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Más fuerte que un roble

Ricardo Terceiro posa con sus diseños a ordenador y sus pendientes.

Dicen que la curiosidad mató al gato. Sin embargo, el saber popular no siempre lleva la razón. Para Ricardo las ganas de saber más fueron el motor del cambio. Lo que al principio era un juego, acabó adquiriendo forma de pendientes. Y lo que tan solo era mera curiosidad por cómo funcionaban las máquinas láser –parecidas a una impresora tradicional– acabó recibiendo un nombre. Así es que Robur nace de la imaginación de Ricardo Terceiro, un estradense afincado en Santiago de Compostela que lleva más de 25 años dedicándose al sector del diseño gráfico.

Todo comenzó hace tan solo cuatro meses. Compré una de esas máquinas y comencé a trastear con ella. De ahí nació la idea de crear una colección de pendientes”, explica Ricardo. Pese a que sus diseños son muy variados, hay algo que no cambia: la materia prima. Si algo tiene claro es que la madera es la mejor base para sus complementos. “La fuerte vinculación que tiene A Estrada con el sector del mueble me animó a escoger este material”, dice Ricardo. Y es que su marca Robur, llamada así en honor al étimo latino del que procede la palabra roble, tiene un fuerte sello local.

Solo con madera

“Solo trabajo con maderas nobles y mi proveedor es un carpintero de Berres”, explica Ricardo. Así resume la filosofía de su marca. La misma que apuesta por el producto de proximidad. “Si no consigo material aquí en A Estrada, entonces trato de buscar en otros lugares, pero en Galicia”.

Y es que la tierra, además de ir anclada al ADN, es una fuente inagotable de inspiración. Algunos de sus pendientes apuestan por la cultura e historia celta, con un símbolo tan conocido como propio: el triskel. Otros van más hacia el mundo animal, con pequeños rostros de zorros y siluetas de tortugas sobre fondos blancos. Pero además de todo esto, también apuesta por diseños más clásicos, como los círculos y otras formas geométricas.

Por el momento solo tiene en el mercado una colección, muy variada, que no tiene un nexo en común. Pero en sus planes está ir sacando otros productos, aún sin definir, que podrían ir en la línea de los grandes eventos. “Por ejemplo, hacer algo por el Xacobeo”, dice.

Un concepto diferente

La de Ricardo es una andadura corta pero productiva. Cuando en la conversación sale la palabra artesanía, parece que eleva las cejas y abre mucho los ojos. “Me da un poco de vergüenza que me llamen artesano porque no soy ebanista ni tallo la madera con las manos”, apunta en referencia a la máquina de láser con la que realiza sus diseños. Sin embargo, monta manualmente sus piezas, que son únicas. “Por las características de la madera con la que trabajo, un pendiente nunca sale igual al otro”.

La modestia de Richi impide utilizar la palabra artesanía. Puede que su trabajo sea un concepto diferente. Pero uno fuerte, potente y lleno de imaginación. Con un contorno lleno de surcos y lóbulos. Exactamente igual que una hoja de roble.

“Las prisas no son buenas compañeras”

Ricardo habla con calma y se mantiene en una posición precavida. Tiene nuevos proyectos en mente, también relacionados con la madera, que todavía no puede desvelar. De sus palabras se desprende la cautela de quien no quiere hacer afirmaciones sin tener la seguridad detrás. “Las prisas no son buenas”, dice entre risas. Y es que pese a los buenos resultados de esta primera colección de pendientes, él prefiere tirar del manido refrán: sin prisa, pero sin pausa. “Estoy trabajando en algunos diseños para pulseras”, dice sin atreverse a contar más. Y es que el proyecto todavía ha comenzado a andar. Está inmerso en el diseño de su página web y sus redes sociales, que son uno de los puntos a través de los que pueden adquirirse sus diseños, así como en la tienda Luscofusco. “Esperemos que las cosas sigan yendo bien, hacia delante. Y sí, las perspectivas son buenas”, asegura, con el tono alegre de quien siente buenas vibraciones.

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