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Lalín hace un siglo

En 1911 tenía 17.882 habitantes, celebraba mercados los días 3 y 18 de cada mes, y cada jueves de Pascua la Feira do Vento

Personajes lalinenses, entre ellos Ventura Cañizares, Enrique Aller, Wenceslao Garra, Eduardo Vidal. | // A.V.N.

Lalín en el año 1911, era una villa con ayuntamiento, cabeza del Partido Judicial de su nombre y tenía 17.882 habitantes. Celebraba la fiesta patronal la última quincena de septiembre. Las ferias se celebraban los días 3 y 18 de cada mes. El jueves de Pascua se celebraba una feria anual A Feira do Vento, con importantes transacciones de ganado mular y caballar a la que acudían compradores de Castilla. Existía una sociedad recreativa, el Casino de Caballeros. El alumbrado público era por gas acetileno, suministrado por la compañía La acetilena lalinense. Tenía telégrafo y oficina de Correos. Plácido Goyanes era el representante del Banco de España. El de la Compañía de Tabacos era Plácido Goyanes.

Los cargos oficiales, los ejercían, el alcalde Antonio Crespo Pampín; Secretario del Ayuntamiento, José García; Juez de Primera Instancia, Vicente Leopoldo Naranjo Barguero, que en febrero fue sustituido por José Reino Caamaño; Juez Municipal, Domingo Palmaz Brandido, suplente Ángel Gontán Sánchez; Fiscal, Manuel Golmar Cacheda, suplente Julio Blanco Aguerre; Secretario judicial, José Froiz; Registrador de la Propiedad, Ramiro Goyanes; Administrador de Correos, Nuño Goyanes; Jefe de Telégrafos, Rodolfo Vidal; el Diputado a Cortes por Lalín era Ángel Álvarez Mendoza y el Diputado provincial, Amalio Taboada; el jefe de la cárcel, que era de tercera clase, Raimundo Valdaliso y el vigilante segundo Vicente Peláez. El párroco era, el investigador medievalista, Ventura Cañizares del Rey. Se estaba construyendo la iglesia y los vecinos se quejaban de que las paredes del templo, empezaban a sufrir las consecuencias del abandono en que se hallaba, por no proceder a cubrirlo, estando presupuestada su terminación en 15.000 pesetas, porque de lo contrario sus paredes pronto se podrían agrietar viniéndose abajo. El cementerio construido recientemente con los donativos de los hijos de este pueblo residentes en Argentina, continuaba sin ser entregado para poder proceder a los enterramientos, lo cual era de imperiosa necesidad, porque el cementerio de Donramiro, que se utiliza era muy reducido.

En el mes julio de 1911 el ilustre sacerdote Dr. D. Ramón Aller Ulloa, acompañado de su padre el Notario, Domingo Aller y de su hermano Luis, marcha a Castro-Urdiales (Santander) con objeto de encargarse de la dirección del Observatorio Astronómico. Don Ramón eran tan querido y valorado en su pueblo que el Corresponsal del periódico el Diario de Galicia, nº 784 (13/07/1911), con motivo de su marcha a Castro-Urdiales, escribía: Nuestro ilustre convecino es un presbítero de acción, honra del pueblo de Lalín, atento y ansioso en el apostolado de su sagrado ministerio, distinguiéndose por su celo y por sus relevantes prendas de virtud, ciencia y cultura. Se vino dedicando constantemente y con todo entusiasmo al estudio de la astronomía, poseyendo un modesto observatorio en esta localidad que le permitía hacer importantes experimentos, según lo demostró en varios trabajos que publicó la prensa regional.

No se satisfizo con esto sólo el Sr. Aller sino que en su constante y fructífera labor también escribió un interesante y curioso libro de gran valía, acerca de tan importantísima materia, que es de esperar dé en breve a la estampa y acaso el único, que será muy preciado por los doctos que se dedican a dichos estudios. Incansable nuestro sacerdote en fomentar el bien, no se limitaba a esto en sus tareas, sino como experto mecánico, resolvía con pasmosa facilidad las dificultades que se le consultaban, corrigiendo cualquier defecto de una maquina, con toda perfección y maestría o bien con su fecundo ingenio nos proporcionaba algún curioso invento. Pero aun hacia más que esto nuestro modesto sacerdote. Se dedicaba a levantar planos de edificios y todos los de reciente construcción en esta localidad, que se distinguen por el buen gusto de su ornamentación, se deben a su inteligente dirección. Es además, un correcto escritor, dándose a conocer por su estilo sencillo, sin afectación ni amaneramiento, campeando siempre en sus trabajos la sinceridad y la franqueza propia del que sabe sentir como apóstol.

Periódicos y semanarios

En el año 1911, reaparece el semanario La Defensa, de cuya dirección se encarga el párroco Ventura Cañizares del Rey. En septiembre empezó a publicarse el periódico titulo A Fuliada, que saldrá dos veces al mes y está escrito en gallego. En el mes de octubre empieza a publicarse La Cruz, semanario católico independiente. Lalín tenía tres escuelas municipales, una de niñas y dos de niños. La maestra de la escuela de niñas, era Dolores Ferreiro y los maestros de las escuelas de niños, eran Artemio Gallego y Leopoldo Sanmartín.

Los abogados eran: Domingo Enrique Aller, al que la Academia de Ciencias Morales y Políticas le concede un premio de 4.000 pesetas por el trabajo Las grandes propiedades rústicas en España, Jesús Aller, Benito Calviño, Ulrico Fociños, Solitario Gontán, Ramiro Goyanes, Pablo Palmaz y Antonio Crespo Pampín. Los procuradores, eran Camilo Campos, Teófilo García, que también era corresponsal del Anuario Ribera en Lalín, Diego Gómez, Antonio Gontán y Juan Vidal. En septiembre se estableció como procurador Ramón Gutiérrez. El notario era Domingo Enrique Aller.

Médicos y farmacias

Los médicos eran: Manuel Brandido, Carlos Fernández, Pedro Fernández, Gumersindo Goyanes, Eduardo Madriñán y Emilio Madriñán. Los veterinarios: Francisco Friol, Avelino Iglesias, que fue denunciado por el Subdelegado de Veterinaria de Carballiño, por tener abiertos a su nombre dos establecimientos, uno en Lalín y el otro en Maside ; el gobernador le impuso una multa de 50 pesetas y la clausura del establecimiento de Maside y Antonio Rodríguez.

Había dos farmacias, la de Wenceslao Garra y la de Luis Madriñán. Los estancos eran de la Viuda de González y de José Ribas. Había tres fondas: la de Secundino Iglesias, la de Ricardo López y la de Benito Rodríguez. Tenía dos fábricas de chocolate, una propiedad de Ricardo Crespo y la otra de la Viuda de González. Dos fábricas de curtidos, una en Filgueira, propiedad de Arturo Blanco Aguerre y otra en Prado, propiedad de Manuel Cortizo. Los molinos harineros eran propiedad de Guillermo Gutiérrez, Juan Bautista Lalín, Viuda de Taboada y el de Plácido Vidal.

Había dos ferreterías, la de Teófilo García y la de Goyanes y Vidal. Teófilo García Salgado, tenía, también, un almacén de abonos químicos. Tenían comercios de comestibles: Ricardo Crespo, la Viuda de González, Perfecto Goyanes, Victorino Gutiérrez, Leandro López, Ricardo López, la Viuda de Miguélez, José Rivas y Benito Rodríguez. Los almacenes de vinos los regentaban, Juan López y Manuel Villaverde.

Negocios

Los comercios de tejidos eran propiedad de Manuel Facal, Manuel Chouza, Viuda de Miguélez, Otero y Pérez, Dictino Pérez y José Rivas. Había dos sastrerías, los sastres eran Domingo Barcala y Gerardo Froiz. Dos alpargaterías, la de Perfecto Goyanes y la de Teófilo García. Los zapateros eran Luis Areán y Atanasio González. El representante de la máquina de coser marca New Home era José Vázquez y el de la marca Singer, Eduardo Vidal.

Los cafés los regentaban Federico Canda, Victorino Gutiérrez y Julio López. Un carpintero, José Jar. El relojero era José Vázquez que en agosto sufrió un robo, de oro y plata, sortijas, cadenas, petacas y fosforeras del mismo metal y algunas boquillas de ámbar, la cantidad de lo robado se estimó en 10.000 pesetas. La Comisión provincial de Pontevedra, acordó adjudicar a Saturnino Valdés la subasta de bagajes durante el año corriente por la cantidad de 500 pesetas. Los propietarios que había en 1911 eran: Benito Calviño, Daniel Castro, Antonio Crespo, José Diéguez, José Fernández, Manuel Fernández, Antonio Friol, José García, Ramiro Goyanes, José Lamazares, María Lajosa, Benigno López, Ricardo López, Amancio Moure, Benigno Pardo, Benito Pichel, Eduardo Quiroga, Manuel Ramos, Benito Rodríguez, Luciano Teijeiro, Camila Ulloa, Manuel Villaverde y Pedro Zalabeite.

Había servicio de carruajes diario a Vila de Cruces; a Ourense y Santiago, que salía a la una de la tarde, el precio era de 7,50 pesetas asiento; a Portas, que salía a las siete de la mañana, (9 pesetas) Lalín estaba comunicado por carretera con Ourense y Santiago y con el Puente de San Justo y estaban en construcción la carretera a Monforte y la de Narón a Folgoso. Y en estudio la construcción de la carretera de O Carballiño a Lalín.

El ferrocarril

Existía un proyecto de gran trascendencia para Galicia, en estudio, era el ferrocarril Central Gallego, que iría de Pontevedra pasando por A Estrada, Lalín, Sarria a Lugo, donde se cruzaría con el ferrocarril general del noroeste, se pensaba que este ferrocarril transformaría las comunicaciones de la región gallega. Comenzaba a estudiarse el proyecto para construir el ferrocarril de Santiago a Ourense, pasando por Ponte Ulla, Lalín, O Carbaliño. Los estudios de esta obra los comenzó el ingeniero de la compañía francesa de ferrocarriles estratégicos y secundarios Mr. Chatain, que presentó en Santiago los planes. En agosto visitó Lalín, el ingeniero francés Mr. Fournier y personal técnico que le acompañaba, que estaban haciendo los estudios del proyecto del ferrocarril de Santiago a Ourense, que ya tenían muy adelantado. Los periódicos regionales dedicaban una atención preferente a este proyecto de ferrocarril, considerándolo como muy importantes para la riqueza de las comarcas que habría de atravesar.

El periódico El Eco de Galicia (20/10/1911) en el artículo El ferrocarril de Santiago a Orense expone la necesidad de que sea un hecho la construcción de dicho ferrocarril y la importancia que va a tener para los pueblos por donde pase; debía pasar por Lalín y dotarlo de una estación, no solo por su situación topográfica, gran centro mercantil de contratación, que tiene dos ferias mensuales muy concurridas, además de otras que se celebran en el mismo distrito y en otros inmediatos, como el de Golada, Dozón y Rodeiro; por ser un punto de residencia veraniega que eligen muchas personas que desean recobrar su salud, por sus recomendables condiciones higiénicas, excelentes clases de alimentos, así como su mucha economía y gran comodidad en los hospedajes. Lalín es punto céntrico de una extensa y rica comarca, poblada de variedad de arbolado que contribuye a templar la atmósfera en los rigores del invierno y brinda con su grata brisa en los días calurosos del estío, así como regada por ríos más o menos caudalosos que favorecen con su riego a la vegetación y con su sabrosa y selecta pesca. Si conociesen muchos las recomendables condiciones higiénicas de aquel país, no tan solo para personas delicadas de salud, sino también para los que disfrutan de ella, se apresurarían a pasar por allí la mayor parte del verano en medio de aquellas sencillas gentes campesinas que se disputan el obsequiar a los forasteros con toda sinceridad, según sus alcances y modesta posición.

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