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Un verano entre sol y sombra

Disfrutando de Pozo do Boi. | // BERNABÉ/ANA AGRA

Ganas y miedo no son buenos compañeros de viaje. Son las dos caras de la moneda que marcan la situación turística en el segundo verano de esta pandemia. Cierto es que se ha ganado en confianza y se ha avanzado en la vacunación. No obstante, la presencia del virus es manifiesta y repercute de manera muy directa en la elección del plan vacacional. Los destinos nacionales y autonómicos son las estrellas de un verano que vuelve a ser atípico y en el que, al menos de momento, el tiempo también juega en contra.

El repunte de los contagios y una economía doméstica en muchos casos víctima colateral de la crisis sanitaria condicionan la elección del destino para disfrutar de las vacaciones de este 2021. El extranjero sigue viéndose como un terreno inhóspito que, además de generar poca confianza puede convertirse en zona pantanosa en cuento a restricciones y certificaciones sanitarias para los viajeros.

Los destinos turísticos

Incluso los destinos turísticos tan en auge a comienzos de la temporada como Canarias o Baleares se vieron salpicadas por una complicación de la situación epidemiológica que pone en riesgo la afluencia de visitantes y genera cierto recelo, incluso, para quienes tienen ya su billete en mano. Por el momento, las cancelaciones de viajes no se están extendiendo entre quienes estos días preparan la maleta desde Deza y Tabeirós. No ocurre lo mismo con destinos como Portugal, ante la exigencia de entrar en el país con una PCR por delante.

Aunque sean menos este año los que deciden quedarse en casa, cierto es que la tesitura en las comarcas tampoco es ajena a la proliferación de los contagios, especialmente entre los sectores más jóvenes de la sociedad.

Los casos

En Silleda se confirmaron ayer tres positivos más, lo que eleva el número de casos activos a 20, cuatro de ellos –y no seis– de la misma familia. La incidencia acumulada para Trasdeza continúa en 192 por 100.000 habitantes a 14 días. “En Lalín estamos por debajo de la media pero eso no significa que sea un consuelo para nosotros; estamos yendo un poco a más, aunque la incidencia está sobre 50, inferior a la media nacional”, apuntó el alcalde de Lalín, Xosé Crespo.

Por su parte A Estrada se quedó ayer con 20 casos activos de COVID-19 tras registrarse cuatro altas y aparecer otros tantos contagios. La tasa de incidencia aumenta hasta 132 por cada 100.000 habitantes a 14 días. La media de edad se sitúa en los 29 años y la tasa de positividad en un 3,53%. De todos los pacientes que actualmente cursan la enfermedad en el municipio solo uno se encuentra ingresado en el hospital.

Una de las autocaravanas en Orazo. Bernabé/Javier Lalín

Se dice que el turismo de autocaravana y caravana vive un momento dulce con la pandemia, estimándose como una fórmula ideal para descubrir mundo o pasar prolongadas estancias junto al mar contando con un espacio propio y controlado donde dormir o realizar las diferentes comidas del día. Sin embargo, el gerente de Mundi Caravanas –en la parroquia estradense de Orazo–, Carlos Liste sostiene que en este 2021 se está dejando notar en mayor medida del impacto económico de la crisis sanitaria. “La gente comienza a gastar menos. Vamos teniendo trabajo porque tenemos una clientela más o menos fija, pero se está notando. Hay mucha incertidumbre; esto se está poniendo mal”, apunta, descartando que exista un boom, al menos en el sector que él trabaja.

“La gente apuesta por la caravana por temor a los contagios; te da más independencia: tienes tu casa, tu loza, tu ropa.... Tenemos clientes que viajan por Europa o que se quedan en España de camping en camping”, indica, para luego reconocer que es una fórmula más barata que ir de hotel. “Por e precio de uno van cuatro”, señala. Observa Liste que lo que más valora quienes escogen la caravana para irse de vacaciones en tiempos de pandemia es “la independencia; el poder estar en un habitáculo e con cosas que no toca nadie más que ellos”.

El gerente de esta empresa emplazada en el municipio estradense asegura que este tipo de alternativa vacacional experimentó una mejoría en este 2021 con respecto al verano de 2020. No obstante, señaló que es un turismo que lleva ya unos años en auge, sin poder estimarse como una consecuencia directa de la pandemia.

El cliente más habitual para este sector, en base al testimonio de Carlos Liste, es el de pareja con hijos, aunque también es habitual el de matrimonios que pasan el verano en caravana en Galicia y luego se mueven con ella a la zona del Mediterráneo. Son varios los turistas que alquilan la caravana el mes entero, aunque la estancia media suele ser de una semana, con un precio de alrededor de 50 euros por jornada. “Acabas las vacaciones y no tienes que preocuparte ni de guardarla”, remarca. Si el cliente quiere, es posible un alquiler de temporada por tres meses, llevándole y recogiendo la caravana en el camping que escoja.

Ana Ferradáns durante su escapada de Semana Santa en A Guarda.

Cabo Verde, Rusia, Tanzania. Son solo algunos de los destinos sellados en el pasaporte de la estradense Ana Ferradáns, una apasionada de los viajes. De hecho estaba planeando visitar Perú justo antes de que explotase la crisis sanitaria. Una vez que cerraron fronteras, ella también se planteó que la mejor opción sería apostar por el turismo nacional. Así es que en el verano de 2020 se fue a Menorca. “Nunca me ha gustado el turismo de sol y playa pero tal y como estaba el sector en España creí que la mejor opción sería apoyarlo”, explicó ayer Ferradáns.

Sin embargo, su destino favorito desde la irrupción del coronavirus es Galicia. “La pandemia me ha dado la oportunidad de valorar los sitios maravillosos que tenemos a nuestro alrededor. Siempre viajaba al extranjero y conocía poco Galicia”, declaró. De hecho, en Semana Santa viajó al castro de Santa Tecla, en el que nunca había estado, y recorrió la comunidad desde el sur hasta el norte.

Este verano pretende hacer lo mismo. En vez de cogerse varias semanas de vacaciones ha optado por estirar más los fines de semana y hacerse pequeñas escapadas a diferentes rincones de Galicia. Su último destino fue la Ribeira Sacra. Otro de esos lugares que la han dejado fascinada.

Uno de los motivos que frenan a Ana Ferradáns a viajar al extranjero son los diferentes sistemas sanitarios y los riesgos que corre si contrae la enfermedad. De hecho, uno de sus temores es encontrar dificultades para volver a España. Por ello, ella sigue optando por el turismo nacional, incluso el autonómico, y solo baraja la opción de salir del país cuando tenga administradas las dos pautas de la vacuna. “En octubre puede que viaje a la Toscana. El turismo europeo me da más confianza porque tenemos una tarjeta sanitaria que te da otras garantías”, apuntó.

El modus operandi de Ana no parece ser la excepción: más bien es la regla. Si algo positivo ha tenido la pandemia es que nos ha permitido conocer los tesoros escondidos de un lugar tan espectacular como Galicia. Ana, pese a haber recorrido una larga nómina de países, sigue sintiéndose fascinada cuando descubre un nuevo rincón de su tierra. Y esa sensación, sin lugar a dudas, nunca será comparable a cualquier otro destino.

Ángeles Brey en la oficina de su casa.

Cuando comenzó la pandemia, Ángeles Brey decidió llevarse la oficina a casa. El suyo es uno de los sectores fuertemente golpeados por la crisis sanitaria y que continúa navegando, muchas veces, por un mar de incertidumbre. Explica que el verano “empezó muy fuerte”, con muchas reservas para el disfrute de las vacaciones pero ya se está ralentizando. El incremento de casos en islas como Mallorca o Tenerife no está deparando cancelaciones en las reservas efectuadas. Sin embargo, apunta que estas sí se están produciendo en contrataciones para distintos puntos de Portugal, desde al Algarve hasta Lisboa, pasando por O Porto o Braga. “Piden PCR para entrar”, explicó Brey, que apuntó que ello encarece el viaje al menos unos 50 euros.

“Nada de turismo internacional”, responde la gerente de Turgalia Viaxes cuando se le pregunta por si los vecinos de la zona se apuntan a recorrer ciudades extranjeras. Indica que son muy pocos los novios que están reservando su viaje de luna de miel, quizás esperando un momento más propicio para viajar, en un horizonte menos convulso en el que ya tengan completada su pauta de vacunación. No obstante, indica que hay puntos como México, Cuba, Punta Cana, Maldivas o la República Dominicana donde “no piden nada para entrar”. Sin embargo, matiza que en estos casos es el viajero el que tiene miedo y se echa para atrás.

La costa de Andalucía, Valencia o Alicante son otros de los destinos escogidos para las vacaciones de este 2021. “La gente quiere salir; nos lo merecemos todos, pero esto no terminó, sigue estando ahí”, asume Ángeles Brey. Aun así, sus contrataciones para Baleares, Canarias y Península continúan adelante.

La playa fluvial de Liñares. Bernabé/Javier Lalín

Quedarse en casa fue una opción vacacional muy socorrida el verano pasado. Playas estaquilladas; mascarillas por todas partes; movilidad reducida y, sobre todo, mucho miedo en el cuerpo, hicieron que fuesen muchos los que apostasen por hacer más turismo local que nunca, descubriendo los parajes del entorno más inmediato y sofocando el calor en playas fluviales y piscinas. Sin embargo, en 2021 la cosa cambia. Aunque el virus no se haya retirado, la sensación de seguridad parece más extendida, quizás por la extensión de la vacunación a los sectores más vulnerables de la sociedad y también por el hecho de que la situación no es ya tan desconocida como lo fue en su primer verano.

En este contexto, fuentes del Concello de A Estrada reconocieron ayer que la entrada a las piscinas municipales y, especialmente, a la playa fluvial de Liñares se ha visto muy reducida este año, si bien es cierto que el tiempo no está contribuyendo a que los ciudadanos tengan ganas de baño. Varios eventos programados en estas instalaciones en pasados fines de semana fueron finalmente anulados.

“Hay más opciones y el tiempo está siendo horrible” se reconoce desde el departamento municipal de Deportes de A Estrada, que gestiona ambos recintos. En 2021 las cifras de afluencia del julio de 2020 –la playa de Porta Pousada se abría por vez primera al público en general– no se están alcanzando, si bien es cierto que son muchos los que este año apuestan por opciones menos caseras para disfrutar de sus días libres, aunque parajes como A Praíña (Couso), O Areal (Berres), A Carixa (Vila de Cruces) o Pozo de Boi (Vilatuxe) son siempre una buena opción.

Ana Villamayor en su casa de turismo rural. Bernabé/Javier Lalín

El turismo rural sigue siendo un lugar seguro. Al menos, esa parece ser la conclusión que se desprende de una única afirmación: pese al aumento de los contagios y el empeoramiento de la situación epidemiológica, en el turismo rural no ha habido cancelaciones. Así los declaró ayer la presidenta de la asociación Mar de Compostela, Ana Villamayor. “Los clientes parecen estar bastante confiados. De hecho, la mayor parte de los turistas son de Madrid y Barcelona”, apuntó Villamayor.

Si una se fija en las reservas verá que agosto es el mes estrella. El turismo rural de la zona está a punto de colgar el cartel de lleno para la dos primeras semanas del mes veraniego por excelencia. Sin embargo, la afluencia de julio no está siendo tan buena. Tienen gente los fines de semana y suelen ser gallegos que vienen a pasar unos días a otro rincón de la comunidad. Parece que este tampoco será el mejor año para el turismo internacional.

Aunque el incremento del número de casos activos es una tónica generalizada en toda Galicia, el turismo rural de la zona todavía no ha sentido las consecuencias. Puede que se siga considerando un espacio más seguro y con más garantías, puesto que suelen ser familias que apuestan por la naturaleza y los enclaves exteriores. Es decir, que vienen a hacer un turismo relajado y de desconexión de lo urbano. De hecho, Ana Villamayor espera que “siga siendo así”, que las reservas aumenten y se sigan animando a visitar A Estrada y sus alrededores. Otra de las peticiones de la presidenta de Mar de Compostela es que el tiempo mejore. Estos primeros días de julio no han sido apacibles. La climatología adversa sigue siendo la gran enemiga del turismo.

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