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“Mamá, quiero ser artista”

Ly Morales ejerce desde hace años como productora y mánager musical. | // LUCAS TERCEIRO

El día a día de la adolescente Liset Morales Ramos no fue como el de las demás niñas. “No me daba la vida para atender a todo. Ensayaba teatro y me iba al colegio, luego tenía programa en televisión... Y a mayores tenía kárate, escuela de idiomas...”, recuerda sobre su juventud en su Cuba natal. Esta estradense de adopción pasea por el pueblo como una vecina más pero en su país son muchos los que la siguen recordando y conociendo cada vez que cruza el charco para ver a su familia. El motivo fue su trabajo desde los trece hasta los veinte años en numerosas series y programas de televisión cubanos, que han perdurado en la memoria colectiva del país caribeño.

Varias imágenes antiguas de Ly Morales, delante y detrás de las cámaras.

Liset “Ly” Morales tuvo claro desde muy pequeña que quería ser artista y contó para ello con el total e incondicional apoyo de sus padres. “Mi madre me llevaba a los castings que había y un día conocimos a un director que me dio un papelito diminuto. A partir de ahí comencé a tener más oportunidades”, explica. Entre sus papeles para televisión destacó su trabajo en la seria “Día y noche”, que tuvo un gran éxito en Cuba con una temática policial. También participó en “1958: Como un sol de fuego”, en este caso una serie juvenil ubicada en el pasado de Cuba. Este trabajo en las series de moda lo compaginaba con la televisión, en programas infantiles como “Dando vueltas” y en teatro con la compañía Grupo Aries.

“Mamá, quiero ser artista”

“Era una época difícil en Cuba. Allí se le llamaba ‘periodo especial’ pero mis padres lograban hacer magia para que yo pudiese hacer mi sueño. Todo fue gracias a ellos”, recuerda. “Disfruté muchísimo de aquellos años. Conocí gente y aprendí muchas cosas. Tenía un sueldo pero era lo que menos me importaba”. Tras las cámaras, Ly Morales se encontró grandes y talentosos compañeros, para los que solo tiene palabras de agradecimiento. “En Cuba siempre tienes que hacer magia para poder hacer algunas cosas y ellos también la sabían hacer”.

“Mamá, quiero ser artista”

En cuanto a su trabajo como actriz, la estradense de origen cubano reconoce que fue mejorando con el paso de los años. “Las primeras veces que actué era malísima. Me salvaba por la intensidad y las ganas que le ponía pero lo hacía mal. Yo misma me veía después y me daba cuenta que estaba muy verde”. Eso sin embargo no la detuvo y continuó formándose y aprendiendo especialmente los trucos de la profesión de los compañeros más veteranos. “También era muy importante el director. Si sabían dirigir bien te ayudaban mucho”. Morales ha recibido también el cariño a través de las redes sociales de aquellos cubanos que todavía se acuerdan de su pasado como actriz en la isla.

Salto al mundo de las series en España

Corría el año 2000 cuando Ly Morales decidía dejar atrás su vida en Cuba e iniciar una nueva aventura personal en España. Entre sus proyectos estaba el de continuar con su carrera como actriz. En sus primeros años tuvo papeles en series de moda en la época como “Policías” o “Hospital central” y continuó con su formación en la escuela de Cristina Rota. Sin embargo, pronto comenzó a cansarse de esa vida. “Debo decir que siempre tuve un problema con el acento. A pesar de que llevo aquí más de veinte años todavía me cuesta la zeta. Eso no me ayudaba y siempre me metían en papeles de latina. Sin embargo, con el paso de los años tampoco encajaba bien en ese perfil”, lamenta. En ese momento, Morales decidió dar un giro radical a su vida, apostando por una faceta que había conocido de cerca a lo largo de su carrera. “En Cuba estudié producción cinematográfica. Me gustaba estar detrás de las cosas y organizar, así que comencé a trabajar como productora y mánager musical. Ese proyecto se topó sin embargo con la pandemia del COVID, que atacó, entre otros muchos sectores, al musical. “Cuando pasa algo así de lo primero que prescinde un músico es de su manager. Es algo que entiendo. Es normal que un artista quiera llevar personalmente el control de su carrera en estos momentos. Yo también lo haría”, argumenta.

A Estrada se convirtió en su oasis particular

Tras su llegada a España desde Cuba, Ly Morales cambió en varias ocasiones de residencia, pasando por Madrid, Santiago o Bertamiráns, hasta que finalmente el destino la trajo a A Estrada. “Este pueblo se convirtió en mi refugio. Era el lugar en el que desconectaba de todo. Desde que llegué sentí que aquí estaba mi espacio y me transmitió una sensación de barrio. Llevo aquí ya veintipico años y supongo que me quedan muchos más. Me siento una estradense”. En los primeros años A Estrada fue su base de operaciones, desplazándose en caso de tener algún papel. Finalmente se convirtió en su hogar. Cada vez que puede sin embargo regresa a su país natal para cumplir con las obligadas visitas a la familia.

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