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Una familia con el hogar a cuestas

Olalla Iglesias y Marco Tangocci se refugian en Forcarei hasta otoño antes de retomar su vida nómada en autocaravana

Olalla, Marco y su hijo Iago, ayer, en Forcarei, ante su autocaravana, la “Gorda”. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Los caminos de Olalla Iglesias y Marco Tangocci se cruzaron en Tarifa en el año 2015. La gallega y el italiano comenzaron a partir de ahí una vida que dio un vuelco total poco tiempo después. El culpable fue el nacimiento de su primer hijo, Iago. “Él fue el motivo de poner en marcha nuestro sueño”, reconoce la gallega. Así fue como en el año 2019 decidieron comprar a la “gorda”, una vieja autocaravana con la que viajan llevando su hogar con ellos.

Algunos de los productos que comercializan. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

“Ese verano hicimos nuestro primer viaje y nos dimos cuenta que esa libertad era lo que necesitábamos. Había más serenidad entre nosotros y todo era más sencillo en movimiento”, recuerda. Por la redes sociales comenzaron a ver otras familias que vivían viajando, algo que los inspiró en su aventura. Sin embargo, fue la pandemia por el COVID la que terminó de dar un vuelco a su modo de vida. Marco perdió su trabajo en una Tarifa marcada por la precariedad laboral y la familia decidió lanzarse a la carretera.

Para ello sin embargo fue necesario acondicionar a la “gorda”, para lo que aprovecharon el tiempo de confinamiento obligado. “Tenía algunos achaques y filtraba pero apostamos por ella y fuimos uniendo las piezas para que todo terminase encajando”, explica la gallega. Finalmente, la familia se puso en marcha en el mes de junio de 2020. Su primer destino fue Italia. “Marco es mecánico, jardinero... trabaja cualquier cosa con las manos. La idea era irnos moviendo con Iago y que él fuese encontrando trabajos. Al mismo tiempo, le íbamos dando forma a nuestro proyecto digital”. Con la “gorda” lograron cruzar los Alpes para llegar a Italia. Al mismo tiempo nacía Babyvan, una marca asociada a un blog y a perfiles en Facebook e Instagram, donde la familia iba compartiendo imágenes de su vida nómada.

La pandemia sin embargo volvió a cruzarse en su camino. Una nueva ola que dejó sin trabajo a Marco hizo que la familia decidiese regresar a España, en concreto a Galicia. A Olalla, nacida en Santiago, criada en Narón, pero con familia paterna en Codeseda, le tocaba en esta ocasión ejercer de anfitriona. Su peregrinaje se topó con un alto forzado hace unos meses. El motivo, la necesidad de realizar mejoras en una autocaravana que comenzaba a tener de nuevo humedades. “Decidimos quedarnos aquí una temporada pero necesitábamos el apoyo de una casa”, recuerda. El boca a boca terminó por darles lo que buscaban, una casa en la localidad de Igrexa, en Millerada (Forcarei) que les cedieron a cambio de cuidarla.

Así comenzó una nueva etapa dentro de su vida nómada. Olalla aprovechó para dar forma a sus proyectos empresariales, mientras que Marco se enfrascó en un proyecto ecológico con dos socios en el que buscan recuperar el cultivo del cáñamo industrial en Galicia. Iago por su parte se matriculó en el colegio de Forcarei, donde pudo socializar con nuevos amigos durante el tercer trimestre del curso.

A pesar de encontrarse muy contentos en Galicia, Olalla reconoce que la intención es continuar su camino en otoño. “ La gorda ya está lista para partir desde primavera pero este es un sitio muy amable y decidimos quedarnos a pasar el verano”, afirma.

Proyectos empresariales que desarrollar en el camino

Una de las preguntas que muchos se harán es como la familia consigue sufragar su vida nómada. Una de sus fuentes de ingresos son los diferentes trabajos que Marco logra encontrar. Otras tienen que ver con dos proyectos empresariales que pueden desarrollar en el camino. Uno de ellos está ligado a la marca que han ido creando en su blog y en redes sociales, Babyvan. Esta marca aparece en diferentes productos que comercializan y que entroncan con su estilo de vida. Así se pueden comprar termos, tazas, sombreros o vinilos para la furgoneta, y todos ellos con mensajes especiales. El otro de sus proyectos tiene por nombre Olajui y tiene como protagonista a la propia Olalla. La educadora social siempre tuvo una pasión, escribir, algo a lo que pudo dar rienda suelta a la hora de contar sus experiencias en su camino. “Todo comenzó como un juego pero de ahí surgió la idea de crear Olajui, un espacio de escritura creativa. Pongo letra a tus historias, juntos le damos voz a aquello que necesita expresarse y decimos de manera poética, adaptada y creativa”.

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