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Lenta agonía en la Fundación do Moble

El recinto ferial de A Estrada lleva dos años esperando un cambio de rumbo al que se hace un regate en cada reunión del patronato

Pabellones del recinto ferial de A Estrada. | // BERNABÉ/LUISMY

Conservar la objetividad que se presume a un periodista entraba en colisión con visitar la Feira do Moble de Galicia en sus últimas ediciones. El declive era más que evidente y, aunque en las crónicas correspondientes se dejaba entrever el bajón, se describía con cierto miedo, tratando de no hacer demasiada leña del árbol caído. Sin embargo, por fortuna, hubo un momento en que la niebla se levantó y todo comenzó a verse cada vez más claro. Surgieron voces valientes que no tuvieron complejos en salirse de la línea y reconocer que el certamen ya no representaba a un sector de la madera y el mueble de A Estrada, que supo buscarse el futuro por otro lado –en este caso la línea del contract– cuando vio que el próspero camino que otrora emprendió comenzaba a cerrarse. Llegó el momento en que se reconoció que el puerto diseñado para servir de abrigo al buque insignia de la industria estradense había que buscarle otro cometido, un cambio de rumbo porque aquel navío que cobijaba ya había zarpado hacía tiempo hacia otras latitudes.

Lleva años hablándose de la urgencia de un cambio. Sin embargo, la última sesión del patronato de la popularmente conocida como Fundación do Moble dio la imagen de una tripulación que agarra con fuerza del timón sin saber muy bien si han de moverlo a babor o estribor. Desde la orilla, en cambio, el rumbo parece claro: el barco va contra las rocas. La primera reunión presencial de los patronos desde que comenzó la pandemia no dio respuesta a los interrogantes que llevan abiertos, al menos, desde hace dos años, comenzando por el que cuestiona el futuro del propio recinto ferial.

Sin propuestas

Sesión tras sesión, presencial o por videoconferencia, nadie parece dispuesto a alzar la mano, presentar una propuesta en firme y pedir que se vote. La crisis sanitaria condenó a la entidad a la parálisis total. Con solo dos trabajadores, esta fundación pública tiene hoy un día a día difícil, en el que no hay un objetivo que cumplir, algo tremendamente descorazonador e incapaz de suscitar la más mínima motivación. Pero, a mayores, cada día sin actividad va sumado un nuevo apunte en el capítulo de gastos, manteniendo a cero el de ingresos que no sean por la vía de la aportación de fondos de distintas administraciones o, lo que es lo mismo, de dinero de todos los contribuyentes.

En el patronato de este martes solo hubo dos cuestiones reseñables: la decisión de recuperar la actividad ferial y el anuncio de un nuevo estudio para valorar la posibilidad de recuperar la figura del gerente. Parece ser que el estudio lleva ya un tiempo gestándose, aunque, en realidad, esta figura ejecutiva ya se incluye en el cuadro de personal de la entidad organizadora de la Feira do Moble de Galicia. Por tanto, este gasto salarial ya estuvo en su momento contemplado en el presupuesto, aunque el Concello decidió en su día cubrir la vacante con un concejal del equipo de gobierno. La salida de Nemesio Rey del ejecutivo local dejó descabezada la entidad hace dos años, sin que se volviese a plantear la posibilidad de recuperar este representante ejecutivo en el seno de la Fundación.

Un paso al frente

Diciembre de 2019. El alcalde de A Estrada, José López, dio un paso al frente. En el momento en el que el patronato se reunía para aprobar los presupuestos de 2020 el regidor aprovechó el apartado de ruegos y preguntas para plantear la necesidad inmediata de abrir un debate sobre el futuro de este ente. “La Fundación no puede ser el fin en sí misma, tiene que ser el medio, y un medio útil para el sector”, expuso el dirigente local. “Lo más cómodo sería continuar haciendo la feria y que cada año decaigan el número de visitantes y la cantidad de negocio que se generan pero yo creo que a día de hoy, y siendo críticos, la feria le está haciendo daño al sector porque no está representando el potencial que verdaderamente tiene”, manifestó el jefe del ejecutivo local. El alcalde trasladó a la consellería la petición de convocar un patronato con el inicio del nuevo año “para que cada uno lleve sus propuestas”. “Hay que ser valiente y replantearla”, consideró entonces López Campos. Sin embargo, el año arrancó y la convocatoria se fue posponiendo, hasta que en marzo estalló la pandemia. Desde entonces ha habido patronatos y comités ejecutivos sin que se hayan presentado las esperadas propuestas. La sesión del martes parecía estar llamada a que se escuchase, al fin, alguna. Sin embargo, se convirtió en más de lo mismo: una convocatoria vacía, de escasas intervenciones y una nueva patada hacia delante. Ahora se espera un informe y se emplaza a los patronos a una nueva reunión. ¿Hasta cuándo durará la agonía? El enfermo continúa encamado, con los sueros puestos y con un diagnóstico bastante claro. Solo caben dos opciones: tratarlo o dejarlo morir. Si quienes tienen en su mano la medicina han tomado esta última decisión, quizás sería más humano –y también más barato– que alguien le conceda el golpe de gracia.

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