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Los 300 del Camiño da Geira

Detalles de la Casa do Palomar y Bar Caminho da Geira con los peregrinos 300, 301 y 302. En el centro, la holandesa de 78 años Gertrudis y, a la derecha, la estadounidense Wendy y el australiano Nick.

El Camino te pone a prueba. Te permite encontrarte contigo mismo y mide de qué pasta estás hecho. Gertrudis se retiró ayer a su habitación en la casa de turismo rural O Palomar, en la parroquia estradense de Codeseda, dejando a más de uno boquiabierto y demostrando que, a sus 78 años de edad, la suya es una madera robusta y noble. Esta holandesa descubrió el Camiño da Geira e dos Arrieiros en una librería de Maastrich. Cayó en sus manos una guía que recoge este recorrido entre Braga y Santiago de Compostela y no se lo pensó dos veces. Ayer se convirtió en la peregrina número 302 en pasar por Codeseda en un 2021 que comienza a dar signos de clara recuperación del tirón de esta senda jacobea, reconocida por la Iglesia –quienes la realizan reciben la Compostela– y que está pendiente de que la Xunta dé el mismo paso.

Los vecinos de Codeseda, que se han esforzado mucho para que este camino que pasa por A Estrada alcance este reconocimiento, quisieron festejar ayer la llegada del peregrino número 300. La simbólica cifra correspondió a Wendy, una estadounidense que llegó a esta parroquia acompañada por su marido Nick (Australia). Poco después, con su paso lento pero constante y seguro, llegó Gertrudis, a quien correspondió el dorsal 302 de este 2021.

En solitario

Esta holandesa casi octogenaria realiza el recorrido en solitario. Es toda una veterana del Camino de Santiago, una experiencia de la que disfruta desde hace 15 años. Lo va recorriendo en etapas pequeñas, disfrutando de cada una de ellas la satisfacción de gozar de cada paso, sin prisa pero sin pausa.

“Es un camino muy bonito, que permite disfrutar todo el tiempo de la naturaleza pero que también tiene mucha historia”, apunta Wendy. Esta es su quinta ruta jacobea. Ella y Nick partieron del Algarve (Portugal), siguiendo el Caminho Nascente y, al llegar a Braga, decidieron continuar rumbo a Santiago por el Camiño da Geira e dos Arrieiros. De este modo, unen estas dos sendas de peregrinos completando 1.075 kilómetros. Ayer llevaban en sus mochilas el peso de 54 días a pie. Esperan abrazar al Apóstol en solo dos jornadas más.

El Bar Caminho da Geira y la Casa rural O Palomar quisieron hacer entrega de unos recuerdos a los peregrinos que hicieron el número 300, consistente en una camiseta una guía sobre el patrimonio del Camino y una etiqueta para la mochila.

Apertura de fronteras

El pasado mes de marzo, debido al cierre de la frontera, solo pasaron dos peregrinos por Codeseda. Eran profesionales del sector, de ahí que pudiesen cruzar. En mayo, cuando se abrió el paso con el país vecino se produjo toda una explosión que deja días con una treintena de peregrinos haciendo este recorrido hasta Santiago. Algo que sí están apreciando los vecinos es que muchos apuestan por afrontar estos más de 200 kilómetros en bicicleta.

Vecinos de Codeseda están realizando estos días labores de limpieza por la zona del Camino que pasa junto al Umia, donde la hierba crece muy rápido y dificulta el tránsito. Durante estos trabajos se encontró un jabalí muerto, cursando el correspondiente aviso.

Tal y como había apuntado la asociación Codeseda Viva a comienzos de año, un handicap que se está encontrando es la falta de señalización en los concellos de Cortegada y Padrenda. Indican que en estos municipios solo se deja señalizar el Camiño Miñoto, pero no el Camiño da Geira, una cuestión que dificulta a algunos peregrinos seguir la senda que han escogido para llegar a Compostela.

Pese a todos estos atrancos, quienes impulsan esta senda jacobea están hechos a las dificultades y muestran arrojo espartano. Ahora, tras un año muy difícil, el 2021 les ha brindado contar con sus 300.

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