de inglés, la situación varía. La empresa Bit by Bit también notaba una cierta recuperación con respecto al año anterior, que supuso una situación “rara y diferente”. El trabajo que llevaban a cabo antes de la pandemia no se vio enormemente afectado dado que los grupos que se configuraban no eran demasiado grandes, aunque durante el verano de 2020 la actividad docente fue un poco menor, combinando las clases virtuales con las presenciales.

Aunque la situación habitual suele ser esta, otras instituciones han decidido cerrar sus puertas. Es el caso de la Bridge’s School, dirigida principalmente por Margarita Gallego. Aunque también alega diversos motivos familiares, la menor demanda de aulas de refuerzo la ha llevado a tomar tal determinación por primera vez en 16 años. La realidad sanitaria ha impedido a los profesores de la academia desplazarse a los centros educativos para impartir allí sus clases complementarias. Por el momento, todavía está en el aire si podrán volver el próximo curso y recuperar su actividad.

Las autoescuelas mantienen su ritmo de trabajo

Salvo por las mascarillas, el gel hidroalcohólico y demás medidas de seguridad, las autoescuelas no han experimentado demasiados cambios en cuanto al desarrollo de su actividad. Los alumnos y alumnas siguen incorporándose a los distintos cursos sin existir demasiada diferencia con otros años. Además, la posibilidad de realizar las sesiones desde casa ya existía antes de la llegada de la pandemia. Puede que el aforo sea uno de los principales inconvenientes, puesto que las aulas presenciales también se tienen que distribuir por grupos más pequeños y en sesiones distintas de 1 o 2 horas. Las prácticas en vehículo también se han mantenido como anteriormente, por lo que la situación sanitaria no ha afectado en gran medida.

Los docentes descartan la opción ‘online’

A pesar de tener que convivir con la modalidad virtual, sobre todo durante los inicios de la pandemia, el profesorado no se siente del todo cómodo con este formato. La responsable de la academia Ivana Vázquez García apuntaba que el estudiantado “necesita verte, interactuar contigo, el ánimo que transmites y verte la expresión, sobre todo de la voz”. También destacaba la necesidad de interaccionar con el profesor y que a través de una pantalla resulta muy complicado de conseguir.

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