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Dozón, Silleda y Agolada: los concellos que más deben

Las administraciones locales de las comarcas cerraron el año pasado con préstamos por casi 5,5 millones | Rodeiro, Forcarei y Cerdedo-Cotobade son los únicos sin obligaciones pendientes con las entidades crediticias

Servicio de cajero automático al lado de la casa consistorial de Dozón. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Solo tres concellos de las comarcas cerraron el año pasado sin deuda bancaria: Rodeiro, Forcarei y Cerdedo-Cotobade repiten como las únicas administraciones municipales de Deza y Tabeirós-Montes sin obligaciones con las entidades crediticias, mientras que los seis restantes acumulan un pasivo de 5.488.770 euros. En el primer año de la pandemia sanitaria todos los ayuntamientos, excepto Dozón, amortizaron su deuda viva, y en total redujeron en exactamente 823.744 euros sus números pendientes.

Dozón, Silleda y Agolada encabezan el ranking de deuda por habitante con 304, 174 y 118 euros por vecino respectivamente. Así, el municipio menos poblado de las comarcas cerró el ejercicio con un montante de 326.881 euros en créditos, que son casi 250.000 más de los que debía doce meses antes. Por el contrario, Silleda pegó un importante tijeretazo a su deuda, pasando de 2.247.402 euros a un total de 1.541.343. El ayuntamiento regido por Luis Calvo también aminoró el impacto que la deuda tiene sobre la economía municipal, aunque no en un volumen tan relevante en términos absolutos. Si en 2019 había 450.000 euros en la caja del consistorio procedente de préstamos bancarios ahora son 271.771. Vila de Cruces es el municipio de la zona más saneado y sus obligaciones ascienden a poco más de 205.000 euros, que son 40.600 menos en un año. Su pasivo por vecino es de 39 euros.

Si atendemos ahora a las administraciones de las dos cabeceras de comarca, Lalín y A Estrada muestran una situación muy diferente y su pasivo por habitante se sitúa en 41,82 y 112,94 euros en cada caso. El concello dezano mantenía en préstamos un importe total de 845.092 euros después de haber amortizado 120.800. A Estrada se deshizo de algo más de 27.600 euros de préstamos, pero todavía tiene por saldar prácticamente 2,3 millones.

Los concellos gallegos deben 216.430.517 euros, cantidad que representa un promedio de 80 euros por administración y si observamos los datos de las comarcas solo Lalín y Vila de Cruces están por debajo de este dato. Como podemos observar, cada concello es una realidad distinta y por ello, entre los de más de 20.000 habitantes, no se percibe un patrón semejante. Así, de la veintena de ayuntamientos gallegos de primera categoría hay seis (Arteixo, Culleredo, Narón, Oleiros, Ourense y Marín) sin préstamos en vigor y Cangas es el que tiene la deuda más alta por habitante pues supera los 201 euros. Las dos principales urbes, Vigo y A Coruña, también muestran un escenario muy dispar y la capital olívica apenas tiene deuda (47.789 euros), mientras que la herculina está en más de 44 millones. El promedio de deuda viva de este grupo de concellos es de unos 62 euros, cuantía que rebasa A Estrada, mientras que Lalín está por debajo de esta cifra. Vilagarcía, con casi 195 euros per cápita, es el segundo de los grandes ayuntamientos gallegos con mayor nivel de pasivo por habitante.

Seis millones amortizados en un lustro

Los concellos de la zona deben a los bancos 6,2 millones menos que hace un lustro y el año electoral que en algún caso provocó cambios políticos en la gestión de los mismos se cerró con 11.758.000 euros de pasivo. Entonces, todavía sin materializarse la fusión de Cerdedo y Cotobade, el primero de estos municipios sí tenía deuda; en concreto 363.000 euros y ya entonces Rodeiro y Forcarei estaban a cero. Lalín era entonces el que más dinero debía a las entidades bancarias, con más de 4,2 millones y durante este tiempo fue capaz de amortizar préstamos por importe de 3,4 millones. A Estrada estaba en una situación semejante, pero con 335.600 euros más pendientes que ahora. El Concello de Silleda liquidó préstamos por valor de 1,4 millones y en 2015, cabe recordar, eran casi tres los que tenía en vigor. Vila de Cruces se mantiene en unos niveles de pasivo muy semejantes y Agolada adeudaba entonces 1.135.000 euros. Ya por último indicar que Dozón es el único caso que en estos cinco años no fue capaz de aminorar el impacto de sus préstamos bancarios y cerró el ejercicio pasado con 151.200 euros más de deuda viva.

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