Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una cosecha a pachas con el jabalí

El animal destroza 8 de las 15 hectáreas que sembró un ganadero de Laro | Recibió una ayuda de 1.200 euros de la Xunta, pero preparar cada hectárea le cuesta ya 2.000

Borja Sesto muestra una de las plantas arrancadas por el jabalí. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Hay dos épocas críticas en el cultivo del maíz en cuanto a ataques del jabalí: cuando está recién sembrado, y en agosto, cuando la espiga se encuentra casi madura. Sin embargo, el animal parece estar cambiando sus costumbres, porque en las fincas que cultivó Borja Sesto en Laro, Silleda, destrozó la siembra cuando las plantas ya habían germinado. “Están todas levantadas y tiradas a un lado. Creo que son jabalíes grandes, porque levantaron todos los surcos. Ves la finca y parece recién sembrada”.

Hasta 2.000 euros de gastos por hectárea

Este ganadero terminó de sembrar el 29 de abril, en total, 15 hectáreas de maíz, y el jabalí se encargó de destrozarle 8, más de la mitad. Dio parte ya a la Consellería de Medio Ambiente para que valorase los daños. “Cuando uno de los técnicos vio la primera finca, ya se echó las manos en la cabeza, porque solo quedaban en pie cinco cañas”. En anteriores campañas, el jabalí ya había hecho ya alguna que otra incursión en sus parcelas, pero no de dimensiones como en este último ataque.

Pese a la gravedad de los destrozos, la Consellería de Medio Ambiente expidió una ayuda de 1.200 euros, el tope permitido. Es una cuantía importante, sí, pero irrisoria si se tiene en cuenta que “solo en grano para siembra, gasto 150 euros por hectárea. Si tenemos en cuenta los gastos que implican el gasóleo, el mineral o el abono, preparar solo cada hectárea me cuesta entre 1.500 y 2.000 euros”. Si hablamos del valor económico de esa cosecha de maíz, “si tuviese que comprarlo para mis animales, valdría entre 60.000 y 70.000 euros”.

Una granja con 200 vacas

La explotación ganadera de Sesto tiene 200 vacas, de las que 100 están en ordeño. La subvención por daños que le ingresó Medio Ambiente va destinada a resembrar esas fincas. El problema está no solo en que la ayuda no cubre los gastos, sino en que Sesto, si resiembra, vuelve a correr el riesgo de que el jabalí entre otra vez en las parcelas y levante de nuevo el maíz. De la Xunta depende que, tras conocer los daños, permita una batida para controlar la densidad del jabalí en la zona.

En este punto, Sesto recalca que las opciones más efectivas son las esperas, que permiten interceptar al animal de noche, cuando realiza sus incursiones en las fincas. Y al igual que muchos cazadores, también cree necesaria una reforma de la normativa que permita cazar crías (ahora solo se permite abatir machos, y hembras pero sin piaras). Si se mata una cría, de forma inmediata la madre mueve el resto de animales a otra zona, para ponerlos a salvo. “Tenemos que darnos cuenta de que el jabalí también es una pandemia, una plaga. No puede ser que todos los días haya en Galicia cuatro o cinco accidentes de tráfico causados por este animal”, recalca Sesto.

Compartir el artículo

stats