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Como agua de mayo

Turistas, en una imagen de archivo, llegando a una casa rural de A Estrada.

No hay que ser un empático empedernido para ponerse en su piel. Basta con imaginar qué sentiría si a uno le dicen que va a pasarse más de un año sin cobrar ese salario que lo saca de la cama cada mañana. Todavía peor: no solo no va a ver ni un céntimo en su cuenta a final de mes sino que los recibos no van a parar de entrar. Aun pudiendo imaginar la sensación de vértigo ante tal panorama, ni siquiera es posible acercarse al drama de tener que seguir pagando por los gastos que comporta un trabajo que, sencillamente, no se puede ejercer. No se trata solo de pagar la hipoteca, la luz y el agua, sino de asumir el alquiler del bajo de un negocio, sus recibos correspondientes y los impuestos que nada saben de pandemias.

Aunque no sea posible meterse en su piel, es fácil entender por qué los profesionales de algunos sectores están esperando como agua de mayo –y nunca mejor dicho dado el momento en el que llega– que decaiga el estado de alarma. Para ellos es la luz al final del túnel, el momento en que pueden empezar a dejar de perder. Se trata de ámbitos de actividad especialmente ligados a la movilidad, como pueden ser las agencias de viajes o establecimientos que viven directamente de la actividad turística, pero también de otros que se vinculan a la celebración de eventos, desde aquellos que se encargan de que no falte nada en la mesa en los días más especiales para muchas familias hasta quienes se responsabilizan de que la diversión esté servida.

Con la mosca detrás de la oreja

Algunos todavía no ven esa luz al final del túnel, incluso a las puertas de que se evapore el estado de alarma. Es el caso de quienes viven de la celebración de fiestas o quienes regentan locales de ocio nocturno. Las limitaciones que se barajan para estos últimos no les hacen albergar grandes esperanzas de recuperación y, en el caso de las empresas de espectáculos, todavía se divisa el futuro negro. Aseguran que de ellos todavía no se habla y, aunque entienden que la salud es lo primero, no dejan de señalar que, si no les dejan trabajar, alguna salida tienen que darles.

El gato escaldado al agua le teme. Después de pasar más de un año tragando sapos, estos empresarios se esfuerzan en ser optimistas, pero muchos no consiguen sacarse la mosca de detrás de la oreja. El futuro es incierto. Lo único seguro es que este domingo se estrena un nuevo horizonte. Quizás todavía no esté despejado, pero habrá que ver si el sol se esconde detrás de las nubes y el viento sopla fuerte como para dejar que brille a cara descubierta.

Graciela Vila, en el Pazo de Bendoiro. | // BERNABÉ

“Tenemos seis llamadas al día por comuniones”

"Tenemos seis llamadas al día por comuniones"

En el lalinense Pazo de Bendoiro el decaimiento del estado de alarma ha acelerado la maquinaria. Ayer mismo el establecimiento decidió lanzar unas veladas que bautizará como La Primera Cena Pazo de Bendoiro. Se trata de una propuesta que combina cena, maridaje y música ambiental, de manera que los clientes puedan disfrutar de una agradable sesión de música instrumental –previsiblemente jazz o salsa– mientras saborean un cóctel. Incidió en que el pazo sería en estos momentos “la única alternativa” para fusionar estas propuestas.

Una de las fechas que barajan para la puesta en marcha de estas veladas es el fin de semana del 22 de mayo. Esta alternativa podría consolidarse para las noches del sábado, ofertando una combinación muy agradable con la que ir, sobre seguro, avanzando hacia una normalidad real.

Por otro lado, el Pazo de Bendoiro está recibiendo al menos media docena de llamadas al día para reservar espacio para la celebración de comuniones y otros eventos. Su responsable, Graciela Vila, señaló que desde Semana Santa la gente comenzó a animarse a programar esas celebraciones que tiene pendientes. “Estamos a tope. La gente reserva la fecha aunque aun no tiene claro si, llegado el día, van a ser 12 o 30”, apunta. Las bodas también comienzan a animarse, aunque más lentas. Por el momento, la agenda del establecimiento, un referente en la capital dezana, se aproxima a la treintena.

Pelayo Bergueiro, en su agencia estradense.| // BERNABÉ/J.C Asorey

"Es un respiro; por lo menos podemos vender"

“Es un respiro”, reconoció Pelayo Bergueiro, desde la estradense Viajes San Paio. La movilidad es crucial para su sector. No obstante, reconoce que todavía se nada en un mar de incertidumbre, habida cuenta de que no se sabe todavía qué comunidades autónomas levantarán sus cierres perimetrales o cuáles apostarán por mantenerlos, al menos hasta que les sea posible. Bergueiro expone que los aeropuertos gallegos están apostando por introducir más conexiones directas a nivel nacional, caso de un vuelo Santiago-Santander, “viendo que hacia fuera iba a ser más complicado”.

Por lo menos nosotros ahora podemos vender”, continuó este agente. Indica que en los últimos días son muchos los que se acercan ya hasta el establecimiento para informarse sobre los destinos que podrían estar disponibles para disfrutar de sus vacaciones de verano. “Notamos un repunte. Ahora viene la gente preguntando, mirando qué movimientos se pueden hacer en la Península. Se está reactivando y empiezan a lanzar ofertas para Cabo Verde o Madeira con vuelvo directo”, señala Pelayo Bergueiro. Indica que también pueden comercializar con destinos extranjeros, si bien en este caso también hay que informar de las posibles restricciones que podría imponer cada país, caso de una PCR de entrada y otra de salida para los turistas. “A lo mejor las restricciones en agosto no tienen nada que ver con las de ahora”, asumió también este estradense.

“Yo por lo menos estoy más animado porque tengo gente para vender a nivel de España y Europa. Se va preguntando por cruceros para el verano y paquetes para las Islas”, explica. Señala que la mayor parte de las ofertas se están lanzando con flexibilidad, te permiten la cancelación sin gastos hasta una semana antes. "Te cubres las espaldas tú como agencia y el cliente también”, reconoció. Bergueiro indicó que aeropuertos como el de Santiago ofrecen test COVID voluntarios y gratuitos a los viajeros.

El estradense Juan Rivadulla, presidente de la Asociación Galega de Axencias de Viaxes. | // BERNABÉ/ASOREY

“¿Quién aguanta año y medio de caída libre?

Que se abran los cierres perimetrales para nosotros es una buena noticia, porque permite la movilidad dentro de España y que se reactive esto algo”, apunta el presidente de la Asociación Galega de Axencias de Viaxes (Agavi), el estradense Juan Rivadulla. “Estamos teniendo consultas de viajes, esperando a que se abra todo. Muchas preguntas y solicitudes pero que todavía no se ven reflejadas en concreción de reservas”, reconoció. Incidió en que ahora lo más importante para su sector es el ritmo de vacunación, capaz de insuflar de la seguridad y confianza que se necesita.

“Tenemos siempre ahí la espada de Damocles colgando. Llevamos año y pico de parálisis total debido a la falta de movilidad, con todo pendiente de un hilo y restricciones propias para cada país”, señala este estradense. Apuesta por poder avanzar con paso firme y certero. “No queremos nadar para ahora morir en la orilla”, dice. “Vendemos vacaciones e ilusiones”, incide desde su agencia Simply Travel de A Estrada, subrayando la importancia de poder hacerlo sobre seguro.

Apunta Rivadulla que entre quienes se acercan por preguntar para sus vacaciones “hay un poco de todo”, desde el que llega consultando por destinos nacionales hasta otros internacionales que también se están moviendo, caso de Madeira o Cabo Verde. “Y después destinos como Caribe que están preparando la reapertura con vacunación del personal de los hoteles, caso de Punta Cana, Rivera Maya, Costa Rica o también las Maldivas”. El aire libre y el disfrute de la naturaleza son ahora un valor añadido entre quienes quieren realizar un viaje.

Juan Rivadulla puso el acento en que el sector de las agencias de viaje está afrontando “situaciones insostenibles, con caídas del 90%”. Las ayudas que llegan son pocas, tarde y a cuentagotas. No hay empresa que aguante año y medio de caída libre. Esa es la situación do sector”, resumió.

Jorge Silva regenta también un pub en Lalín. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

"Por ahora la Xunta no habla de fiestas. Somos un sector olvidado"

“A día de hoy, perspectivas, ninguna”, lamenta Jorge Silva. Regenta el Pub Fetiche de Lalín y la empresa Espectáculos Troula, de manera que trabaja en dos sectores especialmente oprimidos por la pandemia. “Por ahora la Xunta no habla de las fiestas. Somos un sector olvidado de la mano de Dios; nadie dice nada”, apunta. Indica que algunas orquestas están saliendo en ”formato COVID”, con espectáculos que apuestan mucho por el soporte audiovisual, con distancia en el escenario y el público sentado. “El año pasado se dejaba en manos de los concellos y al final no se hacía nada. La campaña está ahí. Lo fuerte empezaría en junio pero, ¿cómo planificas una fiesta de un día para otro? ¿Cómo junta el dinero una comisión de fiestas?”, pregunta.

Silva considera que la Xunta debe pronunciarse “y sacar un protocolo viable”. “Entiendo que hay un problema de salud pública, pero habrá que dar opción a todo el mundo. Sino te dejan trabajar, tienen que rescatarte”, opina.

Ya en alusión a la hostelería nocturna, considera que abrir con un aforo del 30% dejaría al sector sin margen para cubrir gastos. Si a eso suma la posibilidad de un horario reducido, no tiene dudas de que “no vale la pena abrir” . “Y, ¿quién se va a hacer una PCR para salir de copas?", cuestionó. Entiende que un 50% del aforo daría para “cubrir gastos”. “La rapidez de las ayudas no se la voy a negar”, dice Silva, que asegura que no todas las administraciones llevan este ritmo.

González, con un tobogán acuático en Lalín. | // BERNABÉ/JAVIER LALIN

"Desde el lunes nos están llamando para fiestas privadas"

“La gente llevaba esperando mucho al levantamiento del estado de alarma. Desde el lunes nos están llamando para fiestas privadas”, expone Alfredo González, gerente de Tikolandia. Asegura que mayo y junio todavía son flojos en reservas pero son muchas las que llegan estos días para julio y agosto. “De momento estamos más con presupuestos pero el ritmo de reservas está ya muy alto”, indicó.

Bautizos, bodas o comuniones suman el atractivo de los juegos hinchables o toboganes de agua, tanto para niños como para adultos. González indica que este montaje ya está permitido, limitando aforos y realizando las correspondientes desinfecciones.

Esta empresa estradense da por perdida la campaña de fiestas, con las contrataciones que realizarían los ayuntamientos. Sin embargo, confía en los eventos privados para salir a flote. “Hacía mucha falta ese ánimo. Vemos la luz al final del túnel”, dijo.

Con dos años de experiencia en el sector, la cancelación de fiestas y eventos derivada del estado de alarma supuso un fuerte golpe para esta empresa estradense especializada en ocio, cayendo su facturación un 80%. Cerró 2019 con 986 eventos realizados. En 2020 se quedó en 237 y, para eso, porque la mitad de todos ellos se vincularon al Carnaval, es decir, a los meses previos a que comenzase la pandemia. Ahora recupera la esperanza.

Óscar Rivas, junto a trabajadores de Valenciaga Catering.

"Esperamos una facturación para salvar el año"

“Hace un tiempo que se está dejando notar”, reconoce Óscar Rivas en relación al inminente levantamiento del estado de alarma. Indica que este año la empresa está registrando un elevado número de reservas para bodas, contando ya con medio centenar en agenda. A ellas se suman muchas comuniones y otros eventos, en los que se valora de manera especial la posibilidad de una celebración al aire libre.

“Si que es verdad que desde la vacunación la gente va perdiendo el miedo y recupera las ganas de hacer cosas, aunque con sentido”, apunta el responsable del Grupo Valenciaga. Rivas señala que los eventos multitudinarios todavía tienen que aguardar, caso de comidas con más de un millar de asistentes, como las ideadas por algunos ayuntamientos para sus mayores. Sin embargo, sí se contratan ya celebraciones de enlaces matrimoniales con entre 150 y 200 invitados, una cifra nada despreciable. Eso sí, los clientes tiene preferencia por carpas abiertas o por eventos que puedan realizarse completamente al aire libre.

El horizonte que se perfila para esta empresa nada tiene que ver con el que se le presentó el año pasado a raíz e la proclamación del estado de alarma y del inicio de las restricciones. De hecho, Óscar Rivas apunta que tuvieron que cancelar entre 300 y 400 eventos. “Va a ser una facturación para intentar salvar el año”, estimó Rivas, después de subrayar que se pasaron “casi 18 meses sin facturar”.

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